Durante esta emergencia de salud, las abuelas son cuidadoras y están incluso a cargo de la educación de las niñas y niños en México, aunque esto puede poner en riesgo su salud.
Por: Arleth García
En mayo, Rosa, de 55 años, dejó de ir al puesto de carne que maneja con su esposo para cuidar a su nieto de cinco años.
Ya lo cuidaba desde finales de 2019, cuando su hija mayor se separó de su pareja y comenzó a trabajar fuera de casa. Rosa y su esposo Juan se repartían el trabajo en el puesto y los cuidados, pero con la pandemia las cosas cambiaron.
Ahora, Rosa se queda en casa, apoyando con la educación a distancia y el cuidado a tiempo completo:
“Es difícil. Estaba acostumbrada a salir, trabajar. Hace años que no cuido ningún niño o niña, hemos sido sólo mi esposo y yo desde hace varios años. Ahora debo adaptar mis días a cuidar de alguien”, me cuenta.
Y ella no es la única. Durante la pandemia, miles de mujeres de la tercera edad y abuelas son cuidadoras de sus nietas y nietos, aunque eso podría ponerlas en peligro de contagiarse.
La tercera edad está en mayor peligro
De acuerdo con la doctora Guadalupe Miranda Novales, profesora de Infectología en la Facultad de Medicina de la UNAM, las adultas mayores son más vulnerables a contagiarse de covid-19, mientras que las niñas y niños que llegan a contraer el virus en su mayoría son asintomáticas. Por eso, estas poblaciones no deberían pasar tanto tiempo juntas.
Rosa cuida de su nieto desde las siete de la mañana, cuando la mamá de él se va a trabajar, hasta las cuatro de la tarde. El trabajar desde casa no es una opción para Monserrat, su hija, quien es cuidadora en una casa hogar para personas mayores.
“Quédate en casa”, es lo que repite, desde que inició la cuarentena, hace cinco meses el Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell. Sin embargo, esto no es una posibilidad para una mayoría de mexicanos y mexicanas, que siguen saliendo a trabajar.
Desde finales de julio, el gobernador del Estado de México, donde viven Rosa y su familia, señaló en redes sociales que “el Estado de México se mantendrá en semáforo naranja, lo que implica alto riesgo de contagio, pero con la posibilidad de que ciertos sectores de la comunidad salgan a laborar y reactivar la economía del país.
Abuelas cuidadoras y maestras
En la nueva normalidad, la Secretaría de Educación Pública (SEP) adaptó el regreso a clases a distancia para la educación básica, media superior y superior con la campaña “Regreso a Clases – Aprende en Casa II”.
La campaña consiste de clases transmitidas en televisión nacional a lo largo del día y el apoyo de plataformas de videollamada.
“La maestra me envía los ejercicios que debe hacer el niño, cuando los termine debo mandárselos. Pero se vuelve tedioso, dependiendo de la actitud que tenga Carlos. A veces quiere trabajar, a veces no. Tengo que estar detrás de él. Me canso”, nos dice Rosa.
Aunque la SEP creó medidas sencillas de aprendizaje, que se apoyan con materiales que encuentren dentro del hogar, los motivos por los que las adultas mayores tengan que salir de casa y exponerse a posibles contagios son infinitas.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social (ENESS), en el año 2017, del total de niños y niñas de entre 0 a 6 años, la población reconoció que 3.5 millones, equivalente al 25 por ciento, fueron cuidados por sus abuelas mientras mamá y papá trabajan.
La población y el Estado tienen la responsabilidad de cuidar a la vejez, buscando que su contacto con el exterior sea nulo. Por desgracia, el gobierno mexicano no cuenta con un plan de acción que ponga como prioridad a aquellas adultas mayores que cuidan y educan en la pandemia.
¿Quién está contando sus historias?
Aunque es un tema de gran importancia, las abuelas cuidadoras y educadoras no están en el centro de la conversación en países latinoamericanos. Sin embargo, podemos conocer un poco de la situación en el mundo.
Por ejemplo, La Voz de América habló de las abuelas en Estados Unidos y otros países y El País sobre cómo se está viviendo en España.
En conmemoración del día de las y los abuelos, este 28 de agosto en México, el Museo de la Mujer llevó a cabo la conferencia virtual «Adultas mayores en México ante el Covid-19 (2020)», con el objetivo de visibilizar las dificultades a las que están expuestas las adultas mayores en una pandemia.
Cuidados y apoyos para ellas
La labor de cuidados que ejercen las mujeres a diario en contexto de pandemia demuestra su importancia para la sostenibilidad de la vida y la poca visibilidad que tiene este sector en las economías de América Latina y el Caribe.
Urge pensar las respuestas a las necesidades de cuidados desde un enfoque de género, cómo explicó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su informe publicado el pasado abril, “La pandemia del COVID-19 profundiza la crisis de los cuidados en América Latina y el Caribe”.
En Europa por ejemplo, sí se está teniendo en cuenta que quienes realizan la mayor cantidad de tareas de cuidados son las mujeres, en este caso las mujeres de la tercera edad. Las italianas recibieron un apoyo de 1.200 euros a por cuidar a sus nietos y nietas durante la pandemia.
El Gobierno mexicano creó el programa “Pensión para el bienestar de los adultxs mayores” que consiste en un apoyo económico de $2,550 pesos cada dos meses y atiende a la vejez mayor de 68 años de todo el país, y de 65 años que viven en los municipios integrantes de pueblos indígenas.
Sin embargo, por la alta demanda de solicitantes y en algunos casos el desconocimiento de la misma, estos apoyos no están llegando a toda la vejez que lo requiere.
Las abuelas mexicanas
Las abuelas mexicanas no son exclusivamente adultas mayores. Las hay de distintas edades, como Rosa, que recién cumple 55, y no cuentan con apoyos o visibilidad en su labor de cuidados y educación a sus nietas o nietos.
“Me gusta cuidar de Carlos y apoyar a mi hija, pero también me gusta salir a trabajar. Lo he hecho desde chica. Aún cuando mis hijas e hijos eran pequeños. Ahora soy un poco enfermiza, por la edad, y un dinero extra para emergencias no estaría de más”, nos dijo Rosa.