Autocuidado sexual: tu sexualidad te puede ayudar a sobrellevar estos días

El autocuidado sexual es más que masturbación: es una gran herramienta para relajarte, conectar contigo misma y sobrellevar momentos de incertidumbre.

Por: Fabiola Trejo

En tiempos de cuarentena una de las cosas más fáciles que podemos dejar ir como agua entre las manos es al placer sexual. 

Hay tensión en el ambiente, en nuestras casas y en nuestros teléfonos. La incertidumbre y el cambio de rutinas genera mucha ansiedad. Cuando estas emociones predominan, puede ser difícil o ni siquiera una prioridad, ocuparse de mantener y cuidar nuestra sexualidad.

Esa energía poco a poco se va apagando, o la vamos haciendo a un lado, arrinconándola cada vez más, esperando que en algún momento, cuando tengamos el tiempo o ganas, podamos enfocarnos en ello. 

Sin embargo, sobre todo en estos tiempos de de cambio y de retos, el placer que tanto has postergado puede ser tu soporte para ayudarte a navegar las tumultuosas emociones del encierro.

Las exigencias externas

Es cierto que tu cuerpo puede estar hipervigilante y a la defensiva haciéndote menos creativa o receptiva al disfrute. 

A la vez, la exigencia social por aprovechar el encierro para las reflexiones profundas, el ejercicio, los aprendizajes, la productividad, la masturbación diaria y la conexión en pareja, termina por sentirse como una aplastante dictadura que no deja espacio para ser ni sentir. 

Conectar con nuestros placeres y deseos para abrirnos a nuevas experiencias sexuales resulta casi imposible porque ¿cómo experimentar placer si ni siquiera tengo un respiro para sentirme a mí misma con todas las emociones, pensamientos y sensaciones que eso implica?

Además, la perspectiva reduccionista que se tiene de la sexualidad hace pensar que el placer sexual se reduce a penetraciones, eyaculaciones y orgasmos, y ¿quién va a tener energía de sobra en estos momentos si apenas nos da para irnos adaptando al constante cambio de circunstancias? 

Esperar a que el deseo y la creatividad llegue de la nada cuando el ambiente cotidiano funciona en contra de ello, puede dejar a nuestro cuerpo y nuestros placeres en pausa por un buen tiempo.

Autocuidado sexual es el placer de conectar con nosotras

Por eso es necesario que en momentos de confinamiento, donde emociones de angustia, incertidumbre y trauma pueden avivarse, recordemos que el placer sana y es mucho más que los orgasmos, las penetraciones y las eyaculaciones. El placer es eso que sentimos cuando conectamos profundamente con nosotras mismas. 

Necesitamos recordar que también somos cuerpo y cuidar de nuestra sexualidad implica mantenernos conectadas a nuestros cuerpos, a nuestras emociones y sensaciones aún cuando la vida no da para ello. 

No solo se trata de sentir rico o tener sexo constantemente, se trata de permitirte sentirte, hacerte el espacio y el tiempo para detenerte unos momentos y preguntarte ¿cómo me siento? En tu mente, emociones y sensaciones. Habitarte para cuidar de tu sexualidad y priorizar el placer ahora más que nunca.

En el día a día, tu mente puede estar dando vueltas hacia toda clase de pensamientos que nada tienen que ver con tu sexualidad. Sin embargo, si te das un respiro puedes comenzar a  regresar a ti y retomar las cosas que te mantienen conectada con tu cuerpo. 

Detenerte unos minutos en el día para sentir tu cuerpo, para pensar tu cuerpo o para mover tu cuerpo, puede ayudarte a recordar que hay muchas cosas que te gustan, otras que te generan curiosidad o que no les has dado el espacio y tiempo necesario para reflexionar.

Maneras de explorarnos en estos días

No esperes a que mágicamente llegue a ti el hambre por explorar o las ganas incontenibles por expresar tu sexualidad a los cuatro vientos. 

El deseo sexual la mayoría de las veces no es espontáneo, por lo regular es reactivo, lo que quiere decir que no llega de la nada sino que hay que presentarle un estímulo que lo despierte. 

Por eso, hay muchas cosas que pueden despertar tu deseo y conectarte con el placer que no necesariamente implican tener sexo 24/7.

Algunas sugerencias de autocuidado sexual

Si el squirt siempre ha sido una curiosidad para ti, es buen momento para preguntarte por qué te atrae tanto, leer y practicar nuevas técnicas.

Explora juguetes sexuales: las balitas, los succionadores o los masajeadores son excelentes alternativas que hacen más fácil llegar al orgasmo.

Puedes masturbarte, pero si no tienes ganas, solo date unos minutos a la semana para darte un masaje en la vulva usando aceite orgánico o lubricante.

Pruébate ropa y tómate fotos que te hagan sentir atractiva o grábate bailando en calzones.

Reflexiona sobre tu historia sexual y escribe tus anécdotas y pregúntate si con lo que sabes hoy, tu experiencia hubiera sido diferente.

Date un maratón de documentales, películas y series relacionadas con temas sexuales. No necesariamente tiene que ser para excitarte, puede ser para aprender, cuestionarte o darte nuevas ideas. Te recomiendo ampliamente el documental GoopLab, específicamente el episodio 3 donde Betty Dodson muestra un poco del trabajo que hacemos en los talleres de Masturbación Bodysex.

Inscríbete a un curso, escucha un podcast o participa en un Live donde hablen de sexualidad.

Ten una cita contigo misma. Puedes replicar el cliché de la cena y el vino, pero sobre todo me refiero a regalarte un momento de lo que solemos hacer en una cita: dialogar, conocernos, escucharnos y compartir las cosas que nos apasionan en la vida.

Abre un espacio en tu agenda para conocerte. Por que si no lo haces, la vorágine de la rutina y cotidianidad puede envolverte y sin darte cuenta tu deseo, tu placer y tu sexualidad habrán pasado al último lugar de cosas por hacer.

Al final, lo que todas estas experiencias tienen en común es la toma de decisión activa de hacer un espacio en tu rutina cotidiana solo para volverte a sentir,  y ahí es donde habita el placer. 

Priorizar tu placer en estos momentos de cambio global no es egoísta, es autocuidado y protección.

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