Las cifras en acosos, abusos y violaciones sexuales no deberían sorprendernos después de saber que muchos hombres no tienen ni idea de qué es el “sexo consensuado”. Así lo probó un nuevo estudio de la facultad de sicología de la universidad de Binghamton, Nueva York, que analizó cómo los hombres interpretan las interacciones sexuales.
Este estudio tan necesario hoy en día fue titulado «Determinantes situacionales y de disposición de la percepción de los hombres universitarios sobre el deseo sexual de las mujeres y su consentimiento para el sexo: un análisis de viñeta factorial» y analizó a 145 estudiantes varones, heterosexuales, con una edad promedio de 20 años que asistían a una universidad grande en el sureste de Estados Unidos.
(Una muestra con edad muy acotada y una cifra pequeña de encuestados en comparación con el tamaño del problema mundial, pero que arroja cifras muy interesantes. Hay que decirlo.)
Así el estudio
La investigación se hizo por medio de una encuesta digital, donde a cada estudiante se le presentaron seis textos que describían escenarios breves que involucraban a una mujer. En cada situación imaginaria, a los hombres se les habló de una mujer que encontraban realmente atractiva y con quien esperaban tener relaciones sexuales.
Dentro de los escenarios, se mostraba a esa mujer en diferentes situaciones y descripciones: cómo iba vestida, cuál era su historia sexual, si había consumido alcohol, su historial de parejas sexuales, indicadores que se muestran —dentro de otra investigación— que son factores para mostrar una intención sexual.
Después de presentar cada escenario, se les pidió a los participantes que respondieran entre 1 (totalmente en desacuerdo) y 7 (totalmente de acuerdo) con tres preguntas: cuánto creen que la mujer desea avanzar en la interacción sexual, cuánto ha comunicado su disposición (consentimiento) para avanzar en la interacción sexual, y en qué medida ella ha comunicado su consentimiento para tener relaciones sexuales. Hasta ahí todo parece ir bien… pero no.
La terrible realidad
Al saber los resultados, los científicos sociales quedaron poco sorprendidos, pero realmente alarmados. Uno de los primeros focos rojos es que hay una gran confusión entre lo que es el deseo sexual y consentir que haya una relación sexual. Es decir, que asumieron que, si pensaban que la mujer quería fomentar la interacción sexual, eso contaba como consentimiento. Cuando no es lo mismo. Hay mujeres que pueden desear una relación sexual con alguien, pero eso no significa que sea justo en ese momento y cuando el sujeto quiera.
Otro dato es que los hombres entienden mejor el consentimiento o la falta del mismo cuando las mujeres lo comunican verbalmente. Aun así, el promedio de rechazo verbal fue de 2.34, lo que significa que cuando la mujer en el escenario vocalizó su negativa a un avance sexual, no se entendió de inmediato que no estaba consintiendo que avanzara.
Es peligroso el hecho de que muchos no tenían claro que si una mujer avanza en una interacción sexual es igual a sexo consensuado, sucedía igual si la mujer no decía nada, ellos asumían que quería tener una relación sexual con ellos (algo que sucede a algunas mujeres que se paralizan por temor). Esto les pasó incluso a hombres con perfiles “progresistas y respetuosos de las mujeres”, ya que pueden malinterpretar el consentimiento o la falta del mismo y, en consecuencia, cometer un ataque sexual.
Lo más importante
Este tipo de estudios no siempre son contundentes, pero sí dan una luz acerca de dónde proviene el problema de muchos abusos sexuales. Deja ver que el lenguaje no verbal puede confundirse fácilmente y que lo mejor para hacer saber algo que no queremos que ocurra es decirlo.
Así lo resumen los investigadores en sus conclusiones. Explican que el estudio resalta la utilidad de los programas de reducción del riesgo, de que las mujeres comuniquen abiertamente sus deseos sexuales y sean claras. También refuerza la importancia de que los hombres conozcan el comportamiento afirmativo y no afirmativo de las mujeres, para que no infieran respuestas de mujeres que, por alguna razón, no logran ser claras en lo que quieren.
La idea final que nos deja el estudio es que una mala comunicación puede llevar a problemas de tipo violencia sexual.
¿Qué es el sexo consensuado?
Si aún no queda claro a qué se refiere este término, mejor aclararlo. El “consentimiento sexual” significa estar activamente de acuerdo con realizar actos de índole sexual con una persona.
Este le indica al otro que deseamos tener relaciones sexuales. La actividad sexual sin consentimiento es una violación o agresión sexual. Es expresar claramente que ambos quieren participar en el mismo “partido” cada vez que van a jugar. Esto incluye sexo oral, acariciar o tocar los genitales y la penetración vaginal o anal.
Si uno de los dos no está de acuerdo en jugar, en las reglas o no está consciente para hacerlo, entonces no hay sexo consensuado, hay agresión sexual.
Para saber exactamente qué sí es una señal y qué no, la organización Planned Parenthood hizo esta lista.
Se da libremente. Consentir es una opción que tomas sin presión, sin manipulación o sin la influencia de las drogas o el alcohol.
Es entusiasta. Cuando se trata de sexo, debes hacer las cosas que DESEAS hacer, no lo que se espera que hagas.
Es específico. Decir que sí a algo (como ir a besarse al dormitorio) no significa que aceptes hacer otras cosas (como tener relaciones sexuales).
Se brinda estando informado. Solo puedes consentir algo si tienes toda la información al respecto. Por ejemplo, si alguien dice que usará un condón y luego no lo hace, no hubo consentimiento total.
Es reversible. Todos pueden cambiar de parecer sobre lo que desean hacer, en cualquier momento. Incluso si ya lo hicieron antes y ambos están desnudos en la cama.
Recuerda que solo mereces recibir la experiencia sexual que tú decidas. Aun con tu pareja, no siempre tienes que aceptar tener relaciones sexuales. La última palabra las tienes tú.
Tal vez te interesará leer…
“Estúpidas, golfas y pirujas”: así se habla de la mujer en la radio mexicana