¿Es tu playera tan feminista como proclama?

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Hay una forma rápida de mostrarle al mundo que perteneces a una causa, grupo social o cultura urbana: una playera.

Con esta prenda puedes revelar rápidamente parte de tus valores. Es por eso que las playeras que llevan frases, logos y leyendas relacionadas con el feminismo han sido un éxito rotundo en los últimos años, pero no todo lo que reluce es feminista.

De hecho, muchos de los modelos que cientos de mujeres llevan puestos están lejos de los derechos más elementales.

Feminismo de 700 dólares

La famosísima playera con la frase: “The Future es female” tiene su origen en los años 70, como parte de la mercancía que vendía la librería neoyorquina para mujeres, Labyris Books, la cual se convirtió en un estandarte de la lucha lesbofeminista.

Sin embargo, muchos años después, con la llegada del movimiento #MeToo; la marcha de las mujeres y nueva y potente oleada feminista, la playera resurgió con fuerza. Empezamos a verla por todas partes: en aparadores, en celebridades, en Instagram y, seguramente, hasta en nuestros armarios.

No pasó mucho tiempo para que la industria de la moda le pusiera los ojos encima y todo se cubriera de Girl Power y un montón de frases similares: Alpha female, Support other women y We should all be feminists, cuya versión de Dior escalaba hasta los 700 dólares.

«Estamos atrapadas«

Uno de los primeros escándalos en evidenciar lo irónico de estas prendas fue el de la firma Whistles y su playera que decía «This is a what a feminist looks like«.

En su momento cumbre, esta t-shirt llegó a ser vista en el torso de Ashley Judd e incluso en el de Bennedict Cumberbatch. Se vendía en varios sitios de internet y estaba por todos lados, hasta que una investigación del Daily Mail descubrió que las mujeres encargadas de elaborar tan libertaria prenda trabajaban en condiciones laborales muy cercanas a la esclavitud.

Según el reporte, ganaban menos de un dólar por hora en jornadas interminables y durmiendo hacinadas (hasta 16 mujeres en una habitación).

Las palabras de las trabajadoras fueron demoledoras: “No lucimos como feministas, no tenemos igualdad, estamos atrapadas”.

Zara, Forever 21 y Queen Bey

Nuestra memoria es corta, pues tras el escándalo llegó la calma y, con ella, una horda de playeras y líneas de ropa con slogans feministas, pero hechas en las mismas condiciones de explotación.

Forever 21 ha sido señalada por pagar 12 centavos a sus empleadas por cada prenda, probablemente entre ellas sus playeras “feministas”. Además, de acuerdo con información de Business Insider, la compañía se negó a firmar un acuerdo con Bangladesh para dejar de usar algodón de Uzbekistán ligado directamente al trabajo y explotación infantil.

Otras marcas que se han sumado a la moda “feminista” como Zara, H&M y Primark, entre otras, suelen tener pésimas condiciones laborales y las fábricas de donde provienen algunas de sus prendas han afectado la salud de los habitantes de la región, sin olvidar el daño ecológico.

https://www.instagram.com/p/Bfsttz7nV_V/

El feminismo como marketing

En una colmena, la abeja reina tiene privilegios, poder y prestigio, y parte de ello se debe a que usa a las abejas obreras para su beneficio. Irónicamente, eso de «Queen Bey» le va a Beyoncé, quien se ha erigido como ícono feminista, mientras las mujeres que manufacturaron su línea de ropa, Ivy Park, en colaboración con Topshop, solo recibieron 54 centavos por hora.

Los ingresos totales de las trabajadoras fueron de 4.29 euros al día por 10 horas de trabajo, elaborando mercancía cuyos precios iban de los 30 hasta los 300 dólares.

Aunque la cantante y su exsocio, Philip Green, se defendieron de las acusaciones, resulta difícil separar a Beyoncé de ese caso de explotación: a fin de cuentas la marca lleva su nombre y obtuvo ganancias por la venta de las prendas.

Una cosa es cierta, el problema no es exclusivo de ella, es un asunto estructural que recae en todas las marcas y en quienes consumen fast fashion.

¿Qué tan «feminista» es tu playera?

Lo anterior nos deja algunas reflexiones: feminismo y capitalismo no se llevan. Cuando la lucha feminista se vende en masa, como una moda, se convierte en lo que se supone que combate, por lo que es necesario encontrar otras formas para expresar el orgullo que trae la lucha por los derechos de la mujer.

Si tu playera pisotea los derechos de otras mujeres, no es feminista, sin importar qué tan empoderador sea su lema.

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