El 8 de marzo de 2021 las mujeres nos hicimos presentes tanto en lo digital como en las calles. Estas son las historias de cómo se vivió el Día Internacional de la Mujer en ciudades grandes y pequeñas.
Seguimos empapadas de toda la energía y poder que se manifestó en las calles, en los hogares y en las redes sociales este 8 de marzo de 2021.
En esta ocasión no solo marchamos, también nos apropiamos del espacio virtual. Nos recordamos la importancia de fortalecer la conexión entre nosotras y hacernos saber que esta lucha es de todas.
Se vivió de diferentes formas, pero algo que todas compartimos fue la constante reflexión y el apoyo entre nosotras.
Reunimos testimonios de morras de diferentes ciudades y esto es lo que tienen por decir.
Así fue el 8 de marzo de 2021 en diferentes ciudades
Ana, Monterrey: “Compartimos testimonios”
Entre una amiga y yo organizamos una pequeña manifestación pacífica en mi colonia para las mujeres que quisieran asistir a hacer algo simbólico. Creamos un espacio seguro donde pudimos compartir testimonios y hablar de lo que nos dejó el feminismo.
Caro, Mérida: “Una recarga total de energía”
Fue más gente de la que pensamos que iría. Primero hubo una actividad infantil y después inició la marcha. Sentí mucho más apoyo externo que el año pasado, gente que pasaba e incluso coches aplaudía y externaba su apoyo.
Al regresar al remate de Paseo Montejo, comenzaron a pintar la estatua de Montejo y después continuaron las actividades en el parque de Santa Ana. Yo fui con dos niñas (6 y 4 años) y en todo momento se sintieron seguras porque veían cómo las chicas detrás de nosotras sin conocerlas, las cuidaban. Gritaban las consignas y comprendieron la lucha.
Siempre es una recarga total de energía asistir. Ver cuántas mujeres son capaces de gritar y pelear si algo te pasa. Saber que no estás sola.
Lilia Balam, Mérida: protesta estudiantil
Estudiantes de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), tomaron simbólicamente el edificio central de la Casa de Estudios, para exigir al rector, José de Jesús Williams, romper el pacto patriarcal y dejar de encubrir a alumnos, profesores y trabajadores administrativos acusados de violentar a mujeres.
Durante la protesta, nombraron a los agresores y leyeron un posicionamiento, al ritmo de una batucada.
Sara, Satélite, Estado de México: intervención de calles
Varias mujeres intervenimos los circuitos con nombres de mujeres profesionistas y un circuito lo dedicamos a víctimas de feminicidio.
Unas amigas comenzaron el domingo en la noche a cambiar las letras, y ayer nos reunimos todas: somos amigas y todas hemos vivido toda nuestra vida aquí.
Hay 32 circuitos y sólo 4 calles con nombres de mujeres, mientras que cientos son de hombres. Estuvo bonito porque siempre hemos ido a marchar a CDMX, y desde el año pasado hablamos sobre la descentralización, sobre las marchas en la periferia. Como este año decidimos no unirnos a las marchas, optamos por hacer estas tomas simbólicas.
En Satélite hay una falsa imagen de seguridad, pero seguimos siendo parte de Naucalpan y seguimos teniendo feminicidios constantemente, es importante nombrar a las víctimas y que no sean sólo un número
Azul, Acapulco, Guerrero: manifestación y autocuidado
En Acapulco vivimos el 8M con una intención particular: en nuestro estado, Guerrero, actualmente tenemos como candidato a la gubernatura a Félix Salgado Macedonio, acusado y señalado por ejercer violencia sexual.
Cargadas con pancartas, megáfonos, banderas moradas y vestidas de negro, salimos a exigir justicia. Nuestro camino se tiñó de morado, de consignas escritas por donde caminábamos y algunas lágrimas y alegría que salpicamos con cada consigna.
Caminamos del Zócalo al Asta Bandera. Ahí, concentradas todas, bailamos y mostramos quiénes fueron nuestros agresores. Quemamos las banderas de los partidos políticos que tanto han golpeado a nuestro estado con sus falsas promesas. Nos pronunciamos.
Posteriormente caminamos otro poco más, algunas acortamos camino en el transporte público para nuevamente reunirnos en el Malecón de Acapulco para el Plantón de autocuidado, coordinado por mí. Ahí, frente al mar, nos dijimos todo lo que sentimos, las violencias que vivimos: esas que no se ven, que apenas en las marchas se pueden escuchar, nos hicimos familia y acompañamos.
Nos llegó la noche y lo innegable: teníamos que volver porque la realidad de nosotras es que existen horas donde las mujeres no deben estar en las calles, para poder volver seguras a sus casas, o intentar esquivar al agresor que nos silencie.
Vale, Morelia, Michoacán: “Fue hermoso”
Esta fue mi primera marcha y fue algo hermoso: lloramos, gritamos, cantamos, nos ayudamos entre todas. Realmente me sentí tan protegida entre todas las mujeres que estaban ahí, fue una experiencia inexplicable la verdad.
Mix, Aguascalientes: “Fue el abrazo que no había tenido en mucho tiempo”
Días previos ya estaba preparándome. Amigas ya estaban preparando actividades en donde pudimos compartir saberes, risas y acompañamiento. Estas actividades se traducen en bordados colectivos, en conversatorios y en hacer carteles.
Estaba nerviosa, pero nunca faltó ese apoyo y ver caras familiares en la marcha fue un abrazo que no había tenido en mucho tiempo.
Se complicaron las cosas un poco al final de la marcha, los puercos tomaron medidas muy violentas y compas terminaron siendo agredidas. Pero sabemos que no acaba aquí. Aún se está haciendo ruido y se está preparando una respuesta hacia toda la violación de nuestros derechos y la injusticia que vivimos a diario.
Andrea, Toluca: “El 8M las calles sí nos pertenecen”
Mi amigas y yo fuimos a la marcha multimodal feminisma. Las alcanzamos después de trabajar y me llevé la cámara por cualquier cosa. En cuanto comencé a escuchar las consignas acercándose corrí super emocionada y feliz a ver a las compañeras.
Vi a una mujer en bicicleta y documentando, a una amiga de la facultad, a mujeres con hijos, niñas pequeñas y comenzamos a avanzar con ellas a pie hacia los memoriales de Eugenia de 35 años y de Fátima de 12, algunas llevaban también velas, y comenzaron a cantar «Canción sin miedo».
Me sentí triste, fue una reunión mucho más solemne que la del 2020 sin embargo, también me di cuenta que durante las marchas feministas me siento sumamente tranquila y protegida por todas las mujeres que me rodean. Es el único día en el que siento la seguridad de portar mi cámara en la calle y hacer fotografía a las 8pm porque sé que ese día las calles Sí nos pertenecen.
Nadia Bernal, Querétaro: «Lo que se vivió fue una marcha histórica»
A mí me tocó ir a cubrir, ya que soy reportera de un medio local y lo que se vivió fue una marcha histórica, no solo por el contexto de pandemia sino porque en Querétaro cada vez hay más movilización por parte se las morras. Según protección civil fueron alrededor de 7 mil mujeres las que salieron ayer, fueron muchísimas. Además, la movilización inició con pintas de protestas a una maqueta monumental que desde hace dos años se instaló acá en la Alameda, y terminó en la Fiscalía de Feminicidios de Querétaro, las morras quemaron todo y llenaeon el inmueble de boletines de mujeres desaparecidas, nombres de mujeres que han sido víctimas de Feminicidios, vi el nombre de Pilar, una amiga de una de mis mejores amigas, que desde 2017 no se le ha dado justicia a su caso. Entonces ver todo esto que estaba haciendo las morras en ese momento fue muy fuerte y emotivo también.
Vivi Escobar, Puebla: «Nos tenemos las unas a las otras»
Mi experiencia en la marcha fue algo super emotivo y especial. Todo estaba muy incierto por lo del Covid19, pero ni el virus nos pudo parar. Recuerdo una pancarta que me gustó mucho que decía «¿miedo? solo al silencio». Esta vez iba solo con una amiga y mi perrita, pero definitivamente no nos sentimos solas. Estábamos rodeadas y protegidas, me sentí tranquila porque entre todas nos íbamos cuidando.
Como en todas las marchas pasadas, realmente vi y sentí el hartazgo y enojo de todas. Ni un muro, ni un cristal, ni un monumento vale más que una vida, por lo que entre todas nos apoyamos y gritamos con mucha fuerza “fuimos todas”.
Me llenó de esperanza ver que ningún virus, pared o gobierno nos para. Que a pesar de las circunstancias en las que estábamos marchando nada había cambiado, seguíamos gritando con la misma fuerza que otros años. Definitivamente nada puede parar al movimiento feminista, nos tenemos unas a las otras.
Ale Pardo, Mazatlán: «Grité por aquellas que no pudieron acompañarnos»
La fortuna de tener a tantas hermanas y recorrer el largo del malecón más bonito de México, fue parte de mi lucha. Entre tantos rostros, dolor y pérdidas caminé y grité por aquellas que no pudieron acompañarnos, no solamente porque ya no están aquí, sino por todas aquellas que no tienen la libertad de expresarse ni exigir justicia. Nunca voy a sentir la valentía que siento cuando marcho un 8 de marzo, al ser mi tercera vez puedo decir que espero este acto todo un año, pero la lucha la llevo conmigo todos los días desde que me levanto de mi cama y ruego por volver a estar en ella por la noche.