Dior: ¿protesta o banalización del feminicidio?

Dior: no importa si es para generar shock o intentar concientizar, el tema de los feminicidios jamás será estético. Es doloroso, cruel e indignante, escribe la periodista Mariana Limón.

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“Corre por tu vida”, se lee en uno de los vestidos de la colección de Dior Cruise 2024 inspirada y presentada en México el pasado 21 de mayo en un exclusivo evento en el Antiguo Colegio de San Ildefonso de Ciudad de México, donde fueron convocadas celebridades, clientas de la marca de lujo y personajes del sector empresarial.

Como tradición, los desfiles de moda cierran con las prendas más poderosas de la colección y, en México, Dior cerró con veinte vestidos blancos con bordados rojos que aludían la violencia contra las mujeres. Mientras de fondo Vivir Quintana cantaba Canción sin miedo, tema que se ha convertido en un ícono de la lucha de las mujeres.

Para la directora de Dior, Maria Grazia Chiuri, el objetivo era mandar un mensaje conmovedor, poético y fuerte alrededor de la cultura mexicana y denunciar los feminicidios. Y, para algunas personas, el objetivo se logró.

Sin embargo, surgen cuestionamientos graves –e inevitables– cuando una marca de lujo como Dior (valuada en 8 mil 919 millones de dólares) se apodera de discursos que son heridas abiertas en una sociedad.

Confianza, piezas artísticas para denunciar el feminicidio

Los vestidos presentados en el cierre (que al parecer no se comercializarán, sino que son considerados piezas artísticas) forman parte del proyecto Confianza de la artista mexicana Elina Chauvet, reconocida feminista creadora del proyecto Zapatos Rojos, que surgió en Ciudad Juárez en 2009 como una forma de protesta ante los feminicidios en esa entidad mexicana.

Perdida: la campaña publicitaria vs. la realidad de las desaparecidas

De acuerdo con una publicación en el Instagram de Maria Grazia, la inspiración para esta obra fue la artista de performance italiana Pippa Bacca, quien fue víctima de feminicidio en Turquía en 2008, luego de viajar vestida de novia por varios países considerados los más peligrosos, esto como un proyecto de paz.

Durante el performance, las modelos usaron zapatos rojos en alusión a la instalación del mismo nombre creada por Chauvet. Mientras que para el bordado de los vestidos, la artista colaboró con la colectiva “Bordando la Revolución”.

En un mensaje publicado en Instagram, la artista expresó que había sido “uno de los proyectos más hermosos de mi vida… Es una obra que parte de otra pero como una hija reclama su individualidad y es ella misma, esta obra no hubiera sido posible sin el cuerpo y el amor de 16 mujeres que con su talento dieron forma a mis ideas”.

Por su parte, en un post de Instagram (ahora eliminado) la colectiva Bordando la Revolución también externó su emoción por haber participado en el proyecto, pues para ellas “es importante colarnos entre los sistemas capitalistas que empiecen a reconocernos, a escucharnos, que desde donde estemos gritamos sin miedo, plasmando el dolor que sentimos a diario”.

Dior y la relación entre la moda y el feminicidio

¿La moda es expresión y creatividad? Sí. ¿Puede ser política? También. Pero no podemos ignorar que a la par es una industria que reproduce narrativas sexistas, clasistas, racistas y de apropiación cultural. Más allá de la propuesta artística de una prenda importa tener una mirada crítica al analizar la relación entre la moda y las dinámicas sociales.

En el caso del desfile de Dior, el problema no fue la Canción sin miedo en una plataforma masiva: Netflix también la utilizó en el documental Las tres muertes de Marisela Escobedo. Tampoco lo fue el simbolismo artístico de un bordado rojo en piezas que, como explica la periodista Daniela Rea, activistas y artistas mexicanas ya habían realizado previamente.

La diferencia está en el contexto. Pues mientras que en el documental y los bordados locales se mostraba el horror de la realidad, la pasarela de Dior intentó construir una estética de ensueño inspirada en un crimen.

Ahí falla esta colección: intenta reinterpretar los feminicidios con productos de lujo glamourosos, dejando a un lado el incómodo tema político alrededor de estos crímenes.

Al hacerlo, cae en la estrategia publicitaria conocida como purplewashing: dar mensajes de conciencia social sobre temas de género, ignorando las acciones para un cambio real.

Dior en el pasado ya enfrentó acusaciones por esto, como cuando lanzó una playera con el slogan “We should all be feminists” (“Todos deberíamos ser feministas”) con un precio de $920 dólares (aproximadamente $16,500 pesos mexicanos).

Como explica la escritora Mikaelah Drullard, “las marcas de lujo son máquinas de producción de subjetividad blanca. El lujo posibilita y construye posiciones y privilegios jerarquizando cuerpos aptos para usarlo. Dior y el feminismo blanco lo hicieron; capitalizaron la opresión y la violencia feminicida de la Colonia para crear lujo blanco».

“Feminicidio chic”

Dior no es la primera casa de moda que intenta glamourizar o reinterpretar los feminicidios.

En 2010, Rodarte y MAC lanzaron una campaña ‘inspirada’ en las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, donde los productos tenían nombres como pueblo fantasma o maquila. En esa ocasión, tras el reclamo social, la marca dijo que no habría ganancias, solo donaciones a colectivos. Sin embargo, el daño ya estaba hecho.

La violencia armada también es un problema de género, ¿por qué no estamos hablando más de ella?

En 2014, Marc Jacobs sacó una campaña con Miley Cyrus y una modelo que parece representar estar muerta a su lado. Y como este ejemplo podemos encontrar muchos más.

Desde entonces, colectivas feministas han señalado lo problemática que resulta la representación de asesinatos de mujeres como si se tratará de una tendencia más.

No importa si es para generar shock o intentar concientizar: el tema de los feminicidios jamás será estético. Es doloroso, cruel e indignante.

En el caso de Dior, las protagonistas de la protesta fueron modelos con una estética heteronormada enfundadas en vestidos preciosos, no las víctimas o sus familiares que exigen justicia.

Frente a esto, surgen dudas y cuestionamientos: ¿la marca realmente entiende la gravedad de los feminicidios en México? ¿Se consultó a madres de víctimas o especialistas en violencia de género? ¿De qué sirve que Dior lance este mensaje en un evento reservado para la élite?

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