Seguramente te ha pasado que abres tu cuenta de Instagram y todo lo que ves son fotos de viajes alrededor del mundo; océanos de un azul indescriptible; platillos con más condimentos de los que imaginas posibles o la clásica toma de las nubes desde la ventana del avión… pero en ninguna de esas fotos apareces tú. Entonces, como buena millennial, te entra el fomo y te preguntas ¿será que todos están viajando menos yo? ¿Cómo puede Sotanita, que es la reina Godínez, viajar tanto? ¿Por qué mi vida no es tan emocionante?
En el centro de Investigaciones Malvestida también nos planteamos esas preguntas y llegamos a cinco hipótesis por las que puede ser –o parecer– que todo mundo viaja más que tú.
Hipótesis 1. La gente comparte más fotos cuando viaja
No es lo mismo subir a Instagram la foto del cafecito en la oficina o de la corbata nueva de Snoopy de tu coworker que una imagen bebiendo una piña colada frente al mar de Los Cabos o presumiendo el bikini nuevo que te compraste para broncear tus carnes al sol.
La realidad es que cuando estamos de vacaciones suelen suceder cosas mucho más emocionantes –o al menos más fotografiables– que cuando estamos inmersas en nuestra rutina diaria, así que es natural que tengamos ganas de publicar fotos de T-O-D-O lo que vemos, probamos y compramos.
Es por eso que a veces podemos percibir que todo mundo está recorriendo el mundo y no, quizá solo son 10 personas de tu lista de 1,400 seguidos en Instagram que andan de viaje y no dejan de publicarlo.
Hipótesis 2. La gente prolonga (virtualmente) sus vacaciones
En una ocasión le escribí por Facebook a una amiga para preguntarle cómo le hacía para llevar meses de viaje, y me contestó que en realidad todas las fotos que estaba subiendo a su Instagram eran de un mismo viaje que duró dos semanas, pero las había estado publicando poco a poco a lo largo de dos meses… Así que no, no estuvo viviendo la vida hippie perdida en el amazonas durante todo ese tiempo, pero al ver su Instagram una podía sentir la ilusión de que era así.
Así que no te creas todo lo que ves en las redes sociales, porque una escapada rápida de fin de semana puede parecer una estadía de un mes y una visita al nevado de Toluca toda una expedición al Kilimanjaro.
Hipótesis 3. No conoces la historia completa
Si eres un adulto joven independiente pagando renta, comida de mascota y Netflix sabrás que no es fácil derrochar dinero en viajes, por eso no logras comprender cómo es que tu amigo que lleva un mes desempleado se está dando la gran vida recorriendo el mundo, y a ti te empieza a entrar la frustración.
Pero hay que pensar que muchas veces no conocemos la historia completa detrás de esos viajes. Quizá tu cuate estuvo ahorrando dinero desde los 11 años para ese momento, fue un viaje patrocinado por sus padres o se lo sacó en una rifa. Cada quien tiene sus medios, y no necesariamente serán como los tuyos.
Hipótesis 4. Usas tus ahorros en otras cosas
Como dirían los filósofos Charolastras «Cada quien puede hacer de su culo un papalote», y con el dinero sucede lo mismo: cada quien lo gasta en lo que quiere. Probablemente este año tu prioridad sea pagar la hipoteca de tu casa o estrenar carro, pero para otras personas será viajar, así que prefieren tomar sus ahorros y utilizarlos para convertirse en ciudadanos del mundo.
Hipótesis 5. La gente sí viaja más que tú
Ansory, pero sí, es un hecho que hay gente que tiene –ya sea por trabajo o cuestiones personales– la facilidad para viajar de forma cotidiana, ¡y qué padre! Pero eso no debería abrumarte.
Hay muchas razones por las cuales viajar es complicado, incluso imposible, en ciertos momentos de la vida: trabajo, compromisos, familia, falta de dinero, etcétera. Pero en vez de compararte con los demás, trabaja en tu propia realidad. Quizá no puedas hacer un viaje trasatlántico una vez al año, pero sí organizar un picnic en tu ciudad o una expedición corta que te saque de la rutina.
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