Hasta octubre de 2016, el mundo tenía pocos datos sobre Elena Ferrante: se sabía apenas que era una mujer italiana –aunque algunos llegaron a asegurar que se trataba de un hombre– y que había escrito “Dos amigas”, una serie de cuatro novelas que tenían al mundo enloquecido.
El primer libro de la saga fue publicado en italiano en 2002 y, aunque su éxito fue inmediato, las traducciones al inglés de la editorial neoyorquina Europa Editions en 2012 lo dispararon al cielo.
Durante años, Ferrante hizo un gran esfuerzo para salvaguardar su identidad: atendió entrevistas solo por email, declinó toda invitación a eventos públicos y no dio a conocer ninguna fotografía ni referencia que pudiera revelar algo de su vida. Pero la industria editorial y los millones de lectores contagiados por la fiebre Ferrante no soportaron el misterio.
Tras una investigación que le llevó varios meses, en octubre de 2016 el periodista Claudio Gatti confirmó lo que muchos sospechaban: la traductora italiana Anita Raja estaba detrás del pseudónimo de Ferrante.
Conociendo a Elena Ferrante
La polémica se desató de inmediato. ¿Tenían realmente los lectores, como argumentaba Gatti, derecho a conocer la verdadera identidad de Ferrante? ¿No era más importante el derecho de la escritora a la privacidad? ¿Las cosas hubieran sido distintas si el escritor que pedía anonimato se tratara de un hombre?
No lo sé, pero prefiero dejar ese debate sobre la mesa y concentrarme en sus libros, que terminé hace un par de semanas después de noches de desvelarme por no poder parar de leer. Lo confieso: más de una vez me pasé la estación de metrobús con tal de no quitar los ojos del papel.
«Dos amigas»
Además de su apabullante éxito literario, construido en gran medida desde el anonimato, Ferrante tuvo el logro extraordinario de contar una historia con dos personajes femeninos centrales.
Inspirada vagamente en una amistad que Ferrante tuvo en la infancia, la saga “Dos amigas” (no te dejes engañar, los libros son mucho más entretenidos que sus títulos y portadas) cuenta la historia de la amistad entre Lina (Raffaella Cerullo) y Lenù (Elena Greco), desde los seis años hasta el final de sus vidas.
Una oda a la amistad femenina
Se ha dicho que los libros de Ferrante son el retrato de una época, la radiografía de una ciudad en plena transformación o una reflexión sobre la complejidad de la clase media italiana en el contexto de la posguerra. Todo esto es cierto (los libros, por suerte, siempre son muchas cosas), pero también son algo más urgente: una exploración a fondo de la amistad entre mujeres, una relación que ha sido banalizada en la historia de la literatura, que está basada en valores patriarcales.
Como dijo Ferrante en entrevista con El País: “La amistad masculina cuenta con una larga tradición literaria y un código de comportamiento muy elaborado. En cambio, la amistad femenina es un mapa que no ha comenzado a definirse hasta hace poco.”
Eso es justamente “Dos amigas”, un intento por describir cómo se teje el vínculo entre dos niñas que pasan juntas por la infancia y atraviesan la adolescencia, con todas sus turbulencias, hasta llegar a los retos de la adultez.
Paseando por el barrio del brazo de su amiga, Lenù piensa: “Había algo insostenible en las cosas, en las personas, en los edificios, en las calles, algo que se volvía aceptable únicamente si se reinventaba todo como en un juego. Sin embargo, era esencial saber jugar y ella y yo, sólo ella y yo, sabíamos hacerlo”.
Todas tenemos a nuestra Lina, una amiga que nos hace sentir que juntas podemos contra el mundo.
¿Por qué son tan adictivos los libros de Elena Ferrante?
Además de su ritmo ágil de narración y la claridad del lenguaje, su mérito está en retratar puntualmente los mecanismos de la amistad y la manera en que dos mujeres pueden acercarse y alejarse a lo largo de la vida sin sacrificar nunca su lazo.
Es una historia personal con la que todxs podemos conectar: a través de la amistad particular entre Lina y Lenù, Ferrante habla sobre la experiencia femenina en general y ahonda en temas como la maternidad, el sexo, la relación con el cuerpo y las dificultades que implica combinar el trabajo con la vida doméstica y crecer profesionalmente en una sociedad que considera a las mujeres personajes secundarios de su propia vida.
La saga napolitana de Ferrante habla desde lo femenino, pero es un error pensar que es un libro para mujeres. Es más, le recomiendo especialmente a los hombres que corran a su librería más cercana a hacerse de una copia del primer libro.
¿Estamos, como dicen muchos, ante la gran novela feminista de los últimos tiempos? No lo sé. Pero eso sí: no vas a poder soltar los libros hasta terminar la última página del cuarto tomo.
(Y claro, tenía que pasar, según un anuncio reciente, HBO y el grupo italiano de televisión RAI están produciendo una serie de ocho episodios inspirada en “La amiga estupenda”)
Los libros que forman la saga “Dos amigas” son:
1. “La amiga estupenda”, Lumen, 2012
2. “Un mal nombre”, Lumen, 2013
3. “Las deudas del cuerpo”, Lumen, 2014
4. “La niña perdida”, Lumen, 2015