“Los papás siempre van a querer que una se case y tenga una vida estable”, dice Elsa Carvajal, mejor conocida como Elsa y Elmar, cuando le pregunto si alguna vez se ha sentido condicionada a seguir ciertos estándares de vida.
A sus 26 años, la vocalista e instrumentista colombiana está muy consciente de las batallas que tiene que pelear para vivir de la música.
“No niego que el hecho de dedicarme al arte y no tener idea si voy a tener prestaciones laborales, de salud o una vejez digna es un peso muy grande; pero fue una decisión que tomé después de un proceso de liberación y de análisis muy profundo», explica.
«Y sí, a veces es duro lidiar con el rechazo de tu familia y de tus mismos amigos, pero eso ya lo dejé ir. Hay un sentimiento más grande que eso: el hacer realmente lo que quieres”, nos cuenta la intérprete.
Justo eso está haciendo Elsa y Elmar ahora: ensayar para una gira de conciertos que tendrá en Tijuana, Querétaro, Guadalajara, Puebla, Lima, Monterrey y Ciudad de México, lugar donde cierra este tour el 30 de noviembre en el Plaza Condesa.
Dos almas en una
La artista también es parte de la campaña de lanzamiento de Buchanan’s Two Souls, el primer whisky terminado en barricas de tequila, que celebra la dualidad de personalidades y la fusión de influencias.
“Cuando me contaron que se trataba de unir estos dos licores que no tenían nada que ver el uno con la otro y aún así alguien se atrevió a fusionarlos, me encantó. Así veo yo la vida y mi arte”, comparte la creadora de Elsa y Elmar.
Y hablando de integrar distintas facetas, tú eres colombiana, pero estudiaste en Estados Unidos y radicas en México, ¿cómo esta mezcla de lugares y culturas ha influido en tu vida?
Yo soy de Bucaramanga, una ciudad muy pequeña en Colombia; nunca había salido de ahí y jamás crecí con la idea de que eso me iba a pasar, pero me sucedió en mi último año de escuela. Terminé viviendo cuatro años en Boston y tres años y medio en San Francisco y Oakland, nunca me preparé para estos choques culturales que suceden cuando estás en un lugar donde no te entienden, ni sabes cómo hacer que te entiendan.
Hacer música fue mi manera de mantenerme conectada conmigo misma y con la gente que a distancia escuchaba mi música, de ahí fue creciendo mi proyecto y mi ilusión… de alguna manera, esa parte me salvó.
Estando lejos de casa te enfrentas con otras realidades del mundo y te das cuenta que no tienes que defender una identidad específica porque te toca o porque eres de tal lugar, sino que puedes construir tu identidad y lo que quieras ser.
En el 2014, “Me viene bien” ganó el premio John Lennon Songwriting Contest y dos años después abriste un concierto de Coldplay en Bogotá. ¿qué han significado para ti estos logros?
La verdad no me importa tanto. Es increíble, pero yo ya sé que eso significa nada y a mí lo único que me importa es hacer música, que la gente vaya a mis conciertos y que pueda vivir de eso. Siempre agradezco los reconocimientos, pero no significan nada.
El amor es uno de los temas más frecuentes en tu música, en este tercer álbum “Eres Diamante”, ¿qué ángulo quisiste darle a este sentimiento?
Ufff, este último álbum es como ver una relación desmoronarse. Es como un castillito de arena que tratas de volver a armar, pero no queda igual y que invariablemente se va a caer.
En este disco no alcancé a expresar que se cayó, sino mis ganas de querer salvarlo y, en ese proceso, lo único que debes proteger es a ti misma. Es una relación que termina en amor propio, soy yo quien se tiene que salvar, y una vez que estás bien, puedes soltar y dejar que se vaya a la mierda todo.
A propósito de «Mierda», que es tu siguiente sencillo, vi que lo están promocionando a través de un grupo de Whatsapp, ¿cómo surgió esta idea?
¡Son 10 grupos de Whatsapp! Fue una idea que surgió de preguntarnos cómo podríamos comunicarnos directamente con los verdaderos fans y Whatsapp nos pareció una buena opción.
Pensamos que serían uno o dos grupos, pero se salió un poquito de control, porque no es nada robotizado, soy yo mandando mensajes y enviando voice notes en los grupos. La respuesta ha sido hermosa y estamos muy agradecidos con el entusiasmo de la gente.
Y ya por último, qué le dirías a tu yo de 18 años
Que se relaje un chingo, que va a estar bien y que practique más guitarra.