En la industria de la moda, la línea entre inspiración, homenaje y plagio puede ser sumamente delgada… a veces invisible, pero nunca falta el ojo entrenado que nota las similitudes y las pone en evidencia.
Por ejemplo, desde 2009, el sitio Into The Fashion se ha posicionado como una página de culto para los seguidores de la moda ávidos por descubrir de dónde obtienen los diseñadores su inspiración… ya sea de obras de arte, su competencia o los propios archivos de la marca.
Sin embargo, ahora una cuenta de Instagram lo lleva a otro nivel exponiendo a las marcas y celebridades –entre ellas Victoria’s Secret o Kim Kardashian– que se han fusilado conceptos enteros para sus campañas y colecciones.
El proyecto se llama Diet Prada y se describe como una cuenta sobre «personas copiándose, lol«. Sus autores han preferido mantenerse en el anonimato a fin de poder moverse libremente por el mundo de la moda, pero su trabajo habla por sí solo y, hay que decirlo… causa adicción.
Un afortunado hobbie
El proyecto comenzó como algo personal entre colegas, para comparar las referencias o plagios que notaban en los desfiles y campañas de moda. «Parte de nuestro trabajo era peinar las pasarelas. Teníamos que ver cada look de cada desfile, así que comenzamos a darnos cuenta de cosas como ‘Eso es como un viejo Galliano’, ‘¿Estoy loco o eso es tan Prada?'», explican las mentes maestras detrás de Diet Prada en una entrevista con el sitio Man Repeller.
«Entonces las poníamos lado a lado y hacíamos collages. Comenzamos a subirlos a Instagram para mantener un registro. No teníamos ninguna expectativa. Simplemente era gracioso».
Una favorita de los fashion insiders
Hoy la cuenta tiene más de 174 mil seguidores, además de fans dentro de la industria de la moda, como la modelo Naomi Campbell, quien ha Instagrameado algunos de sus descubrimientos.
El éxito está, no sólo en sus múltiples referencias y cultura de la moda, sino en su tono cómico –y hasta regañón–, el cual los creadores aseguran es simplemente la forma en la que suelen expresarse. «No estamos siendo mala onda, solo queremos señalar cuando los diseñadores hacen mal las cosas. Creo que la gente tiene una sensación de que somos una especie de vigilantes. Existe esta idea de que se está haciendo justicia. Nada en nuestro tono es formulado, es solo la forma en la que hablamos naturalmente».