Madres Buscadoras de Sonora: la lucha será hasta encontrarlos

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Fundado a mediados de 2019, el colectivo Madres Buscadoras de Sonora se dedica a la exploración y búsqueda diaria de desaparecidos en su estado: te platicamos sobre su labor.

Por: Gabriela Martínez

Me atrevería a afirmar que la mayoría de los sonorenses sabemos de un caso cercano de desaparición.

La narrativa es más o menos la misma: hombre joven o de mediana edad es “levantado” de manera violenta, por gente armada, y ya no regresa a casa.

Lo comentamos entre nosotros con horror, pero nunca con incredulidad: tenemos muy normalizada la posibilidad de ser testigos involuntarios de violencia por parte del narcotráfico.

Por ejemplo, casos donde lo peor que puede ocurrir es precisamente un levantamiento o bien, morir en el acto.

¿Mas no es la desaparición una especie de muerte? Un espacio liminal donde no solo están atrapados los que se llevaron: también engulle a sus familias que, a falta de un cuerpo, jamás pierden la esperanza de encontrarlos vivos.

Las familias son las que buscan

A estas alturas, tenemos claro que en la búsqueda de nuestros desaparecidos  –porque sí, todos los que faltan son nuestros– es la sociedad civil la que lidera.

En México existen más de 70 colectivos y organizaciones dedicados a la búsqueda de desaparecidos en el país, la gran mayoría formados por familiares de los afectados.

Pero, ¿de qué modo se resiste cuando te quitan a un ser querido? Mejor aún, ¿cómo continúas viviendo a pesar de cargar con un dolor que se sabe inconmensurable?

“Nadie como otra madre para entendernos, ¿no? Así nos apoyamos entre nosotras, porque pues cada quién tenemos el mismo dolor, el mismo enfoque, que es luchar para buscarlos hasta encontrarlos y sabemos que si caemos nadie los va a buscar como nosotras: tenemos que seguir”, nos explicó Cecilia Flores Armenta, líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora.

Platicamos con ella sobre su dura labor en la búsqueda de los desaparecidos en Sonora, tarea que Cecilia, junto a un cada vez más numeroso grupo de mujeres, llevan a cabo todos los días. 

Siempre trabajando 

Cecilia nos respondió la llamada en medio de una de sus jornadas de exploración: entre semana, ella y otras de las 159 mamás que integran al grupo, salen al “monte” con palas y varillas, para determinar si esos terrenos son posibles fosas.

“(El colectivo se formó) después de la desaparición de mi hijo Marco Antonio,  el 4 de mayo de 2019.

Empecé sola a buscar a mi hijo, por todos los montes: todos los días salía desde que amanecía hasta que había sol, y posteaba en redes sociales con la esperanza de que se apiadaran (y lo entregaran)”, contó.

Más madres de familia con desaparecidos leyeron sus publicaciones y comenzaron a preguntarle qué podían hacer. Así terminaron acompañándola en las búsquedas.

“Y así se hizo el colectivo, somos mamás de todo Sonora: de Ciudad Obregón, Puerto Peñasco, Altar, Navojoa, Caborca… Nos unimos, agarramos una pala, una varilla y muchas fuerzas, nos unimos con todo el valor que tenemos para ellos y salimos a buscarlos”, indicó.

Cecilia también colabora con el colectivo de las Rastreadoras por la Paz de Sinaloa, ya que otro de sus hijos, Alejandro Guadalupe, desapareció en Los Mochis, en 2015.

Volver sobre sus pasos 

De acuerdo con el Informe sobre fosas clandestinas y registro nacional de personas desaparecidas o no localizadas de la Comisión Nacional de Búsqueda, presentado en enero de este año, los estados con mayor índice de fosas clandestinas son Sinaloa, Colima, Veracruz, Sonora y Jalisco.

Las Madres Buscadoras de Sonora eligen los lugares de búsqueda a través de informes que reciben en redes sociales y así se mueven, ubicando diversos puntos.

Dedican tres días a la exploración y cuatro días a la búsqueda activa: cuando encuentran un cuerpo u osamenta, la denominan como búsqueda positiva.

“Nos ha pasado que hemos buscado en otra parte y volvemos a los días y encontramos otro cuerpo ahí: vuelven a ocupar las fosas”, comentó Cecilia.

A la fecha, las Madres Buscadoras han encontrado 102 cuerpos en el estado, 54 de ellos en un área aledaña al municipio de Puerto Peñasco, razón por la cual fueron noticia en México en octubre del año pasado.

“La mayoría (de cuerpos) que hemos encontrado son muchachos jóvenes, también hemos encontrado gente adulta y mujeres, de hecho la última búsqueda positiva en Puerto Peñasco era una pareja”, señaló.

En cuestión de seguridad, Cecilia explicó que miembros de Sedena las acompañan en los días de búsqueda y permanecen con ellas todo el día. Cuando son días de exploración, los policías municipales las apoyan. 

“No deberíamos ser nosotras las madres las que estemos buscando a nuestros hijos”

Cecilia nos contó también que entre los factores comunes de los desaparecidos en Sonora se encuentran la edad y la forma en que fueron “levantados”: comúnmente por gente armada, algunos en su trabajo –como sucedió con su hijo–, otros en en su casa o en la calle.

Y si bien no se nombran a sí mismas como feministas, las Madres Buscadoras de Sonora tienen clara la importancia de la lucha contra la violencia de género, otra fuente de desapariciones

. Estuvieron presentes en la marcha del 23 de febrero en Hermosillo y se pronunciaron a favor de la alerta de género en el estado.

“¿Qué nos van a decir a nosotras de cómo se ve la violencia?, la vemos en búsquedas al encontrar cuerpos lacerados y huesos baleados, ropas ensangrentadas, y nadie hace nada. Quienes tenemos desaparecid@s conocemos las ganas de quemar el mundo por ell@s”, tuitearon.

La búsqueda no termina

Las Madres Buscadoras de Sonora cuentan con dos protocolos de acción: búsqueda en vida y búsqueda de cuerpos.

En la búsqueda en vida, cuando localizan a una persona indigente con las características de algún desaparecido, suben su fotografía a las redes sociales y esperan a que la familia aparezca, mientras el colectivo hace todo lo posible para mantenerlo resguardado.

“En la búsqueda de cuerpos nos vamos a los montes como aquí andamos ahorita, vamos viendo el terreno: si hay hundimiento, pues si está la tierra removida y así, usamos una varilla para meterla en la tierra y ver si pega (a una osamenta)”, explicó.

Cuando la búsqueda es positiva (es decir, que encuentran cuerpos), las buscadoras llaman al 911, para que las autoridades hagan el levantamiento.

Las mujeres del colectivo procuran quedarse para determinar el tipo de ropa que llevan los cuerpos o si tienen alguna identificación, para poder localizar pronto a la familia.

“Eso es lo que queremos, que la familia lo recupere y que (los demás) vean nuestro trabajo: ahora son nuestros hijos, quizás mañana son los de ellos”, concluyó.

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