En un texto pasado, Irlanda Mainou nos compartió cómo estaba viviendo la endometriosis físicamente, ahora nos habla de los efectos en la salud mental.
Por: Irlanda Mainou
Vivir con endometriosis ha sido una travesía de meses en los que nunca sé si será o no una semana en la que podré pararme al baño, me quedaré llorando en la cama por horas o tendré la energía mínima para hacer mis quehaceres diarios.
La endometriosis es una enfermedad crónica en donde el tejido endometrial se forma fuera del útero. Es decir, capas de endometrio de diferentes tamaños y grosores llegan hasta los ovarios, recto e incluso la cavidad vaginal provocando una dismenorrea o dolor excesivo durante la menstruación.
En algunos casos, la dispareunia (o el dolor durante el coito) está relacionado con la endometriosis. Si estás viviendo un síntoma similar, lo más recomendable es acudir con un especialista.
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En mi caso, los medicamentos me han ayudado a mejorar físicamente. El dolor físico ya no es tan frecuente, sin embargo, existen otros: el dolor emocional y mental.
Yo nunca imaginé que hubiera una relación entre mis trastornos de ansiedad y depresión con la endometriosis. En un punto me percaté de que antes, durante y después de menstruar había ciertos síntomas tanto en mi cuerpo como en mi mente, como una completa desmotivación, cambios en mi libido, melancolía, ataques de ansiedad e incluso ansiedad social.
«La endometriosis está relacionada con alteración emocional, altos grados de somatización, y sentimientos de incertidumbre, el cual influye en la falta de percepción de control, afectando la salud mental. La ansiedad y depresión son los trastornos que más presentan comorbilidad en la endometriosis, y tienden a co-ocurrir de manera conjunta», de acuerdo con el texto científico Endometriosis: Aspectos Psicológicos (2021).
Y agrega: «los desórdenes psiquiátricos también se pueden presentar como consecuencia a tratamientos hormonales vía oral» para tratar la endometriosis.
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Y es que, chica, ¡todo es hormonal! Los trastornos mentales –más allá de la depresión y la ansiedad– pueden abonar a que la enfermedad se intensifique, al mismo tiempo de que la endometriosis también afecta a la salud mental.
Endometriosis y salud mental, ¿qué podemos hacer?
No tenemos una varita mágica que funcione para todas porque los cuerpos son completamente distintas entre sí. Lo que sí es un hecho es que intentar controlarlo –aunque suene utópico a ratos– es la solución para este torbellino de enigmas psicoemocionales, físicos y psicosociales.
Controlarlo no forzosamente es imperativo de utilizar la medicina occidental, o tal vez sí, depende de ti, de tu cuerpa y de lo que te haga sentir mejor.
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Antes de decidir cualquier cosa siempre, ¡siempre!, escucha a tu cuerpa antes. «¿Qué necesita hoy? ¿Qué no necesita? ¿Cómo prefiere articular el movimiento? ¿Cuál es su energía? ¿Cuál es su sentipensar? ¿De qué manera se apaciguan los dolores físicos y emocionales?» Teniendo esto claro es más factible hablarlo con un médico.
Y no todo está perdido, hay muchas maneras de controlarlo, tanto con medicación occidental o natural a base de plantas, cirugía, con meditación y respiración –a pesar de que esta parte es bastante difícil para nosotras las personas que vivimos con ansiedad– actividades recreativas o de ocio para distraer la mente del dolor físico y emocional o si una manera de controlarlo es llorar con un amigue entre abrazos para elevar la dopamina, es válido también.
Siempre escucha a tu cuerpa, lo que necesita y lo que te dice a través de sensaciones.