Esta vez, el trabajo de oficina en el Laboratorio Malvestida fue ir a una cata de té en el hotel Carlota. La reunión consistió en probar diferentes sabores y presentaciones del matcha que tan de moda está ahora en México.
Cabe aclarar que soy fan de clóset de esta bebida, pero nunca me había adentrado en el territorio del té verde en polvo. Los anfitriones fueron los de la marca Matcha Kaori, que han sabido exportar té de Japón con calidad premium a México. Entonces, todo bien con estos expertos y sus mesas instagrameables que tenía adornadas para nosotros.
La charla partió al dejar clara la diferencia entre té (el que sale de la planta del té y se conoce como negro y verde) y una tisana, a la que en México les llamamos —porque así nos lo enseñó nuestra abuelita— té de manzanilla, té de hierbabuena, té de canela, pero son en realidad infusiones herbales, frutales o de especias. El matcha es un té verde molido que se usa para las ceremonias japonesas. O sea, uno bien especial.
Liliana Díaz, dueña de Matcha Kaori fue la encargada de introducirnos a la cata con las diferentes versiones: el matcha helado, el tradicional y los tés de hoja entera con algunos blends japoneses. Conversando con ella, esto fue lo que aprendí y lo que más me sorprendió.
1. Tuve que desaprender varias cosas sobre cómo tomar el té
Eso de poner el agua a hervir y en ese momento echar el sobre o vaciar las cucharadas de té es malísimo porque se quema. Lo ideal es dejar que hierva el agua, retirar del fuego unos 3 o 5 minutos y entonces infusionar el té para que suelte su sabor. Cada uno tiene un tiempo definido para esto y hay que seguirlo al pie del segundero para que no se amargue o quede parco de sabor.
Ah sí, si sueles beber té en bolsita, nunca, pero NUNCA exprimas lo que queda en el sobre porque matas al té. Y los japoneses lloran.
2. El té verde puede ser tan caro como un buen vino
Dado que el matcha es una bebida 10 veces más poderosa que el té verde normal, merece ser más caro. También porque es la mejor parte del té verde triturado, o sea, tipo los espermas que sí llegan a fecundar óvulos. Es por eso que el matcha se usa en las ceremonias del té de los japoneses y eso, pues no cuesta un peso por sobre.
3. Me la he pasado bebiendo basura del campo
Según nos explicaron en la cata, el té de bolsita que nos venden en el supermercado sube o baja tanto de precio por la calidad del mismo. Hay tés de bolsita que tienen un gramo y ese gramo parece polvo. A razón de los conocedores, esto es el desperdicio del té, la salchicha del supermercado, el surimi del sushi refrigerado, la razón por la que no somos tan buenos como los japoneses, o algo así.
La idea de “si es caro, es bueno”, no aplica 100%. Hay tiendas japonesas o chinas donde venden el té verde de hoja entera y son absurda e idealmente baratos. Grupo Mikasa es uno de ellos.
4. Los japoneses son como seres sobrenaturales
No es una mentira ni nada secreto afirmar que los nipones no son solo ciudadanos de primer mundo, sino de lo mejorcito del primer mundo. Parte de eso se debe a su alimentación, como el té matcha que: tiene antioxidantes (más que cualquier fruta o semilla), acelera el metabolismo y quema calorías; aumenta el rendimiento metabólico hasta un 40% en los consumidores habituales; desintoxica naturalmente (ideal para la cruda); relaja y calma proporcionando un estado de alerta a la vez (para la cruda en días laborales); mejora la capacidad de concentración; proporciona vitaminas y minerales; ayuda a mantener los dientes y encías saludables; es rico en fibra y ayuda a mantener regulados los niveles de glucosa y colesterol en la sangre. Ahí nomás.
5. El té puede disfrutarse sin azúcar y sin leche
Eso de ponerle leche es de ingleses e indios, los japoneses se lo echan a pelo: sin leche, sin azúcar o stevia. Y aunque sabe un poco amargo al principio, se le va agarrando el gusto con el tiempo.
6. Puedes consumir el matcha casi casi que hasta en inyecciones
Una de las ventajas de este polvito verde es que puede introducirse en una infinidad de bebidas, platillos y productos. Tan solo ese día probamos queso mascarpone con matcha, panqué, galletas y gomitas con este ingrediente. Pero hemos visto también conchas, croissants, malteadas, smoothies, bebidas de tapioca, donas y un sinfín de productos verdes que lo contienen.
7. Ser diestrx en la ceremonia del té equivale a tener un doctorado en Harvard
Haber visto ‘Mulán’ o ‘Karate Kid 2’ más de 30 veces no te hará expertx en la ceremonia del té. Quien sabe preparar el matcha ceremonial lleva muchos años —tal vez su vida entera— dedicándose a aprender sobre la producción y los tipos de té, saber mover el chasen (escobetilla de madera), chawan (vasija para prepararlo) y chasyaku (cucharita de madera).
Caso aparte, debe saber llevar el kimono, escribir bonito la caligrafía, estar al tiro con el arreglo floral, la cerámica, el incienso, la suiseki (una piedra con forma de paisaje natural) y un amplio abanico de otras disciplinas y artes tradicionales que solo los muy clavados saben hacer bien. Podrás tener un doctorado en física nuclear, pero esto de la ceremonia del té es solo para expertos.
8. ¿Por qué a los mexicanos les tiene que gustar el refresco y no el té verde?
Esa es una pregunta del millón que deberíamos poner en práctica con nuestros hijos, sobrinos y con nosotros mismos. Hola, matcha, adiós Coca-Cola.
9. Se puede volver toda una obsesión
No solo por el delicioso sabor del té y la idea firme de que esto hace muy bien al cuerpo, sino porque toda la cultura que hay alrededor de él se vuelve peligrosamente obsesiva. Bastó ver las teteras y los vacitos (porque lo cool de esta bebida caliente es que no se toma en tazas sino en vasijas especiales) para saber que los quiero tener en casa ya y comenzar a organizar reuniones de té con mis amigxs.
10. Evita el exceso
Por muy saludable que sea el matcha, no debes tomar demasiado si no estás acostumbradx. Yo, como inexperta en el tema, probé de siete tés diferentes: Matcha Kaori Tradicional, Ceremonial, Imperial, Sakura (té verde con flor de cerezo), Kocha (té negro japonés), Geinmaicha y matcha helado. Además, lo combiné con sandwichitos de espinaca con queso mascarpone con matcha, panqué de matcha, galletas de matcha y gomitas de matcha. Al principio me sentí con mucha energía, pero pasada una media hora, sentía que un pequeño monstruo me estaba poseyendo el corazón.
Moraleja, nunca te excedas, ni con lo saludable.
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