Empoderamiento femenino, ¿de causa social a estrategia de mkt?, una reflexión necesaria

Foto. Pixabay

Es posible afirmar que el feminismo está de moda en el mundo. Esta nueva ola de empoderamiento femenino es mayoritariamente bien aceptada y ha tenido más consecuencias positivas que negativas; no obstante (sin querer pretender ser las amas absolutas de la verdad), en ocasiones esta «moda» se ha malentendido —sobre todo por la publicidad y la política— al grado de perder su esencia original o, incluso, a volverse una caricatura de la causa o volverlo un mito.

Para no hacer parecer que hablamos en el aire, pondremos ejemplos muy concretos de cómo la publicidad y las empresas han intentado sumarse a un movimiento que, a juzgar por como lo han abordado, es malentendido.

El yogurt que empodera

En 2016, un comercial de Yoplait incendió las redes sociales. Este video mostró a mujeres en una taberna, cantando y brindando con yogurt, tal como el estereotipo de hombres rudos, machos y empoderados que se divierten bebiendo cerveza.

El nombre de la campaña fue “Brindemos por el placer de ser mujer”, y el propósito era resaltar que pertenecer al género femenino debe ser motivo de celebración. Frases de la canción dictaban: “Tienes que brindar por ser mujer porque no es nada fácil. Sola a los 40 no es un problema, viajo donde quiera, estoy soltera. Gasto una fortuna en ropa nueva no es ningún problema” o “Me levanto en la mañana, como mi esposo, salgo a trabajar, como mi esposo. Vuelvo destrozada, como mi esposo, pero yo hago la cena”, fue su intento de hacer ver poderosas a mujeres en una forma muy superficial.

Todo esto cuando en el mundo se discutían problemas de fondo como son la diferencia salarial entre géneros, la discriminación laboral o la violencia hacia las mujeres, por mencionar solo algunos.

Dale un pollo a una mujer…

Siguiendo el refrán chino “dale un pez a un hombre y comerá un día; enséñalo a pescar y comerá siempre”, a Bill y Melinda Gates, por medio de la Fundación Gates, se les hizo buena idea dar pollos a las mujeres en la India, un país donde por año se ha reprimido al género femenino por cuestiones políticas, culturales y religiosas.

Su postura es que dado que estos son animales pequeños que pueden criarse en una casa y pueden producir alimento y recursos, son muy apropiados para “empoderar” a la mujer. Sin embargo, los resultados no han arrojado datos de que la entrega de pollos le genere ganancias económicas a largo plazo a las mujeres de la India y tampoco propicie la emancipación femenina o la equidad para ellas.

Una idea que logra el propósito del empoderamiento femenino se puede ver en la serie documental ‘Daughter of destiny’. En cuatro capítulos se observa cómo en la escuela Shanti Bhavan (proyecto creado por Abraham George), ubicada en Bangalore, India, las mujeres son educadas —desde niñas y hasta terminar su carrera— con calidad de primer mundo para ser profesionistas que regresen a su comunidad y apliquen su conocimiento en un desarrollo palpable.

El caso de los pollos no es una mal idea, pero aborda el empoderamiento femenino desde una solución sencilla que obvia que muchos de los problemas de machismo en India (y en muchos otros países) están arraigados desde la educación, no solo al momento de comenzar a buscar una actividad económica para vivir.

De acuerdo con Rafia Zakaria, columnista de The New York Times y autora del libro “The Upstairs Wife: An Intimate History of Pakistan”, llegó el tiempo de cambiar el discurso del empoderamiento femenino: “Los programas de las organizaciones para el desarrollo deben evaluarse con base en su capacidad de permitir a las mujeres aumentar su potencial para la movilización política, de modo que puedan generar una equidad de género sostenible”.

Parece irónico que la campaña de regalar pollos venga de una de las fundaciones con tantos recursos no solo económicos sino potenciales ¿no es acaso dueño de Microsoft? Su idea de desarrollo para las mujeres podría llegar por otro camino.

Entonces, ¿qué demonios es el empoderamiento femenino?

Como no nos gusta quedarnos solo con las malas noticias, como un servicio a la comunidad, el #MalvestidaCrew buscó opiniones sobre qué es el empoderamiento femenino y qué es lo que realmente nos inspira como mujeres.

Majos

Para mí el empoderamiento femenino es un término amigable que se usa para hablar de feminismo sin usar la «palabra con F» ni abundar en las verdaderas razones de la inequidad de género. Sin embargo, sí es útil para referirse a ciertas acciones del gobierno o de empresas que les dan herramientas a las mujeres para mejorar su situación de vida.

Me gustaría que la publicidad atendiera más los verdaderos problemas de las mujeres actuales, como la división equitativa de las labores domésticas, que muestre a familias, cuerpos y bellezas más variadas. Pero sobre todo me gustaría que las empresas que ganan dinero de sus campañas de «empoderamiento» fueran transparentes respecto a cómo trasladan este concepto a sus políticas internas (cómo tratan a sus colaboradoras, qué prestaciones tienen, qué mecanismos para ascensos y aumentos, etc.).

A mí me empodera escribir, hablar y organizar con otras mujeres, tomarme selfies, ser cada vez más dueña de mi propia imagen y sensualidad, sin que pase por el filtro de la mirada masculina.

Rosa

Para mí, la falta de poder femenino no solo radica en la falta de oportunidades que tenemos, si no al igual en lo poco que se reconoce lo que hacemos.

Viviendo en una sociedad machista, los hombres tienen un lugar privilegiado en casi todas las situaciones que vivimos, lo que no significa que queramos ahora ser nosotras las que controlemos todo, sino poder tener las mismas oportunidades en todos los ámbitos.

El primer paso para lograrlo no es solo hacer anuncios y publicidad si no empezar con políticas dentro de sus empresas que empoderen a las mujeres que trabajan para ellos. No quiero una campaña de empoderamiento femenino donde cada una de las personas que haya trabajado en ella sean hombres.

Como mujer me llena de poder alzar la voz en situaciones de injusticia, poder tener la libertad de señalar que tal o cual situación que ésta sucediendo no debería ser. Me empodera poder vivir una vida libre donde mis decisiones no sean catalogadas como buenas o como malas.

Alina

Para mí, el empoderamiento femenino tendría que ir más ligado al autoempoderamiento. Las mujeres representamos más de un 50% de la población, está en nosotras mismas el empoderarnos para ganar el respeto que nos merecemos.

Me parece que el problema es que mientras que las mujeres hablamos de autoempoderamiento, muchas marcas e instituciones hablan de ser ellos quienes “empoderen” a las mujeres. Esta actitud paternalista y condescendiente no nos está acercando a la igualdad de género. Aplaudirle a una mujer porque tiene que trabajar y cuidar a su hijo no le da poder. Habría que asegurarnos de que ninguna mujer tenga que trabajar y cuidar de nadie, a menos que así lo quiera.

Me parece que cualquiera que se mantenga fiel a sus principios y saque de esta vida lo que quiere sin que la detengan barreras de género, edad, color, orientación sexual, etc., está empoderada.

Fide

Lo que entendemos por ser mujer, es un producto cultural que se ha construido socialmente. A lo largo de la historia siempre hemos sido asociadas respecto a algo (madre de, esposa de, novia de, hija de). Una mujer empoderada es aquella que ha realizado el proceso de conocerse, de romper sus barreras internas y de reconectar con su verdadera esencia. Es aquella que no copia los modelos establecidos y vive su feminidad sin estereotipos. Como diría Simone de Beauvoir: «No se nace mujer, se llega a serlo».

En la publicidad, me gustaría ver mujeres reales y no el estereotipo de la perfecta ama de casa que sonríe ante su ensalada y espera a su esposo para hacerle la cena. Cada vez hay más de este tipo de campañas. Seamos realistas, la publicidad de empoderamiento vende. Me gustaría que promuevan la educación, formación y desarrollo profesional de las mujeres.

Creo que cada una de nosotras tiene una vocación que es tan única como un copo de nieve y la mejor manera de descubrirla es hacer lo que amas y luego ofrecérsela a los demás. Eso me empodera.

 

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