Texto. María Nájera
Fotos. Steve Solórzano / Ana Cuéllar/ Lety Ramírez
En México el tatuaje tiene una práctica histórica, siempre acompañada de un propósito social que a partir del XIX se estigmatizó negativamente. Hace aproximadamente 25 años aparecieron los primeros estudios de tatuaje en la ciudad quienes poco a poco han ido formalizando esta práctica cambiando la opinión negativa. «El tatuaje es importante en México porque por medio de él reafirmamos creencias, costumbres, ideales estéticos y filosóficos», explica la tatuadora Lil’ Van-pira al respecto.
El tatuaje, al igual que muchas disciplinas creativas, rompe esas barreras culturales y sociales generando tolerancia y libertad de expresión. Los artistas que usan el lienzo vivo se enfrentan al reto de poder traducir las ideas de otras personas a su lenguaje. Entre tatuador y tatuado se genera un diálogo que vuelve ese encuentro en algo íntimo, se rompe una barrera espacial que genera confianza, complicidad para crear algo que durará para siempre. «Creo fervientemente que cuando decides ponerte una marca en el cuerpo es como mostrarle al mundo cuáles son tus creencias. Cuando las personas deciden ponerse imágenes o “lunares personales” –como me gusta llamarlo– hay un parteaguas donde se genera un diálogo y otras personas comienzan a saber quién eres», explica la ilustradora y artista del tatuaje Xian of the Death.
Este tipo de comunicación entre tatuador y cliente ha generado un nuevo término: el tatuaje de autor, que va más allá de sólo tatuar una imagen solicitada, sino ambos proponer, retroalimentar el diseño visualmente, con líneas, formas y texturas coherentes.
En la Ciudad de México existe una gran cantidad de estudios y tatuadores independientes que a través de su versatilidad ayudan a sus clientes a plasmar en su piel un mantra personal, un recuerdo constante de algo o alguien importante en nuestra vida. «Como tatuador, siempre está la responsabilidad de saber que lo hacemos es para siempre y que debemos manejar todo con higiene y precaución. Echarle ganas siempre. Hay que ser coherentes y orientar a la gente para dirigirlos hacia lo que quieren hacer», comenta Pablo Díaz Gordoa, quien al igual que Alan Shepar, de Soy Feliz; Valentin Palmieri, de Marvin Morgan Co, y las tatuadoras independientes Lil’ Van-pira y Xian of the Death encontró en la ilustración –y después en el tatuaje– la magia de llevar en la piel un momento especial para siempre.
«En el tatuaje tiene que haber coherencia para no sólo hacer cosas bonitas, sino que tengan un significado para que haya unión entre el tatuado y el tatuador, ya que es algo que permanece en ti toda tu vida», puntualiza Valentin Palmieri.
Esta nota forma parte de nuestra alianza con Coolhuntermx.
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