Siempre me ha parecido interesante notar cómo somos expertxs en dejar para después nuestros asuntos pendientes, no sólo en las actividades diarias del trabajo o la casa, sino también cosas que de verdad queremos hacer. Es más, es muy probable que estés leyendo esto cuando deberías estar haciendo otra cosa (tranquilx, no te juzgamos), pero algo que se nos olvida es que la procrastinación es un hábito y que, como cualquier otro, se va reforzando mientras más lo practicamos.
Algunos de nosotros tenemos maestría en la postergación de ciertas actividades recurrentes que requieren nuestra atención; hemos hecho callo en ignorarlas a tal grado que mientras más las postergamos, menos culpa sentimos.
Lo contrario a procrastinar es realizar, atender, producir. La productividad es algo que cuesta trabajo desarrollar, pero que también puede convertirse en un hábito si lo trabajamos a conciencia.
Ser productivos significará cosas distintas dependiendo de los objetivos que tenga cada persona. Sin embargo, entender y aplicar estas 4 cosas puede ayudarte a salir de las telarañas de la procrastinación cada día un poquito más.
Consejos para dejar de procrastinar
1. Dividir tus días según tus actividades
El autor Cal Newport en su libro Deep Work argumenta que la atención es un recurso finito que se agota conforme avanza el día, por lo que recomienda, entre otras cosas, crear bloques de actividades.
Por ejemplo, rotular los días de la semana de tal forma que el lunes sea el día de pagos, el martes el día de juntas, miércoles el día de lectura, y así sucesivamente. La idea es no caer en la trampa de querer atacar 5 o 6 cosas el mismo día, o mucho menos al mismo tiempo. “El que mucho abarca poco aprieta” como ley de vida.
2. Ser consciente del valor que tiene tu atención
Otro experto en temas de persuasión y la atención, Tristan Harris, plantea que en el mundo hiperconectado en el que vivimos, la atención es la moneda que mueve a la economía de las redes sociales y el internet.
Detrás de cada botón que presionamos, de cada link que compartimos y de cada funcionalidad en nuestros dispositivos hay cientos de ingenieros y diseñadores trabajando por acaparar, no un poco, sino toda nuestra atención.
Por ejemplo, el sistema de notificaciones y las funciones de auto-play en los videos de Facebook, Youtube y Netflix son estrategias, sumamente exitosas por cierto, para mantenernos dentro de las redes sociales durante horas y horas. En otras palabras, están hechas para hacernos procrastinar y lo logran magistralmente. Casi siempre somos nosotros los últimos en darnos cuenta del valor de nuestra propia atención.
3. Crear un ritual matutino
Expertos en productividad argumentan que realizar ciertas cosas con valor productivo al poco tiempo de despertar nos da un sentido de logro que sirve de inspiración para el resto del día.
Para algunos el ritual puede incluir cosas muy sencillas como hacer la cama y preparar la cafetera, por ejemplo, pero para otros puede ser ir al gimnasio o sentarse a escribir, escuchar un podcast, o leer durante una hora, o algo que no incluya entrar a todas tus redes sociales como primer reflejo al despertar.
4. Programar tus actividades… y tus distracciones
Si algo no está escrito en la agenda es muy poco probable que suceda. Sin embargo, una recomendación aún más interesante es la de programar también nuestras distracciones.
Estamos muy acostumbrados a que las cosas que tenemos que hacer son las que van en la agenda y todo lo demás es tiempo libre para entrar a Facebook. Cal Newport, mencionado anteriormente, recomienda agendar el tiempo que le vamos a dedicar a las redes sociales, con el propósito de erradicar el instinto de voltear a ver nuestras pantallas negras en cada “momento libre”.
Un estudio presentado en Social Media Week reveló que en promedio revisamos nuestros teléfonos 157 veces al día, es decir, 157 oportunidades para distraernos de lo que estábamos haciendo. Agendar el tiempo en redes sociales reducirá esa cifra considerablemente.
Suele ser popular la idea de que ser productivos es cuestión de aplicar algunos «hacks» para hacer varias cosas a la vez, ahorrar un poco de tiempo por aquí, para terminar más rápido algo por allá. Lo cierto es que se trata, más bien, de saber qué está capturando nuestra atención y por qué.
Ser productivos en la actualidad significa crear el espacio suficiente para recuperar la mente y enfocarla en lo que verdaderamente importa, y estos consejos para dejar de procrastinar son un primer paso.