¿Lactar o no lactar? Y si sí, ¿cómo? Esta es una decisión a la que todas las mamás se enfrentan y la experiencia con la lactancia cambia tanto como son variadas las familias.
La OMS recomienda la lactancia materna como modo exclusivo de alimentación durante los primeros 6 meses de vida del recién nacido, pues su nivel nutricional le proporciona todos los anticuerpos que necesita para estar saludable.
«Un bebé amamantado se enferma mucho menos en los primeros meses y también es un factor de protección contra la leucemia infantil y la diabetes tipo 1. También hay beneficios para la mamá: desde las primeras horas le ayuda a que el útero regrese a su sitio y disminuye el riesgo de cáncer de mama y de ovario», explica Miriam del Toral, especialista en lactancia materna en Fuente de Vida y creadora del blog Maternidad Sustentable.
Sin embargo, las primeras causas de abandono de la lactancia materna en el mundo son la percepción de insuficiencia de leche y la segunda, el dolor al amamantar. Además, hay que tomar en cuenta que en el país no todas las madres trabajadoras cuentan con los recursos para amamantar.
Miriam recomienda acercarse a grupos de apoyo antes y después del embarazo. Además, sugiere buscar una consultora de lactancia o un asesor que las acompañe en este proceso, así evitarán muchas dificultades.
“Lo más importante es no sentir culpa y si por algún motivo no consigues una lactancia exclusiva, siempre se puede buscar ayuda. Toda lactancia en sí misma ya es exitosa, porque lo están haciendo con el mayor amor para sus hijos”, comparte.
Con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, le preguntamos a seis mujeres cómo vivieron este proceso. Para algunas, fue un proceso sencillo y perfecto e incluso usaron ese tiempo como anticonceptivo (aunque es un método que no todos los médicos recomiendan). Para otras, el camino fue más complicado.
Recuerda que cada caso es diferente y que tu experiencia con la lactancia es única. Pregúntale a una persona experta cualquier duda que tengas.
Ivette: una experiencia de casi 3 años
“Yo les di a mis tres hijos casi hasta los tres años. Para mí fue lo más hermoso de la tierra, me dolió sólo al principio en lo que se acostumbraba el pezón, pero me ponía una crema especial y listo.
Además, lo usé como método anticonceptivo y me funcionó. Fue mucho mejor de lo que esperaba, recuerdo que con mi hija más pequeña lloré mucho el último día que le di. La verdad, me ayudó a conectar con mis bebés, jamás herví biberones, ni compré leche en polvo y casi nunca se enfermaban. Mi abuela me contaba que ella les dejaba de dar pecho al siguiente día de cumplir un año, aunque lloraran”.
Metzin: una decisión complicada pero feliz
“Yo quería amamantar, pero no me salía leche; fue muy frustrante porque tenía un recién nacido que lloraba porque tenía hambre y una bebé de 11 meses que lloraba porque quería que la abrazara.
Fueron casi tres meses intentando, me esforcé mucho, leía e investigaba que a mayor succión, mayor producción, tomaba agua y tés, hice lo que puede…pero no lo logré.
Finalmente, el pediatra me dijo que le estaba transmitiendo toda la ansiedad al recién nacido porque mi hija más pequeña también me demandaba mucha atención, así que decidimos darle leche en polvo, la verdad me sentí mucho más feliz”.
Lorena: el momento más feliz
“A pesar de que las primeras dos semanas fueron extremadamente dolorosas y hubo mucha angustia y frustración, después nos acomodamos y fue muy fácil.
Yo amamanté a mi hija hasta el año 7 meses y para mí la lactancia fue un proceso muy hermoso y lleno de aprendizajes como mamá primeriza. Recuerdo que lo mejor de mi día era el momento de lactar”.
Huitzilin: ¡sí me dolió!
“Los primero días me dolió muchísimo, me sangraban los pezones y sientes que un ‘duendecillo’, te roba la vida en cada sorbo. Al mes me sentí mucho mejor, pero yo sólo le di a mi hijo 6 meses, ahora me arrepiento de haberle dado biberón tan pronto, pero mi carácter estresado me orilló a dejarlo antes del año.
Me hubiera gustado tener más información y que como ahora se hablara tanto de las bondades de la lactancia materna”.
Marcela: la experiencia con la lactancia cambia
“Tuve cuates en mi primer embarazo, y el estrés que me producía cuidarlos y que estuvieran bien los dos al mismo tiempo provocó que no me saliera tanta leche y sólo pude amamantarlos 3 meses.
En cambio, con mi tercer hijo pude prepararme más, fui a clases para saber cómo sentarme, abrazarlo y ponérmelo en el pecho para que pudiera succionar correctamente y no fuera tan doloroso. Le di pecho hasta los tres años y me costó mucho dejar de amamantarlo, fue pesado para ambos, pero es parte del crecimiento”.
Ambar: destete respetuoso
“La lactancia para mí fue muy difícil al principio porque como estaba tan acostumbrada a ver a mamás amamantando y se ve tan fácil, nunca me puse a investigar sobre el tema, y cuando nació mi hija, la bebé no hacía la succión de manera adecuada y eso es muy doloroso.
Fue ahí que investigué más y encontré videos donde explicaban cómo acomodarla correctamente y se acabó mi sufrimiento. Mi hija tiene dos años tres meses y aún le doy pecho.
A pesar de que tuve un comienzo complicado, disfruté mucho la lactancia, hay una conexión muy bonita con el bebé y además tiene muchos beneficios. Ahorita quiero empezar a hacer un ‘destete respetuoso’, que significa: no ofrecer, pero no negar. Es curioso que al principio toda la gente te felicita por amamantar, pero ven a tus bebés un poco más grandes y te critican porque lo sigues haciendo”.