¿Por qué algunas mujeres no nombran a sus agresores? Y otras cosas que debemos saber

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Últimamente se ha hablando de violencia sexual y de mujeres que no nombran a sus agresores o lo hacen hasta años después. Te decimos por qué esto es válido, cómo puedes apoyar a una amiga que haya denunciado y más.

Sí, parte de tomar conciencia de la realidad que vivimos en México, es entender que 1 de cada 3 mujeres ha vivido violencia sexual y que existen 10.5 asesinatos de mujeres al día. Está comprobado que el 98% de denuncias por violencia sexual son verdaderas, aunque la sociedad y autoridades decide tomarle más importancia a ese 2% que resultan ser falsas. 

Es normal que estas noticias nos hagan sentir afectadas. Esta semana vivimos una oleada de testimonios (y de comentarios machistas que los critican), que comenzó con un video de la youtuber Nath Campos.

Sentir intensamente estos testimonios e incluso despertar pesares de nuestras experiencias pasadas, nos reafirma que no estamos locas, ni estamos solas, pero también pueden recordarnos malos momentos que nosotras hemos vivido, como nos dijeron en Sorece, organización de psicólogas feministas.

“La indignación es una respuesta contundente ante la injusticia. Nos permite traducir el dolor en conocimiento y rebeldía. Habla sobre estos miedos con tus amigas. Pero si te abrumas demasiado, date un tiempo y respira”, es el consejo de las expertas en Sorece. 

La violencia sexual es un problema de salud pública. Resolverlo es responsabilidad de toda la comunidad. Por eso aquí abordamos algunos temas y preguntas que hemos visto que han surgido en estos días

¿Por qué muchas víctimas tardan en denunciar?, ¿por qué algunas mujeres no nombran a sus agresores?

Platicamos con La Casa Mandarina, una organización que hace acompañamiento a víctimas de violencia sexual, y ellas nos dijeron que hay muchas razones por las que una persona no denuncia o señala a su agresor inmediatamente.

Entre ellas:

– El 90% de las personas agresoras son gente de confianza, personas que conocemos o incluso familiares o amigos. Así que eso genera vergüenza y miedo a que no nos crean o a que nos hagan daño otra vez. 

-Además, muchas personas bloquean los eventos violentos como medida de protección y supervivencia, a eso se le llama Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT).

Y claro, no podemos olvidar que sabemos que el sistema de justicia mexicano tiene muchas fallas y tiende a la revictimización. Es válido que muchas personas no quieran pasar por eso. 

Las víctimas tienen derechos

La Casa Mandarina también nos contó que su recomendación es hacer valer su derecho y denunciar, ya sea penalmente o dentro de la escuela o institución. Eso sí, siempre teniendo en cuenta su bienestar y su ritmo.

Algo que podemos hacer es exigir que las empresas donde trabajamos, nuestras escuelas y nuestras industrias cuenten con protocolos, códigos de ética y otros sistemas para hacer valer una denuncia, no solo de violación sino de cualquier tipo de violencia. Y estos sistemas deben comunicarse de forma clara a todas las personas.

“Denunciar es importante para proteger a las víctimas, para dejar antecedentes de los agresores, y exigirle al gobierno que tome nuevas rutas acción y capacitación ante la cantidad de denuncias que se dejan cada día en impunidad”, nos dice La Casa Mandarina. 

¿Cómo puedo apoyar a una amiga que vivió violencia sexual?

Las expertas de La Casa Mandarina nos dicen que lo más importante es creerle a nuestras amigas: “nuestra responsabilidad es tomar acción, escuchar lo que las personas sobrevivientes necesitan, apoyarlas, respetar sus tiempos y decisiones”.

En Sorece nos recuerdan que compartir los testimonios de nuestras amigas (y de mujeres que no conozcamos), nos ayuda a contactar con nuestra propia rabia e indignación.

Y claro, si tú tienes una relación personal con una persona señalada como agresor, es momento de dar un paso atrás y reevaluarla. Se vale que tengas sentimientos encontrados, pero recuerda que no porque no haya mostrado esas conductas contigo significa que la denuncia es mentira. 

Reparación del daño

Es muy difícil reparar el daño que causa una agresión sexual. La Casa Mandarina recomienda hablar con la víctima y saber qué quiere y qué necesita. 

Agregan que “Parte del proceso de sanación, implica exigirle a los agresores tomar responsabilidad de sus acciones o delitos, reconocer la culpabilidad y sus consecuencias no sólo públicamente sino también en los espacios de trabajo y en los ministerios públicos.” 

Es por esto que debemos seguir presionando para que las diferentes instituciones tengan planes de acción a seguir en estos casos y conozcan cómo funcionan los procesos de personas que sufren agresiones, evitando así que las investigaciones resulten ser revictimizantes.

Siempre es importante recordar que todas las víctimas viven su propio proceso, pero como nuestras amigas de Sorece mencionan, ¡no tienes que cargar esto sola! 

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