Llegó la época que ocurre cada cuatro años en la que el mundo entero contempla las hazañas —dignas de superhéroes— realizadas por los atletas de alto rendimiento que compiten en las olimpiadas, todo esto mientras estamos cómodamente sentades frente al televisor junto a un litro de helado😅.
Mientras la mayoría del público, patrocinadores y medios de comunicación se enfocan en los deportes normativos, yo espero con ansias los Juegos Paralímpicos que, por cierto, me hacen recordar la chingonería y resiliencia del ser humano.
Para mí, observar las «paralimpiadas» (como muchos les llamamos para ahorrar saliva) va mucho más allá del mero hecho de simplemente sentarme a ver un deporte —también comiéndome mi litro de helado de chocolate para ser honesta—, sino que me parecen un recordatorio de que lo realmente importante va mucho más allá del cuerpo físico.
¿Los Juegos Paralímpicos son una ilusión de inclusión?
Pero las competencias de los Juegos Paralímpicos también me hacen seguir cuestionando si realmente estamos avanzando hacia una verdadera inclusión o solo viviendo una fantasía que termina con la clausura de los juegos.
Ver los Juegos Paralímpicos se convierte en un bocado agridulce, pues sé que nuestros atletas con discapacidad merecen más que el reconocimiento que están recibiendo a través de sus resultados y medallas.
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Mi argumento más sencillo para respaldar mi opinión sería decirles «¡Ahí tienen a nuestros atletas con discapacidad mexicanos que traen más medallas que los de los Juegos Olímpicos! ¿Y reciben el mismo apoyo de patrocinios o medios? Nel». Pero eso sería irme por la puerta más fácil.
Auuuunque tampoco se puede negar que, al momento que estoy escribiendo este artículo, la delegación mexicana de atletas con discapacidad en Tokio 2020 ya han ganado 14 medallas; un número bastante alto, sobre todo si es comparado con las cuatro medallas ganadas en los Juegos Olímpicos.
Juegos Paralímpicos, falta de apoyos ¿e inclusión?
Mi opinión no busca debatir sobre si unos atletas merecen más apoyo que otros. Para mí, el hecho de que, aún cuando los atletas con discapacidad estén trayendo resultados tan positivos, reciban tan poco apoyo es simplemente indignante.
La realidad es que esta falta de apoyo para los atletas con discapacidad no es exclusiva de nuestro país.
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Por ejemplo, el caso de la atleta estadounidense Becca Meyers.
La nadadora con discapacidad auditiva y visual que se vio obligada a renunciar a la oportunidad de competir en los Juegos Paralímpicos Tokyo 2020 porque el Comité Olímpico de EU se negó a brindarle apoyo para que fuera acompañada por su asistente personal.
Dicha organización se justificó bajo la excusa de que el equipo ya contaba con un asistente que apoyaría a los 33 miembros que representarían a EU.
Yo me pregunto ¿cómo es humanamente posible que una persona asista a 33 individuos con diferentes necesidades?
Además de recordar que el apoyo que necesita una persona con discapacidad va mucho más allá de la ayuda en la mera competencia; muchos de nosotros requerimos apoyo en las actividades más básicas de nuestro día a día.
Se debe de dejar de ver a los apoyos que solicitamos las personas con discapacidad como un “lujo” y verlo como lo que en realidad es: una necesidad.
¿Qué onda con el nombre de Paralímpicos?
Pero mi visión de por qué los Juegos Paralímpicos son el ejemplo perfecto de que vivimos una falsa inclusión se remonta desde sus inicios en 1948, cuando los “Paralympic Games” fueron creados como una manera de rehabilitar a veteranos de la Segunda Guerra Mundial con secuelas vertebrales.
De hecho, muchos activistas cuestionan el hecho de que se llamen Paralympic Games, pues ese nombre remite a la palabra “paraplejía”.
Esto es problemático porque invisibiliza al hermoso abanico de cuerpos con diferentes discapacidades.
Sin embargo, en la página web oficial de los Juegos Paralímpicos se explica que el término Paralympic Games proviene de The Parallel Olympic Games o The Other Olympic Games.
Si bien es un mensaje poco menos capacitista que decir«las olimpiadas de los parapléjicos», a mi parecer sigue teniendo un mensaje de segregación.
Unas solas olimpiadas inclusivas
Como buena activista estoy acostumbrada a cuestionar la intención de todo a mi alrededor y mi pregunta es: ¿es necesario en pleno 2021 continuar separando ambos eventos deportivos y llamar a los paralímpicos «Los Otros Juegos Olímpicos»?
¿Por qué no simplemente incluir categorías de deportes con discapacidad como se divide en femenil o varonil en los Juegos Olímpicos?
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Considero que el unir ambos eventos en unos únicos Juegos Olímpicos sería un gran paso para la verdadera inclusión en el deporte.
Siento que el mundo aún no termina de comprender la diferencia entre integrar e incluir, y a mi parecer nuestros atletas con discapacidad están siendo integrados pero no realmente incluidos.
Por el momento sólo resta celebrar a todos aquellos atletas con discapacidad que se están rifando en un mundo que no está adecuado para sus necesidades y para brindarles igualdad de oportunidades.
Atletas en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, desde aquí les aplaudimos y celebramos, no solo por las medallas sino por representarnos con orgullo.
Este modo de cuestionarte todo te doy, porque tu amiga Ferny soy.