Estafas en apps de citas: cuando un match te cuesta dinero y un corazón roto

Gina cuenta cómo fue estafada por una persona que conoció en una app de citas. ¿Qué son las estafas románticas?, ¿cómo funcionan?

En febrero de 2022 el documental El Estafador de Tinder (Netflix) vio la luz. La historia de cómo Simon Leviev estafó sistemáticamente a varias mujeres por miles de dólares le dio la vuelta al mundo, nos impactó y dejó muchas preguntas: ¿cómo pudo engañarlas?, ¿por qué las autoridades no tomaban en serio las denuncias de las víctimas? En este texto, hablamos de qué son las estafas románticas a través del testimonio de una mujer estafada después de hacer match.

Tras cancelar su boda por una infidelidad, Gina, una joven que vive en Mérida (Yucatán, México), decidió abrir un perfil en distintas aplicaciones de citas. Optó por Bumble, una app donde son las mujeres quienes dan el primer paso. Por tres meses salió con varias personas, pero se cansó emocionalmente. Cuando estaba a punto de eliminar su perfil, le apareció la foto de un chico “guapo, piloto, extranjero”. Y se dijo que esa sería la “última oportunidad” que le daría a la app. Dio swipe y fue un match instantáneo.

“Pásame tu teléfono”, fue lo primero que James le escribió. A Gina esto le pareció extraño, pero él le explicó que prefería hablar fuera de la app porque casi no se conectaba ahí. Ella aceptó, le compartió su número de WhatsApp y una hora después ya estaban hablando en ese servicio de mensajería. Esto ocurrió el 23 de enero de 2023.

Cuatro meses después Gina sería estafada por más de $3,000 dólares (alrededor de $52,000 pesos mexicanos).

¿Qué son las estafas de romance o estafas románticas?

Lo que le pasó a las víctimas del estafador de Tinder y a Gina se conoce como estafas de romance. La Policía Cibernética de la Ciudad de México las llama “soldado del amor” porque generalmente los perpetradores se hacen pasar por militares.

Se hacen pasar por personas que viven en el extranjero o por figuras públicas y enganchan a sus víctimas a través de redes sociales o apps de citas.

Marisol Sánchez, integrante de la Policía Cibernética

Agrega que generalmente eligen a personas que “acaban de terminar una relación. Posterior a esto, las víctimas empiezan a compartir su información personal, como nombre, domicilio, etcétera. Las convencen y empiezan a pedirles dinero prestado para ‘invertir’ o con la promesa de que les llegará un paquete que nunca reciben”.

De acuerdo con la Comisión Federal de Comercio en Estados Unidos (FTC, por sus siglas en inglés), el modus operandi de los estafadores de romance es el siguiente:

  • Crean perfiles falsos en sitios y aplicaciones de citas, o se comunican a través de redes sociales, como Instagram o Facebook.
  • Entablan una relación para ganarse la confianza, y a veces, para lograrlo, hablan o chatean varias veces al día (esto puede extenderse durante meses).
  • Una vez que la víctima confía en ellos inventan una historia de urgencia y piden dinero para después desaparecer.

Según la comisión, en EU, tan solo en 2021, la gente reportó pérdidas por un monto de 547 millones de dólares con este tipo de estafas, siendo los pagos con criptomonedas los más costosos. Mientras que en 2022 alrededor de 70,000 personas reportaron una estafa de romance ante la FTC.

En México, en 2023 el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública de la Ciudad de México alertó sobre este tipo de estafas románticas. Tan solo en el primer mes del año se registraron 126 intentos de estafa con este modus operandi.

«Si te pide dinero, ¡huye!»

Las primeras conversaciones que Gina tuvo con James le parecían extrañas. “A los 15 días él ya quería que me casara con él”, recuerda. Además, le daba la sensación de que James le hacía demasiadas preguntas sobre su historia amorosa y le mandaba mensajes súper extensos, “letanías” excesivamente cursis, pero ella asumió que quizá por ser extranjero estaba habituado a ese tipo de interacciones.

Él le contó que tenía nacionalidad turca, vivía en San Francisco, Estados Unidos, pero en el momento en el que conversaban se encontraba supuestamente en una misión en Noruega, como piloto de la Fuerza Aérea.

Esa es la razón por la que James se negaba a tener videollamadas con ella, porque en la base donde se encontraba no estaba permitido. Solo se comunicaban por mensajes y llamadas de audio a través de WhatsApp. Y solo una vez tuvieron una videollamada a través de Telegram. En esa ocasión Gina pudo ver su rostro pero no del todo por cómo se dio la videollamada. Sin embargo, eso le dio un poco más de confianza en que se trataba de una persona real.

Conforme fue avanzando la relación, más o menos a los tres meses de que comenzaron a platicar, James le propuso enseñarle a invertir en criptomonedas. El objetivo era que con el dinero que ganaran pudieran irse de viaje por el mundo, después de que él viviera con ella algunos meses en México.

Estafa romántica con criptomonedas

En los últimos años, las estafas con criptomonedas han ido en aumento, específicamente del tipo que le ocurrió a Gina.

Su primera “inversión” fue de 500 dólares. Lo que le dio seguridad para hacerlo fue que James le dijo que la iba a apoyar económicamente ante cualquier imprevisto. La primera indicación fue descargar Binance, una plataforma de intercambio de criptomonedas. Y registrarse en la página Experianfx donde hizo las transacciones de Ethereum (un tipo de moneda digita) y donde ocurrió la estafa.

Durante este proceso, James le explicó el paso a paso a Gina por teléfono, mientras ella le mandaba capturas de pantalla de lo que veía. “Me explicó, pero realmente jamás lo entendí. Él me decía ‘pícale a esto’, y yo: ‘¿pero es seguro’? Y él: ‘sí, es seguro’”, cuenta Gina.

Después de su primera inversión, al otro día Gina recibió una notificación por correo electrónico de que había recibido una ganancia de aproximadamente 350 pesos mexicanos. En cuanto recibió el dinero, James le enseñó a retirarlo. Eso le dio aún más confianza a Gina: ver la posibilidad de sacar su dinero en cualquier momento. Posteriormente, él le dijo que tenía que invertir más para que le dieran el 15% de la ganancia, incluso supuestamente le depositó dinero en la plataforma para animarla a invertir más.

Ella aceptó e invirtió $2,000 pesos mexicanos más. Hasta que un día, le llegó una notificación por correo electrónico de parte de Experianfx en el que le dijeron que había ganado un bono de casi $70,000 dólares (aproximadamente 1 millón 200 mil pesos mexicanos). “Baby, acabas de hacer 70 mil dólares. Wow. ¡Felicidades!”, le respondió James cuando Gina le contó. En ese momento de alegría comenzó la pesadilla.

Cuando Gina intentó retirar el dinero siguiendo los pasos que James le había enseñado, no logró hacerlo. James le sugirió enviar un correo a soporte (support@experianfx.com). De inmediato recibió una respuesta en la que le explicaron que tendría que comprar una “llave” para poder sacar el dinero que supuestamente se encontraba en su cuenta. En ese momento James involucró a una persona más: Ross, el «dueño» de la plataforma donde estaba haciendo la inversión.

James le sugirió a Gina escribirle directamente a Ross por WhatsApp. A ella se le hizo rarísimo contactar de forma tan directa al dueño de una compañía de criptos. Pero, sorprendemente, Ross le respondió. Y, en efecto, confirmó que tenía que pagar, después de supuestamente verificar su cuenta.

La “llave privada” para retirar su dinero tenía un costo, pero además Ross le dijo que tenía solo 15 días para hacer el pago y obtener sus supuestas ganancias. Con esa presión encima y la promesa de James de ayudarla a pagar la dichosa llave, Gina pagó 2,000 dólares (casi 35,000 MXN). Le escribió a Ross y este le dijo que tenía que pagar otra llave con un costo de 1,200 dólares, que ella volvió a depositar.

Nunca pudo sacar ese dinero y tanto James como Ross desaparecieron y dejaron de responder los mensajes por WhatsApp. Intentó reportar el fraude a la Policía Cibernética pero se desesperó porque no le entendían.

Algunas de las principales advertencias que el Consejo de Seguridad Ciudadana tiene son las siguientes:

  • Si un sitio virtual de inversión o comercio promociona ganancias increíbles, lo más probable es que no sea verdadero.
  • Tener cuidado con las personas que afirman oportunidades exclusivas de inversión y exigen que se actúe con rapidez.

Estafas de romance: un fraude que debe ser reparado

Gina pasó días sintiendo vergüenza por haberle creído a James, además del golpe económico que implicó. Y hasta hoy no ha recibido justicia.

Aunque comúnmente se le llama estafa, ese tipo de actividades son un FRAUDE. Normalmente creemos que “el fraude es un tema bancario, pero la realidad es que cualquier persona que se aproveche de ti para que caigas en el error o para que, basándose en una serie de situaciones y artificios, conseguir dinero y lucrar es fraude”, dice en entrevista la abogada penal feminista Leslie Urzua. Y si existiera una relación de noviazgo de por medio incluso se podría tratar como un tema de violencia familiar, específicamente de violencia económica, agrega la especialista.

La búsqueda de justicia para las personas que son víctimas de este tipo de fraudes es compleja por varias razones. Si regresamos al ejemplo inicial del estafador de Tinder, las mujeres estafadas no eran escuchadas por las autoridades. Pues puede permear la idea de que ellas fueron las que aceptaron “dar” el dinero, pero, como dice Leslie, hay detrás una “afectación en la voluntad” por toda la situación que se creó para que se diera la estafa.

Las víctimas tienen derecho a la reparación del daño, no solo monetario, sino emocional. Que se les pague el dinero, pero también los costos, por ejemplo, si requirieron terapia psicológica o incluso el servicio legal. La autoridad tiene la obligación de atender la denuncia. Para ello, Leslie sugiere tener a la mano todas las capturas de pantalla como prueba, estados de cuenta y una narración lo más detallada posible de cómo ocurrió el fraude. Si estás en Ciudad de México, una posibilidad es poner tu denuncia a través de internet y asistir al MP solo para ratificarla y así evitar la revictimización.

Para el caso de estafa con criptomonedas, Leslie dice que “cuando se trata de temas tecnológicos se nota muchísimo esta brecha en los Ministerios Públicos”. “Cuando les hablas de criptomonedas, su reacción es ‘¿de qué me estás hablando?’ (…) Es un tema que venimos señalando precisamente porque dificulta mucho la integración de las carpetas de investigación”, explica.

Consejos de seguridad para disfrutar de las apps de citas y evitar las estafas románticas

Angie Contreras, consultora en Cultivando Género y experta en temas digitales, explica que es importante “tener herramientas para disfrutar y gozar internet, así como necesitamos hablar abiertamente de sexualidad, también desde lo digital”.

No se trata de decir que las apps de citas no son seguras o que conocer personas nuevas en internet es sinónimo de fraude, pero sí tener herramientas y conocimiento que nos permitan estar alerta para evitar las estafas de romance.

Algunos puntos para tener en mente, según Angie, son los siguientes:

  • ¡Cuidar nuestra información sensible! Puede ser tu número de teléfono, nombre completo, dirección, datos bancarios, incluso tu correo electrónico.
  • Si estás platicando en una app de citas trata de seguir la conversación ahí. De hecho, eso es lo que recomiendan las mismas aplicaciones.
  • Si te pide dinero, piensa: “¿por qué no se lo pediría a alguien de mayor confianza?”
  • Sigue tu intuición.
  • Cerciórate que la app de citas que elijas exija una forma de corroborar la identidad de las personas.
  • Ten claras las reglas comunitarias de la app y qué se hace en casos de intento de fraude.

Angie está de acuerdo con Leslie en que “al Estado le hace falta creatividad” y velocidad para adaptarse a las nuevas realidades y tecnologías para proteger a las personas. Y en este sentido muchas veces son las organizaciones civiles especializadas las que terminan brindando información y acompañamiento a las personas.

Algunas organizaciones para informarse sobre temas de derechos digitales:

Pero sobre todo apostar por “hablar” acerca de estas violencias. “Platiquemos con nuestra amigas, compañeras, porque podemos encontrar ahí un apoyo (…) Aportar a mi seguridad individual, luego colectiva y comunitaria”.

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