La Espera es el primer cortometraje para la pantalla grande de la directora purépecha Celina Manuel Piñón y la productora Coral Flores, ambas originarias de Michoacán. Narra la historia de la relación sexoafectiva que surge entre una mujer y su suegra, mientras las dos esperan a sus esposo que migraron a Estado Unidos.
Por Frida Guerra Lira
La Espera es un cortometraje que narra la historia de Yasmín y Zenaida, nuera y suegra, quienes viven en una comunidad purépecha esperando la llegada de sus esposos que migraron a Estados Unidos; en este tiempo, la relación de ambas se transforma.
En entrevista con las michoacanas Celina Manuel Piñón, guionista/directora, y la productora Coral Flores, hablan sobre su experiencia filmando y liderando el equipo de producción que hizo posible la cinta, así como la importancia de la representación de las comunidades indígenas desde sus propias miradas.
La Espera estuvo en el Festival Internacional de Cine de Morelia y próximamente en el Festival Cuórum Morelia 2021.
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¿Cómo fue su experiencia realizando La Espera?
CF: ¡Fue un mundo lleno de emociones! Para ambas es nuestro primer proyecto cinematográfico. Durante la filmación tuvimos muchos errores, que corregimos a última hora. Fue una experiencia muy agradable porque tuvimos la fortuna de tener incentivos para poder hacer realidad este proyecto, aunque también fue raro porque grabamos en plena pandemia, en 2020.
CM: Una experiencia de mucho aprendizaje. Es muy distinto trabajar en una dinámica más escolar a grabar con todo un equipo profesional. Aprendimos un montón, sobre todo en la parte de posproducción, ¡en donde nos dimos cuenta que había un montón de cosas que no prevenimos! Algo que es haber tenido la oportunidad de trabajar en mi comunidad con el apoyo de mi familia.
A partir de su experiencia dentro de este proyecto cinematográfico, ¿cómo definirían el rol de las mujeres en el cine?
CM: Al principio yo tenía la idea de que todo el equipo fuéramos mujeres, pero fue difícil cubrir ciertos perfiles dentro de la filmación, por ello tuve que abrirme a las posibilidades, pero mantuvimos el hecho de que cada encargada de área fuera mujer. Quería un ambiente de confianza, nos acomodamos muy bien trabajando entre mujeres; había más empatía. En todo momento las cuidamos para que no fuera un trabajo pesado, ni explotador. ¡Me siento muy feliz de que sea mi oportunidad y también pueda ser la oportunidad de otras mujeres para mostrar su talento!
CF: Mencionar también que los hombres que estuvieron en el rodaje con nosotras se adaptaron muy bien, siempre en un aspecto muy respetuoso.
La Espera cuenta la historia de la relación sexoafectiva que se va dando entre Yasmín y Zenaida, ¿esta historia rompe el estigma y estereotipos que hay sobre las relaciones lésbicas?
CM: Cuando comencé a escribir el guión, lo principal que quería transmitir, lo natural, creo que es un camino para reflejar a la mujer humana, no somos ni totalmente malvadas, ni totalmente buenas, tenemos nuestra complejidad, que es parte del ser humano. Esta historia precisamente va de eso, desde mi mirada a la mujer purépecha.
CF: Era importante mostrar que la revolución feminista es de todas.
El cortometraje está filmado en tu comunidad, Santa Fe de La Laguna (Michoacán), dentro del guión se combina el español y el purépecha. ¿Crees que el cine sea un factor importante para rescatar las lenguas originarias?
CM: Para mí fue muy importante escribirlo así, encapsular este momento que estamos viviendo porque el idioma es una forma de ver y vivir la realidad. El cine es un medio de comunicación social, con gran influencia sobre las generaciones más jóvenes. Es transmisor de estereotipos.
¿Por qué creen que es importante la perspectiva de género en el cine?
CM: Es importante principalmente para respetar los espacios de trabajo, que estén libres de violencias machistas, actitudes misóginas. Somos seres reales más allá de personajes trabajando, esto dentro del set y filmaciones. Por otro lado, en la pantalla, es seguir explorando estas miradas, mostrar la diversidad que existe.
CF: Todas en algún momento hemos vivido cierta parte de violencia, es un grito a la igualdad, al respeto y llevarlo a la pantalla se tiene que seguir haciendo.