¡Ya son 20 años del estreno! Y tenemos los finales alternativos de Titanic

Permiso para sentirse como antiguedad si estás leyendo esto. Han pasado ya 20 años desde que se estrenó ‘Titanic’; de cantar a grito pelado la canción de ‘My heart will go on’; tener sueños románticos con Leo DiCaprio; de reconocer que qué bonito cuerpo tiene Kate Winslet y de llorar descontroladamente porque Rose no le hizo espacio a Jack en esa tabla que pudo haberle salvado la vida y… ¿vivir felices por siempre? ¡No en 2017!

Como 20 años no pasan en vano, muchxs ya podemos ver fríamente esas escenas románticas y melcochosas en exceso y pensar cosas como: ¿Y si se hubiera salvado Jack, habrían sido felices? ¿Se habrían casado y divorciado? ¿Con quién se habrían quedado sus hijos? ¿Jack habría encontrado la muerte años después por el ataque de un oso? ¿Rose acabaría saliendo con un chavito 20 años menor que ella porque le leía cuentos bonitos? Todo eso lo podemos saber —como decía tía Cositas— si usas tu imaginación.

Entre largas jornadas de trabajo, en Malvestida se nos ocurrieron algunos finales alternativos de Titanic. Y aquí van.

Jack se salva

El Titanic se está hundiendo y ya no hay lanchas, porque mujeres, niños y gandallas no dejaron que subieran más personas. Rose y Jack encuentran una tabla que flota en el agua helada, pero al parecer solo uno cabe encima. Intentan subir muchas veces los dos, pero la tabla se hunde, entonces, por caballerosidad y por amor, Jack deja que Rose se quede encima.

Cuando Leo, perdón, Jack, siente que el agua lo congela de verdad, se arrepiente y le dice a Rose “sabes que, siempre sí hazme un campito”. Rose está tan entumida que ni le contesta. Jack se sube y Rose se va hundiendo lentamente sin que él pueda hacer algo al respecto.

Jack es rescatado horas después y a su llegada a Nueva York, se convierte en un hombre medio amargado hasta que encuentra el amor en ser corredor de bolsa, hacer mucho dinero, consumir drogas duras y tiene episodios de soberbia tan divertidos como aventar billetes desde lo alto de un barco. Spoiler alert, no ganó un Oscar.

Los dos sobreviven

Por un milagro de las leyes de la física –combinado con un fenómeno ovni tipo Jaime Maussán– Rose y Jack logran el equilibrio perfecto y se salvan de morir congelados en el mar. Cuando llegan a tierra firme, el malvadísimo y ardido Cal Hockley intenta matarlos de puro coraje, pero Rose le entrega el “Corazón del océano” y entonces él se va feliz por haber hecho un buen trato.

Por fin, Jack y Rose son libres de amarse y vivir juntos. Apenas llegan al hotel para pasar su primera noche y en plena acción, Rose se da cuenta que a él le huelen bien feo los pies. A él no le gusta que ella es demasiado fresa y no soporta estar en un hotel barato. Con diferencias irreconciliables, todo acaba ahí. Terminan por aceptar que no iba a funcionar porque lo suyo fue solo un amor de barco. En la realidad, ya no luce tan atractivo eso de querer morir por otro y vivir juntos pasa siempre.

Sí hubo boda

Sí, es como el ‘Titanic 2, el regreso’. En este escenario, Jack y Rose viven ya en una casa en Wisconsin, pero no logran tener familia. Al parecer, el frío del día en que se hundió el barco dejó un poco dañado el aparato reproductor masculino de Jack. Entonces se tiran al puro placer, pero eso tampoco funciona.

Se dan cuenta de que el sexo es terrible si no es en un lugar prohibido. Tratan de avivar su pasión en el auto dentro un estacionamiento, intentan revivir su historia de amor en la bañera de un hotel de paso (con un barquito de plástico incluido), prueban varios escenarios non santos y nada. La llama se ha apagado. Entonces, Jack retoma su vida de trotamundos y Rose se dedica a correr caballos, con un pie de cada lado del corcel. 

Cuento de hadas millennial

Justo cuando Jack está a punto de perderse en el océano para siempre, un barquito llega de sorpresa a salvarlos a él y a Rose.

Ya en tierra firme después de esa experiencia tan intensa, Rose –pese a la oposición y la amenaza de su familia de desheredarla– decide quedarse con Jack. No se casan, pero viven en unión libre muy felices durante algunos años, hasta que se dan cuenta de que tienen todo un mundo por explorar y gente nueva que conocer, así que muy cordialmente se dicen adiós.

Rose le pide perdón a su familia y regresa a tener sus riquezas, las cuales invierte para convertirse en una mujer de negocios. Jack, por su parte, se dedica de lleno al arte y se vuelve bastante popular en el medio.

Muchos años después se topan. Rose va de la mano con su novia (porque sí, descubrió que realmente es bisexual). Ambos sonríen y deciden irse a tomar un traguito –de cuates– por los viejos tiempos. Se ponen pedos y terminan besuqueándose hasta que cierra el bar. No se vuelven a ver jamás.

Final afortunado

La vieja Rose DeWitt Bukater termina de contar su historia en el Titanic. Como ve que Brock Lovett no es más que un cazador de tesoros que busca el «Corazón del océano» a cualquier costa, ella decide dárselo, pero a cambio de mucho, pero muuuuuuuucho billullo.

Con esa fortuna, Rose busca a James Cameron y le dice que vuelva a hacer una buena película, que le paga, pero que esta vez no mate a su Jack.

***

¿Con cuál te quedas? ¿Se te ocurre una historia para sumar a los finales alternativos de Titanic? Cuéntanosla y la agregamos.

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