A cierta edad empezamos a enfrentarnos –con cada vez más frecuencia– a preguntas incómodas sobre nuestro estatus civil y si pronto formaremos una familia.
Mucha gente es buenísima para opinar, sobre todo cuando se trata de la vida de otras personas, por ello hemos preparado algunas respuestas para esquivar las típicas, entrometidas e incómodas preguntas: ¿y los hijos para cuándo?, ¿y el novio para cuándo? Ash.
No no le debes explicaciones a nadie
Establezcamos un par de reglas antes: resiste la urgencia de explicar, justificar o describir tu situación a detalle, recuerda que, para empezar, la gente no debería estar cuestionándote sobre esos temas.
No importa si se trata de tu mamá o tu papá que lo hacen “con la mejor de las intenciones”; de tu tía la que te envía Piolines; tu vecina/amiga/conocida, que no para de decir que la maternidad es lo mejor que le ha pasado, o gente de la oficina, no le debes ninguna explicación a nadie sobre tu planificación familiar ni sobre si vas a fertilizar o no alguno de tus óvulos pronto.
¿Qué hacer frente a preguntas incómodas?
Mantén la calma. Aunque hay gente que lo hace extremadamente difícil, es mejor intentarlo. Para ser firme no son necesarias las groserías y aunque sería más fácil contestar: “si, mira, ahorita no estés chingando”, no siempre es la mejor opción.
Lo mejor es ser honesta y clara. Si de plano la persona no cede, entonces despídete y aléjate… tu decidirás si solo en ese momento o para siempre.
Ahora sí, aquí algunas respuestas súper efectivas para preguntas incómodas.
1. “Mi vida no está a discusión”
Estás deglutiendo tu comida muy a gusto o mirando tu celular para aguantar la sobremesa familiar/ de oficina/ reunión y ¡pum! llega el interrogatorio: ¿por qué no tienes pareja, por qué no te has entregado a la –muy discutible– belleza del embarazo, bla, bla, bla?
Ve al punto: dependiendo de cómo te caiga o quién sea la persona, puedes agradecerle su interés, pero deja bien claro desde el principio que tu vida no está a discusión y menos mientras te estás pasando un pozolito, pos oye.
2. “Me estás incomodando”
Obviamente, la primera frase no va a evitar que más de una persona lo siga intentando, así que hay ser aún más clara.
Si notas insistencia o que ignoran la primera respuesta dilo fuerte y firme: «me incomodas, me invades, no deseo discutir esos aspectos de mi vida contigo» y cambia el tema. Deja que ellos te cuenten sobre su “fabulosa” existencia y huye en cuanto puedas.
3. «Es un tema del cual prefiero no hablar«
Esta corta la cosa rápido.
Supongamos que estás con tu familiar cuyas hijas ya están “bien casadas” o con un tu grupo de amigas que ya son madres, las preguntas pueden llegar de un momento a otro y por todos los frentes, pero antes de que te invada el pánico y empiecen con las interrogantes suelta un: “prefiero no hablar de eso”.
Simple, directa. Les cae como cubetazo de agua fría y quitará ese mood de juez que tienen las personas que gustan de hacer estas preguntas.
4. “Mi perro/planta/celular/vibrador es mi familia«
Por si no lo sabías, no estás completa sin pareja, marido o hijos a los cuales Instagrammear. No importa si tienes un montón de gatos gordos y felices o una brillante carrera, estás sola, ¿verdad?
Pues no.
Lo más importante es que cada quién sea feliz a su manera, si tú sientes que tu familia es un animal de compañía, tus amigas, tu celular; esa planta a la que cuidas con devoción y que sin pedir nada a cambio te da oxígeno en este mundo contaminado y moribundo, pues diles eso.
No importa si es un objeto inanimado o uno que se pasa de animado, como ese potente vibrador que sabemos que tienes. Diles que su compañía te satisface, te llena y que a diferencia de los humanos no andan de metiches (y tienen mejor desempeño).
5. «Por favor, no me compares«
Hay gente que si no se mide con otras personas no está satisfecha.
Si tus padres, familiares o amigues (frenemies, date cuenta) empiezan a restregarte logros o el estatus civil de hermanas, primas o la chava de la secundaria que jamás has vuelto a ver, contesta que vas a un ritmo distinto, tienes otros logros o intereses.
La forma abreviada y que asusta a más de uno es: “no me compares”. Suele ser muy efectiva, pues les haces notar que estar contrastando vidas ajenas es inapropiado y molesto.
6. «No tengo idea«
A veces no tienes ni ganas de contestar preguntas incómodas, pero hay que hacerlo, así que esta respuesta corta todo intento de seguir chismoseando. Lo más bonito es que puedes usarla hasta el infinito o decirla para iniciar la graciosa huida.
Además es muy cierto, a veces simplemente no tenemos idea, ni mucho menos deseos de inventar una respuesta sobre algo que es incierto o confuso y que en realidad no requiere explicaciones.