Estos son algunos unos tips de cuidados para tus velas que tal vez no conocías. Cuidarlas hará que duren más tiempo y que prenderlas sea más seguro.
Las velas nos dan paz, olores bonitos, nos ayudan a hacer rituales y son un excelente objeto de decoración. Nos encanta que cada vez haya más marcas mexicanas súper interesantes y hermosas.
Pero para de verdad disfrutar a todo su potencial nuestras velitas, es importante saber cómo cuidarlas y cómo usarlas con responsabilidad. Sí, sabemos que suena tonto: ¿qué no solo tenemos que prenderlas, apagarlas y yaaa?
Pues sí, podrías solo hacer eso, la cosa es que con estos cuidados vas a desperdiciar menos cera y tus velas se seguirán viendo bellas aunque las hayas usado varias veces.
Tipos de velas y ceras
Hay varios tipos de ceras, pero te hablaremos de los 3 más comunes: la parafina, la soya y la cera de abeja.
La parafina es la típica, pero su principal problema es que viene de una fuente no renovable. La de soya es un poco más sostenible y más fácil de limpiar, aunque su olor no suele ser tan potente. Finalmente, la de abeja es más costosa, tiene una flama más blanca, pero es difícil de colorear y, por supuesto, no es vegana.
Los consejos que te daremos aplican para estos tres tipos.
Cuidados para tus velas
Antes de prenderla por primera vez
La mayoría de las velas vienen con el pabilo o mecha un poco largos. Debes cortarlo antes de prenderla para que mida unos 6 milímetros.
Esto se hace por varias razones: por una flama más limpia y bonita, para no quemar los bordes del recipiente donde está tu vela y también por seguridad, ya que una mecha más grande hace que el fuego se descontrole.
Si tu vela es de soya y cuando te llega sientes que no huele tanto como tú querrías, puedes cerrarla y dejarla unos días más a “curarse”, según recomienda la marca Flor de Venus. Pero también recuerda que este tipo de ceras no tiene un olor tan potente.
Cuando esté prendida
Yo tampoco sabía, pero resulta que la cera tiene “memoria”, así que es súper importante que la primera vez que quemes tu velita, dejes que se consuma hasta la orilla, para que así no se cree ese efecto “túnel” que no solo no se ve muy bien sino que desperdicia la cera.
Además, por supuesto hay que tener en cuenta que estamos hablando de una flama: nunca dejes una vela prendida y te vayas del cuarto, quémala en una superficie plana lejos de cualquier material inflamable y evita las ráfagas de viento.
Si la flama está demasiado alta, saca humo o se prende y apaga, es hora de extinguir el fuego.
Tampoco quemes una vela hasta acabarte la última gota de cera: deja al menos un centímetro, por seguridad.
Para apagarla
OK, ya quemaste tu vela y disfrutaste un rato deli. Para apagarla, plis ¡no soples! Al soplar sale humo y puedes salpicar cera. Tampoco uses agua nunca.
Además, al soplar puedes hacer que caigan pedacitos de ceniza a la cera y no queremos eso.
Lo mejor es extinguir la flama al quitarle el oxígeno. Puedes usar un apagador especial o poner encima un plato o tapa (siempre que sea resistente al calor) o ahogar la llama en la cera de la vela usando un palito de metal.
La próxima vez que la prendas, recuerda cortar el pabilo para que tenga 6 milímetros. Puedes hacerlo con tijeras, con un cortauñas o con tijeras especiales para velas.
Un hack extra
Si este texto llegó demasiado tarde a tu vida y tu vela ya creó ese túnel de cera, hace poquito vi un hack buenísimo en el Instagram de la directora creativa Kari Estrada.
Lo que tienes que hacer es envolver tu vela en papel aluminio, dejando solo un hueco pequeño para que salga el calor y dejarla así por unos 30 minutos (¡sin irte del cuarto!), dependiendo del tamaño de tu vela. Esto hará que toda la cera se suavice uniformemente y tengas una velita perfecta otra vez.
Así que ya sabes, hay que darle mucho amor a nuestras velas favoritas para que duren más tiempo y siempre estén bonitas.