El ejercicio de la soledad: Silvana Estrada reflexiona sobre la pandemia

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Como muchas de nosotras, la cantautora mexicana Silvana Estrada ha tenido tiempo para reflexionar durante estos meses de confinamiento.

¿Qué significa estar sola?, ¿cómo estar quietas cuando el mundo está tan convulso? En este texto poético, Silvana nos comparte lo que ha sido para ella vivir estos días que son tan lentos y tan eternos.

“…Estrella, estrella ¿Cómo ser así?

Tan sola, tan sola y nunca sufrir…”

Vitor Ramil

El ejercicio de la soledad no es el centro, es la gravitación. Es un flujo que transita en paralelo por nuestras vidas y no siempre es visible. Casi siempre es aterrador. Es un movimiento del alma. Una de las máscaras que utiliza el tiempo para mostrar su trayectoria.

Es la intención adormecida de un interior infinito que comienza a despertarse. Son monstruos y flores. Son lluvias, días, nubes. Son mariposas que enterramos bajo el ruido de la prisa, pero que tienen su vida propia, sus rutinas, sus creencias, sus anhelos. 

El ejercicio de la soledad es una luz que solo existe cuando la vemos, pero que no desaparece si la ignoramos. 

Es el saber de un cuerpo consciente, eterno aprendiz de su propia fortaleza, su propia fragilidad. Es la mirada con los ojos cerrados, el silencio como vehículo del pensamiento. Es la acción seguida de otra, la comunión de los actos para crear un espejo donde no se ven formas sino colores. 

¿El ejercicio de la soledad son colores? 

Son cantos. Cantos alegres, los más tristes cantos. Cantos verdaderos. 

El ejercicio de la soledad es quizá la voluntad misma de lo que sucede honesta y significativamente. La búsqueda de alguna verdad donde lo diminuto se vuelve inmenso y lo inmenso impermanente. Como una nueva respiración. 

Una respiración por la cual se revela el presente. Comenzando por una duda, una contemplación serena de las vaporosas comisuras de nuestro ser. 

Es vincular nuestro pecho y sus sombras con la galaxia que poblamos por nuestra voz: dar nombre, dar dimensión. 

Es ver con los ojos propios todo lo que una es y gravitar por la luz propia. 

El ejercicio de la soledad es el ejercicio de las verdades ocultas. 

Como decir que la soledad también es amor, que el amor también es luz, que la luz también es color. 

El ejercicio de la soledad es entonces: Aluzar los colores únicos del alma por donde el amor transita y se transforma en paz.

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