Este reportaje fue creado de forma colaborativa en el Mediatón #VocesEnAlza de Chicas Poderosas, donde 100 mujeres que trabajan en medios provenientes de 17 estados se reunieron en noviembre en Ciudad de México para contar historias sobre el acoso contra las mujeres y niñas.
Este mediatón fue posible gracias al apoyo de Google News Initiative, la Embajada de Estados Unidos en México, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Centro Cultural de España en México. Para ver todos los proyectos creados en el Mediatón #VocesEnAlza, visita bit.ly/vocesenalza.
Por: Anayeli García, Amanali Cornejo, Celia Guerrero, Estefanía Camacho, Flora Isela Chacón, Mayela Sánchez y Patricia Ramírez
La violencia machista dentro de instituciones estudiantiles en México ha enfrentado a las mujeres de esa comunidad a la realidad de no poder vivir su espacio de una forma segura y libre, pero también con una cobertura mediática del tema sesgada, poco profunda y sin una perspectiva de género.
Aunque los feminicidios dentro de planteles escolares suelen ser noticia, como los de las estudiantes del CCH Oriente, Miranda Mendoza Flores, Aidée Mendoza y Jenifer Sánchez, la forma en que los medios tradicionales reportan los hechos y el seguimiento de las historias tiende a revictimizar, e incluso criminalizar a las mujeres estudiantes que deciden realizar manifestaciones o protestas en contra del acoso y violencia machista.
“Las notas periodísticas que se dieron a partir del feminicidio de Miranda, fueron muy amarillistas, comentaban poco de lo que había sucedido. Los títulos siempre eran chica secuestrada, encontrada muerta, cosas así, que revictimizaban a Miranda”, explica Rosa Díaz, cofundadora del colectivo Rosas Violetas Oriente después del feminicidio de su amiga Miranda Mendoza.
Del análisis de 50 notas sobre las manifestaciones feministas dentro de espacios escolares, como el CCH Oriente y la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, se encontró que 20 no abordan la problemática del acoso escolar y se limitan a mencionar el paro, muchas veces criticando los destrozos y supuesta violencia de las mujeres.
Estudiantes como Rosa Díaz, reclaman, además de espacios seguros y respuestas por parte de las autoridades estatales y estudiantiles, una cobertura mediática con una mirada ética, responsable, y que las incluya a ellas como narradoras de sus propias historias.