En el transporte público puedes terminar la tarea, leer, comprar cosas que no sabías que necesitabas o echarte una siesta reparadora. Entre empujones y sudoraciones, también es posible usar maquillaje en el metro, y aunque muchas no dominamos ese arte, admiramos a las que tienen habilidades que ya quisieran las youtubers.
Les preguntamos a cinco de ellas sus mejores tips para pimpearte, vayas en metro, combi o metrobús. Esto fue lo que nos contaron.
“El maquillaje en el metro me queda mejor”: Paola Nieto, diseñadora gráfica y textil
Ya tengo medido el tiempo y el ritmo, cuando el metro frena tengo que parar por «el latigazo», luego continúo como si nada.
Curiosamente me sale mejor en movimiento, en mi casa tengo más accidentes que en el transporte público, creo que necesito ese ajetreo.
Lo mejor es hacer solo lo básico, como pestañas o labios, también recomiendo tener siempre las manos limpias para tocar su cara.
Usualmente no me da pena, pero cuando veo un chico atractivo, me espero a que se baje o solo me pinto rápidamente las pestañas
“Aprendí a no juzgar a otras mujeres”: Liliana Medina, mercadóloga
Pensaba que maquillarse en el transporte era de señoras fodongas, hasta que tuve un trabajo donde entraba a las siete de la mañana. Prefería dormir más que arreglarme en casa, así aprendí a no juzgar a otras mujeres.
El metro es un verdadero desafío, si encuentras lugar, sacas tu cosmetiquera y sin problemas. De pie, lo más recomendable es recargarte en la puerta o usar el espacio que hay entre los dos asientos, al final del vagón. Tienes que medir el tiempo entre estaciones y esperarte hasta que el tren se detenga para ponerte delineador y rímel. Prefiero un look súper sencillo, porque una vez al aplicarme sombras (caritzimas de París) el metro frenó, se rompieron todas y quedé como estúpida.
Una vez lo hice en el vagón mixto y fue muy incómodo porque todos se me quedaban viendo con una mezcla entre “qué fodonga” y “por qué se maquilla aquí”, más la expectativa de ver cómo lucía al final: ¡quedé perrísima!
“Ya es una costumbre”: Hilda Ocaña, redactora de televisión
Empecé por falta de tiempo, ahora ya es costumbre. Aplicarse maquillaje en el metro requiere mucha práctica y equilibrio. Aprovechen cuando se detenga para que el delineador o el labial no te queden chuecos.
Lleva lo básico, es más práctico y cómodo, también es indispensable llevar pañuelos por si te manchas.
Me traslado en tren suburbano y en combis. Ahí es fácil hacerlo. Nunca lo hago en el metrobús, es muy difícil. Con la costumbre se quita la pena, a veces incomoda que se te queden viendo, pero no importa, son personas que difícilmente volveré a ver.
“Aprovecho los semáforos” Cristina Durán Delgadillo, abogada
Siempre llevo mi kit. Hay que usar cosméticos con empaque práctico: si es polvo, que tenga una tapa adicional con orificios, así sacas una pequeña parte y no desperdicias ni te ensucias. Para lo que requiere precisión como el delineador de ojos, aprovecho los semáforos.
Al principio me daba mucha pena, luego me acostumbré. Además, encuentro otras chicas que hacen lo mismo. Siempre ando corriendo y, a veces, me gustaría darme el tiempo para hacerlo con calma porque sí es un poco incómodo.
“Lo hago con todo y baches”: Edith Marisol Lira Bermúdez, consultora
Aprovecho cuando el metro va a llegar a la siguiente estación: baja su velocidad y así puedo enchinarme las pestañas. Cuando termina de frenar da un golpe muy fuerte: detente antes de eso. Si no, terminarás toda embarrada.
Sigo el ritmo del transporte, con baches y todo, hasta puedes aprovecharlo: si vas a brincar un bache, deja el rímel sin moverlo un momento. Cuando saltas, aprovecha y aplica, así pintas las pestañas sin mancharte o picarte.
Sugiero no llevar bolsa de mano, es mejor una mochila, la pones al frente y ahí recargas tu maquillaje, es muy útil cuando el metro va atascado. Hay que ser muy cuidadosas y no olvidar que hay personas al lado: no les ensucies la ropa.