La campaña de publicidad de la película Perdida usó la realidad de la violencia de género en México para generar polémica.
Un cartel que dice “¿La has visto?”, con la foto de una mujer, los datos del lugar donde fue vista por última vez y números de contacto. Por desgracia, algo común en las calles de muchas ciudades mexicanas.
Ah, pero si miras un poquito más: «10 de enero, solo en cines». El cartel es la publicidad de una película. La cara es de la actriz Paulina Dávila. Todo es parte de la campaña.
Así que el alivio porque esta mujer no necesita realmente ayuda se convierte en coraje porque una empresa decidió que esta era la manera de promocionar un largometraje de ficción.
La disculpa
Por supuesto, las críticas no faltaron y Jorge Michel Grau, el director de Perdida, ya se comprometió a retirar la campaña “lo antes posible”. Pero el daño está hecho, el día del estreno ya llegó y los materiales llevan semanas en las calles.
En su disculpa, como es común cuando personas famosas se ven obligadas a enfrentar un error, Grau no dice que la campaña nunca debió existir, sino que pide perdón “a quienes se han sentido ofendidos”.
Hace referencia a la situación de inseguridad, sin referirse específicamente a las mujeres que son víctimas de la violencia en México. Y también admite que “el objetivo ha sido en todo momento darle la mayor visibilidad posible a la película.”
Perdida: la realidad
En México, según el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, hay más de 36 mil personas desaparecidas. De ellas, una cuarta parte son mujeres. Pero en lugares como el Estado de México, el porcentaje llega hasta 46%.
En América Latina, dos de cada tres feminicidios se dan en el contexto de parejas o exparejas.
Aunque no sepamos estas cifras, es una realidad que nos rodea. Si vemos las redes sociales nos encontramos con carteles de mujeres, adolescentes y niñas desaparecidas.
Si le preguntamos a nuestras amigas, la mayoría han vivido situaciones de violencia en relaciones.
Y no es que no queramos que exista arte que aborde estos temas. Es deseable e incluso necesario que las películas, la televisión, la música y la literatura reaccionen al momento que estamos viviendo.
Sin embargo, la publicidad no es un arte y, por lo que podemos ver, Perdida es una película de entretenimiento acerca de un posible asesino. Es un remake de La cara oculta (Andrés Baiz, 2011), una cinta colombiana que tuvo mucho éxito en taquilla, que se espera replicar en México.
Dicen que cualquier publicidad es buena publicidad y que hablar de esta campaña solo demuestra que “se logró” el objetivo de generar polémica.
Pero si desde hace algunos años se ha logrado disminuir el nivel de sexualización de las mujeres en los medios, quizás es hora de hablar de cómo se usan los problemas de violencia de género para vender, sin realmente aportar nada de valor a la discusión ni tomarse en serio el problema.