El 56% del país está bajo alerta de género. Te contamos qué es esta herramienta y el caso de CDMX.
*Esta nota se publicó el 18 de septiembre de 2019 y fue actualizada el 21 de noviembre del mismo año
Las mujeres en México vivimos con miedo y con noticias que lo justifican: más de 1,199 feminicidios en el primer cuatrimestre de 2019, acoso en espacios públicos y privados, historias de terror que circulan en redes sociales. La lista no tiene fin.
Una de las herramientas que tenemos para exigir respuestas a las autoridades es la declaración de alerta de género, aunque pocas sabemos exactamente cómo esta figura pretende mejorar nuestro día a día.
Este mecanismo existe en el país desde hace 12 años y pretende proteger los derechos de las mujeres cuando existe peligro inminente para ellas en un territorio de la república.
Cuando se activa, el gobierno estatal está obligado a cinco cosas: a establecer un grupo interinstitucional y multidisciplinario con perspectiva de género; implementar acciones preventivas, de seguridad y justicia; elaborar reportes sobre la zona y los indicadores de la violencia; a asignar los recursos necesarios y a informar los motivos y la zona territorial que abarca la violencia de género.
¿Quién decide si se declara la alerta de género?
La alerta es parte de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Para implementarla, la solicitud la deben hacer organizaciones de sociedad civil u organismos de derechos humanos locales, nacionales o internacionales.
Después, la revisan grupos conformados por servidores públicos, representantes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y académicos. Estas personas también tiene que ir al lugar donde se pretende implementar la alerta antes de tomar una decisión.
En noviembre de 2019, CDMX se unió a los estados en los que se ha declarado la alerta de género: Edomex, Morelos, Michoacán, Chiapas, Nuevo León, Veracruz, Sinaloa, Colima, Guerrero, San Luis Potosí, Quintana Roo, Nayarit, Zacatecas, Oaxaca, Durango, Campeche, Jalisco y Puebla.
Pero, ¿sí funciona?
Claudia Sheinbaum, la Jefa de Gobierno de CDMX, argumentó que la alerta no ha logrado resultados en otras entidades y que lo que ella pretende es implementar medidas a largo plazo, no de emergencia.
Es verdad que si el 56% del país está en alerta y los estados continúan sumándose, en lugar de disminuir, eso quiere decir que no está funcionando este mecanismo del gobierno para proteger a las mujeres y niñas.
Ciudad de México no es el único estado que se ha resistido a declarar la alerta. También en Puebla, tanto el gobierno como grupos de empresarios e incluso la Comisión de Derechos Humanos argumentaron que su implementación solo perjudica al turismo, sin lograr resultados.
Sin embargo, los varios grupos feministas continúan presionando para que se declare en nuevos territorios, porque es una manera de exigir cuentas y ejercer presión política.
La decisión de implementar la alerta en CDMX
Después de varios meses de negarse, la Jefa de Gobierno de CDMX decidió sí implementar la Alerta de Género. En un comunicado del 21 de noviembre, explicó que con esto «enfrenta la realidad» y propuso cinco acciones concretas, además de dos campañas.
Las acciones son: una iniciativa de ley para crear un registro público de agresores sexuales con sentencia firme y la exhortación para que el Congreso también apruebe la Ley Olimpia contra la violencia digital y la ley para crear un banco de ADN de agresores sexuales.
También propone crear más Senderos Camina Libre Segura, dar más presupuesto a los Centros de Atención Integral a las Mujeres a partir de 2020 y profesionalizar los Ministerios Públicos.
Como se puede ver, la mayoría de estas acciones se basan en la legislación y en castigos más y carcelarios a los agresores, lo que deja lugar a la duda de dónde queda la reinserción social.
La realidad es que la alerta de género no es un mecanismo perfecto. Es la propuesta del gobierno para abordar el enorme problema de la violencia de género y es por eso que es importante usarla para visibilizar el tema.
Lo que hace falta son mejores mecanismos para evaluar su funcionamiento y una manera de adaptar las acciones para que sean más efectivas.