Mis axilas oscuras me preocuparon toda la adolescencia… así lo dejé ir

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Existen decenas de remedios para las axilas oscuras, desde los naturales hasta los comerciales... pero ¿vale la pena dedicar nuestra vida a probarlos todos para ver si alguno funciona?

Este texto se desarrolló como parte del primer taller de redacción de Malvestida.

Por Marisol Ciriano Herrera @oyeciri

En algún punto de la adolescencia, alguien me preguntó qué era lo que menos me gustaba de mi cuerpo, quizá fue una revista, un chismógrafo o alguna amiga. Lo que sí recuerdo fue mi respuesta: mis axilas oscuras, negras. 

Muchas mujeres tienen el vago recuerdo de cuándo comenzaron con ese ritual de quitar el vello de las axilas, yo no lo sé con exactitud, pero para antes de los 15 años ya me avergonzaba subir el brazo y que alguien notara la decoloración que tenía porque parecía mugre

Procuraba no usar muchas blusas, playeras o vestidos de tirantes, o si usaba esas prendas, cuidar que nadie lo notara. Una vez fui a una fiesta de quinceañera y evité una dinámica de baile que implicaba subir las manos. En la foto todos salen muy bien, excepto yo, que parecía estar haciendo el juramento a la bandera con el brazo extendido hacia el frente. 

Le pregunté a mi mamá por qué pasaba eso con mi piel, luego también busqué en internet. Ahí, había artículos de diferentes tipos: en secciones de salud y estilo de vida, en belleza, había  varios en la páginas de los productos que lo “combaten” y otros que parecían tener un acercamiento más médico. 

Poco más de 10 años después me doy cuenta que todos esos textos y videos dedican cierto espacio para describir las probables causas (genética, acumulación de células muertas e irritación por el rasurado, exposición al sol, uso incorrecto de desodorante, alergias) y solo algunos lo relacionan con la salud de tu piel. 

Eso sí, luego viene el mandato: debes quitar ese color, porque ¡qué vergüenza! ¡Qué incomodidad para las mujeres saber que están expuestas! 

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Cómo intenté aclarar mis axilas

Con eso llegó una lista de artículos con “remedios caseros”.  La seguí, porque que eran muy parecidos a los consejos que me había dado mi abuela para mi problema”. 

Cada noche tenía que lavar el área, secar, aplicar el remedio. ¿Qué incluía? Limón con bicarbonato, limón con azúcar, limón solo, limón; dejar toda la noche o enjuagar después de unos minutos. Elección personal o del tutorial que se vea. 

La paciencia se me terminaba antes de ver grandes resultados, además de que ya era incapaz de olvidar la mancha y la veía siempre. 

También estuvo la compra compulsiva de desodorantes, de muchas marcas, creyendo en sus testimonios publicitarios, aunque en el fondo supiera que no funcionaría por completo.

Pero hubo uno que sirvió más que los demás, un producto directo del catálogo de productos que vendía una tía. Lo aplicaba en las axilas cada mañana después de bañarme y esperaba a que secara, porque así decían las reglas.

Usaba playeras interiores de tirantes y me hacía el desayuno con los codos hacia arriba. Era más fácil en las estaciones frías porque el proceso era más rápido y no aguantaba el comentario de mi papá acerca de cómo parecía un pajarito a punto de volar, “con las alitas arriba”. 

El problema con ese producto fue que si no se secaban por completo, no me servía tanto como desodorante y resultaba igual de incómodo. 

Nunca se “blanquearon” por completo.

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La verdadera solución a las axilas oscuras

En algún momento dejé de hacer todo eso, porque dejé de obsesionarme con el color que los demás decían que debía tener esa parte de mi piel.

Hice a un lado el sentido estético y me fui por el cuidado propio, y hice más caso a la parte de que mi piel estaba dañada y tal vez era así era por su sensibilidad, entonces decidí cuidarla de otras maneras. 

Ahora la rutina es no rasurar o depilar excepto en casos muy necesarios para evitar irritaciones por el uso de rastrillo o cera. Además, le pongo tanta crema como al resto del cuerpo y si llego a quitar el vello, aplico  gel con sábila después e intento usar desodorantes para piel sensible o sin alcohol. 

No recuerdo cuándo fue la última vez que me fijé si tenía o no las axilas oscuras y hace por lo menos cinco meses que no veo debajo de mis vellos. Supongo que tendré que replantearme qué es lo que menos me gusta de mi cuerpo. ¿Realmente hay algo?

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