Nunca digas «de esa agua no he de beber» ni tampoco esos calzones jamás me los voy a poner, pues, en un giro inesperado, el mundo fashionista –ese al que le encanta que amemos lo que antes considerábamos espantoso– ha decidido que los calzones de abuelita están de moda.
Los también llamados calzones paracaídas –por brindar gran cobertura– han tenido un espectacular regreso avalado por algunas de las celebridades más famosas de la industria del entretenimiento.
Rihanna, Kim Kardashian y Chrissy Teigen han sido captadas “abueleando” en todo su esplendor… y ya sabemos cómo funciona la cosa: si las celebridades más populares usan algo, eventualmente llegará a los armarios de la mujer promedio, o, si ya estaban ahí, se cubrirán de aceptación social y coolness.
Hora de abuelear
El regreso de los calzones de abuelita ha sido lento, pero imparable. Según datos de la compañía de investigación NPD Group, las ventas de tangas disminuyeron 7% en el último año en Estados Unidos, mientras que las ventas de estilos completos crecieron 17%.
El cambio era evidente: las mujeres buscan comodidad y, al mismo tiempo, tomar distancia de la “obligación” de ser un objeto sexual para ponerse lo que les venga en gana, ya sea la talla más pequeña o un calzón más grande que el de Bridget Jones.
De acuerdo con el sitio VOX, el interés por los calzones completos comenzó desde 2014, cuando las mujeres millennials empezaron a interesarse por esta prenda y la marca Acne Studios creó una colección que muchas abuelitas ya quisieran.
¡Vivan los calzones de abuelita!
Ahora no es extraño ver en redes sociales fotos de mujeres ataviadas en calzones que antes jamás se hubieran atrevido a mostrar en público.
Los chones que antes se guardaban exclusivamente para cuando estabas «en tus días» han tomado la parte delantera del cajón de ropa interior… ¡y qué felicidad!
Éxito inesperado
Gran parte del éxito de los calzones de abuelita ha sido el rediseño.
Los granny panties de la actualidad no lucen como los de antes. Marcas como SavageXFenty, Torrid, Aerie y Calvin Klein han apostado por un diseño sin costuras, telas más ligeras, encajes y bordados.
Así, aunque sea un diseño de mucha cobertura, ya no tiene esa apariencia de calzón de El Santo.
Marshal Cohen, analista en jefe de la industria en NPD Group, asegura que esta preferencia de ropa interior sorprendió a la industria, pero fue aceptada rápidamente, pues era obvio que las mujeres preferían la función sobre la forma y estaban reconociendo que “existen más allá de la mirada masculina”.
Quién lo diría, así de grande es el poder de un pequeño trozo de tela.