En días recientes, la comunidad cultural de México le dijo adiós a Grace Quintanilla, la artista visual y servidora pública que dirigía el Centro de Cultura Digital (CCD). Sin embargo, la «Mambo Queen», como la conocían sus allegados, fue mucho más que eso.
Si no tuviste el placer de conocerla en vida, te invito a que conozcas su legado.
¿Quién fue Grace Quintanilla?
Nació en 1967 en la Ciudad de México. De padres con sangre foránea, con su pelo rubio y sus ojos verdes, se autodenominaba de nacionalidad interneteana. Creció en el centro de la Ciudad de México en los años setenta.
Sus etiquetas, según ella misma, podrían ser: mujer, güera, artista, madre, feminista, divorciada, clase media.
Conociendo a Grace…
Conocí a Grace en marzo de 2018 cuando en el Centro de Cultura Digital se dio el Mega Editatón por el Día Mundial de la Mujer y me tocó coordinar la mesa de activistas. Rumbo al día del evento tuvimos algo de contacto por redes (nos seguimos en Twitter y me agregó a Facebook).
Eventualmente la conocí y la abracé y le agradecí el espacio. En ese evento también conocí a Carmen Alcázar, quien desde Wikimedia nos enseñó los dos y don’ts de subir una página de una mujer en Wikipedia.
El amor por conectar
Grace era nodo. Conocía a medio mundo y llegaba y te presentaba y te decía “mira, ella hace esto también, conózcanse”. Grace era el centro que conectaba a cientos de personas que no sabían que funcionarían bien como equipo hasta que ella dijo “trabajen juntas”. La güera era hacedora de comunidad en toda la descripción del mote.
Una de las cosas por las que más recordaremos a Grace Quintanilla era que no tenía tapujos para hablar con la gente. No se le atoraba nada, ni la edad, ni la clase, ni ser funcionaria, nada.
Le hablaba igual a los altos mandos de la Secretaría de Cultura que a las chavas y chavos de los grupos de hackers, ¡y qué falta hace esto en este país! Personas con el poder para abrirle espacios a gente diferente entre sí, personas que impulsen y hagan que la chaviza se conecte y crezca.
En el corto tiempo que conocí a Grace se me acercó por lo menos dos veces más para ver cómo estaba. Esta maravillosa mujer, que tuve el honor y la dicha de conocer durante casi un año, me seguía, me leía y estaba al pendiente de mí. Me invitaba a proyectos cuando sabía que buscaba chamba. Me impulsó a seguir escribiendo.
Grace Quintanilla era una feminista a la que le gustaba trabajar e impulsar a mujeres a su potencial más grande. Y lo hacía siempre con una sonrisa en su hermosa carita.
Su legado en sus amigos y colegas
Su legado más grande es la comunidad que dejó. Jóvenes, niñas y niños, adultos, cantantes, actrices, servidores y servidoras públicas y unas ganas tremendas de crear, de hacer, de compartir.
Miguel Ángel Ángeles, su mano derecha en el CCD, dijo sobre ella: “Grace fue para muchos una coordenada: trabajar con ella, vivir con ella o crear junto a ella te hacía enfrentarte de manera inesperada a tus propias ideas vistas desde su crisol. Desde su feminismo, desde su persona, desde su muy particular mirada. Grace hacía que te movieras siempre”.
Mambo Queen es un autorretrato de Grace Quintanilla mientras estudiaba en Escocia.
Fui al homenaje que le hicieron en el CCD. Fue una hermosa fiesta donde celebramos a Grace Quintanilla con flores, música, fotos muy hermosas de su sonrisa y su Mambo Queen. Además de que gente muy cercana a ella dedicó unas palabras en su memoria.
Mónica Nepote, que fue quien me presentó a Grace, dijo esto sobre ella: «De las muchas formas en las que se puede abordar a una personalidad tan expansiva como la de Grace puedo decir que era una mujer visionaria, su apuesta por las tecnologías como reflejo de un espacio en el cual abrir brecha para las mujeres fue fundamental. Siempre tuvo claro diversos aspectos: documentar el trabajo de las mujeres, las precursoras, apoyar a las jóvenes y a las niñas, conectarlas entre sí, crear una red o diversas redes de mujeres que desde distintos ángulos tuvieran la claridad de ser un colectivo, de saber que no se está sola en una búsqueda, saber qué hay otras semejantes y que juntas podemos puntuar discursos y lograr visibilidad. Eso lo tenía en primera línea de su horizonte y eso nos hereda, la importancia de siempre hablar en plural y decir y procurar el construir un nosotras».
Roberto Del Rivero también dejó testimonio del legado de Grace Quintanilla diciendo: «Uno de sus logros más valiosos, por la pasión desenfrenada que la llevó a conseguirlo y por las innumerables conversaciones que concitó, fue transformar a una odiosa suavicrema en una señal luminosa que, en realidad, marca el sitio de un tesoro. Bajo un armatoste de cuarzo —que a los ojos de muchos aún representa la corrupción de un régimen que se fue sin culpa ni vergüenza— creó un refugio para los que tienen preguntas, para los que buscan las respuestas, para los que hacen sin miedo al error y para los que, en el error, encuentran oportunidades infinitas de rectificación, de cambio, de nuevas exploraciones”.
Su hermana, Vanesa Quintanilla contó en el homenaje que Grace le dijo que había personas que vivían una vida larga y otras que vivían una vida amplia. Vanessa nos contó cómo Grace vivió una vida muy amplia.
Y sí, Grace Quintanilla convirtió la Estela de la Luz de la Ciudad de México en un bastión de iluminación y creación. Se fue el día de su cumpleaños, iniciando y terminando un nuevo ciclo, tan poético como ella.
Descansa en fiesta, Mambo Queen.