¿Odias los intercambios navideños porque siempre te tocan cosas chafas? Tal vez puedas identificarte con una de estas historias
Navidad… blanca Navidad. Es una época que en la infancia amábamos y que ahora nos llena de ambivalencia.
Por ejemplo, si no te cuidas, de repente ya eres parte de 5 o 6 intercambios de regalos y te rebanas la cabeza pensando en ideas creativas para obsequios (y gastando todo tu aguinaldo).)
¿Has sido esa persona que se esmera tanto hasta en la envoltura del regalo y a ti solo te han dado una tutsibota? bueno, tal vez estas desastrosas historias de intercambios navideños te hagan decir sister, I feel you!
Intercambios navideños decepcionantes
Calzones de última hora
En un intercambio entre amigas, decidimos que nos daríamos calzones. Pusimos info sobre nuestras preferencias (yo, por ejemplo, sí dije que me gustan los que son de algodón) y nuestras tallas. La verdad me esforcé mucho por encontrar uno súper cute para la amiga que me tocó.
Cuando llegó el día, una de las participantes confesó que había ido de compras hacía solo unas horas. Y resultó que me daba a mí y… que me compró un paquete económico de 3 calzones en el súper (AMICS: ¡NI SIQUIERA ERAN DE ALGODÓN!)
Todavía somos amigas pero ya no participo en intercambios.
Venganza navideña
Esto lo viví solo como una espectadora, fue muy emocionante. En un intercambio oficinil, a una chica le tocó su némesis, esa con la que tenía pleitos cada semana por cosas cero importantes y todas las demás personas en la empresa nos enterábamos.
El caso es que la némesis pidió algo muy difícil de conseguir y también que se pasaba del presupuesto acordado. En un chat anónimo se le pidió que ponga otras opciones y escribió «¡Sorpréndeme!»
Les juro que sí estaba sorprendida cuando abrió una cajota de chocolates de Sanborns, los más baratos. Ojalá tuviera una foto de su cara en ese momento y de la expresión de satisfacción de su «enemiga secreta».
Sin envoltura
En uno de los intercambios navideños de la escuela decidimos hacer uno de dulces extranjeros. El presupuesto que acordamos no era tan alto pero el objetivo era sacar nuestro lado creativo y ser originales.
Yo compré una canasta en forma de muñeco de nieve y le metí muchos chocolates. No es que haya gastado tanto dinero, pero pase horas adornándola para que quedara linda, digna de ser un regalo.
La decepción me la llevé a la hora del intercambio cuando me di cuenta que le toqué al compañero que llevo unos Pocky sin envolver. Salí muy triste y enfadada.
Merry XXXmas
Mis compañeras de trabajo hicieron una propuesta de intercambio navideño poco convencional. Cada quién iba a comprar su regalo en una sex shop y le iba a regalar a la persona que la había tocado lo que más sintiera que disfrutaría (esto podía incluir vibradores, dildos, arneses, esposas o disfraces). La cosa era ponernos creativas y divertidas.
Invertí mucho tiempo (y dinero) en buscar el regalo perfecto. Armé un kit que incluía un vibrador chulísimo que era del color favorito de mi compañera, un juego de lencería y hasta dulces en forma de pene.
En la oficina todas decíamos que le estábamos echando ganas al intercambio y moríamos de ganas por saber quién y qué nos darían.
El día llegó y todas estábamos dando regalos increíbles, nos estábamos divirtiendo mucho. La última en recibir fui yo: sólo me dieron una caja de condones y un lubricante. El silencio incómodo fue notorio y muy decepcionante.
La intención NO es siempre lo que cuenta
Todos los años hacemos intercambios navideños entre mis 5 amigos y yo. Sin embargo, a veces tenemos mala suerte y nos toca darle a la misma persona.
Normalmente todos damos regalos muy acertados excepto una de mis amigas que siempre da cosas que nos dejan un poco confundidos (y decepcionados).
El intercambio del año pasado, yo fui su secret santa y cuando abrí su regalo eran 2 aretes de listones de colores pegados a mano con silicón mal puesto.
Por la notoria terrible calidad y elaboración de mi regalo le pregunté si ella lo había hecho (por eso de que la intención es siempre lo que cuenta). Ella me contestó que no, que se lo había comprado a una señora saliendo del metro.
Suéter de dudosa procedencia
Yo soy fan de los suéteres y también de la Navidad pero jamás voy a olvidar ese horrible regalo que me dieron en la prepa.
Había pedido un suéter de color rojo o gris, pues son mis colores favoritos. El presupuesto del intercambio era de $400, así que de alguna manera teníamos que ser precisos y no tan exigentes con nuestras peticiones.
El día del intercambio todo estaba saliendo muy bien, hasta que le toqué a una compañera que efectivamente me dio un suéter pero que estaba descosido de la manga y olía entre a humedad y cigarro.
Tenía algunos adornos navideños pero se veía deslavado y además me lo entregó en una bolsa de plástico.
Definitivamente ha sido el peor regalo que me han dado en la vida.
Terrible confusión
Cuando estaba en sexto de primaria, la maestra organizó un intercambio de regalos para el salón.
Cada quién tenía que escribir en un papel su nombre y lo que quería. Ahí me ves escribiendo diligentemente «Rosi» y pidiendo algo muy del dos mil como varias plumas de gel de colores.
Llegó el emocionante último día de clases antes de vacaciones de invierno, cuando vas muy emocionada porque te dejan ir sin uniforme y te sientes muy cool.
Perooooo ¡sorpresa! Yo di mi regalo en el intercambio y no había nada para mí: resulta que uno de mis compañeros se llamaba “Robi” y la persona que vio «Rosi» leyó mal… así que Robi tuvo dos regalos.
Nada como que después de todo el malentendido Robi se acerca y me dice: «este regalo no me gustó, te lo puedes llevar». Que bárbaro, Robi ya salvaste la Navidad dándome tus restos…
Además, lo que me dio era un libro de la serie Goosebumps, que yo tenía prohibido leer porque era muy miedosa y me traumaba con cualquier cosa de terror.