‘Los hombres no lloran’, y otras mentiras de la masculinidad tóxica que nos hemos creído

“No seas niña”, “deja de quejarte que pareces vieja”, “los hombres no lloran”, “eres el hombre de la casa”, “las muñecas no son para los niños” son frases típicas que dicen no solo los padres sino las madres a los niños pequeños que crecen con esas ideas al respecto de los roles de género y, desde temprana edad, les meten en la cabeza la llamada masculinidad tóxica.

Si aún no estás muy identificadx con el término, la masculinidad tóxica se refiere a todas esas actitudes socialmente construidas que describen el papel del género masculino como violento, no emocional, y sexualmente agresivo (todo lo opuesto a lo que es el concepto de “ser femenina”) e impide, de alguna manera, que crezcan libres de expresar sus emociones y sentimientos.

Y así como ahora muchas gozamos de esta ola de nuevo feminismo, para ellos todavía no ha aparecido un movimiento que luche por desinstalar esta costumbre, que desetiquete la masculinidad y vea por los derechos de los hombres que sí han llegado a sufrir o ser perjudicados por el patriarcado.

Hasta la salud física

La masculinidad tóxica ha llegado no solo al área de la sicología, sino también al de la medicina. Publicaciones como Preventive Medicine y The Journal of Health Psychology han retomado el tema como una posible causa de mortalidad.

“¿Por qué los hombres viven menos que las mujeres?”, es una de las hipótesis que manejan, la respuesta es que la cultura de no quejarse —porque los verdaderos hombres no se quejan, ¿verdad?, ¡dah!— los lleva a no ir al médico o, si van, no decir enteramente qué les duele (mucho menos si quien los atiende es mujer) y, por consiguiente, a no cuidarse de enfermedades o males que terminan siendo letales.

Sucede lo mismo con la depresión y el suicidio. Aunque las mujeres son más propensas a tener tentativas de suicidio, en la concreción, la proporción de hombres a mujeres suicidas es de cuatro a uno.

Las cifras no mienten, según el Inegi, las mujeres viven en promedio más años que los hombres. En 1930, la esperanza de vida para las personas de sexo femenino era de 35 años y para el masculino de 33; al 2010 este indicador fue de 77 años para mujeres y 71 para los hombres, en 2016, se ubicó en casi 78 años para las mujeres y en casi 73 años para los hombres.

¿Cómo desintoxicarse?

Sergio Sinay es el autor del libro ‘Masculinidad tóxica’, en él explica muy claramente cómo es que surgió este concepto, cómo se desarrolla en la vida diaria y también da algunas claves de cómo desintoxicarse de ella.

Entre consejos que da él y algunos otros expertos en el tema como Harris O’Malley (alias Dr. NerdLove) está:

  • Olvidarse de los estereotipos de género que encasillan a las mujeres como débiles y a los hombres como fuertes. Esto, desde que son bebés.
  • Los hombres no pueden mirar a una mujer y pensar que ellas son inferiores. Los hombres necesitan recordar que fueron criados por una mujer.
  • Una mujer, por supuesto, tiene sentimientos y hormonas, pero los hombres también.
  • Una mujer es tan capaz de distinguir entre sus sentimientos y la realidad como lo es un hombre, así como de llegar al mismo nivel de estudios y obtener los mismos logros.

Los hombres deben asumir que las mujeres son tan capaces como ellos y así dejar de lado cualquier sentimiento de humillación que pueda acarrear. La masculinidad hegemónica o tóxica sufre su peor golpe psicológico cuando una mujer es mejor que un hombre en algo que no sea una tarea específicamente designada para mujeres.

Para la desintoxicación de este tipo de masculinidad es simplemente hacer mejores hombres: déjalos llorar, déjalos quejarse, déjalos fracasar, déjalos saber que son tan capaces y a la vez tan frágiles como lo pueden ser las mujeres. A fin de cuenta, somos humanos, ¿o no?

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