Por razones antifeministas y de repulsión al mito de la belleza, yo solía ser una tomboy que odiaba el rosa. Escribiré una columna sobre esto, pero quiero hablar sobre cómo un programa de reality como RuPaul’s Drag Race me hizo enamorarme de las cosas consideradas hiperfemeninas.
La mayor parte de mi guardarropa siempre ha sido negro. En parte porque sí tuve mi época darks en los early 00’s (como todas, no se hagan) pero también porque me creí el cuento de que “el negro adelgaza”.
El “On Wednesdays we wear pink” de Mean Girls me llegaba muchísimo, porque, justo como Cady, yo no tenía una sola playera de ese color, ya que cuando tenía 7 años, decidí que el rosa era “de niñas” y lo saqué de mi vida.
Es por esto que encontrar un amor por ciertos labiales rojo mate de Sephora, después de ver varias temporadas de RuPaul’s Drag Race con hombres en tacones compitiendo por ser la siguiente estrella draga americana, llegó como una sorpresa para mí.
Descubriendo lo femenino en RuPaul’s Drag Race
Nunca tuve una afición por el maquillaje, hasta que vi cómo hombres muy hombres, con cuerpos de hombres y voces de hombres, podían convertirse en femeninas mujeres con la magia del maquillaje, corsettes y un poco de caderas y tacones. Empecé a ver lo drag como artístico, como un performance.
Entonces empecé a reflexionar sobre qué es lo femenino y a cuestionar cómo yo podría ser femenina. Cada vez que salía de casa experimentaba con un poquito más de maquillaje. Comencé a pintar mis cejas, mis labios de colores fuertes y a mejorar mi delineado. A explorar el contouring (y a descubrir que no le sé, a pesar de los 100 tutoriales en Youtube que he visto).
Nunca me pensé como masculina. Tampoco me asumía tomboy, en realidad, sólo me pensaba como “no girly”, que en mi cabeza no era hombre. Sólo tenía el repele a lo femenino porque tenía una idea muy cerrada de lo que es ser mujer.
¿Qué es ser mujer?
¿Qué es ser mujer? ¿Es vestirse de rosa? ¿Aprender a cruzar las piernas? ¿Usar pantalones ajustados y tacones? ¿Usar escote? ¿Maquillarse? ¿Tener cabello largo? ¿Acaso ser mujer es ser estereotípicamente femenina? ¿Cómo es que somos mujeres? ¿Ser parte de la estadística de acoso? ¿De violación? ¿De feminicidios? ¿Es ser parte de un sistema que nos oprime?
Ver a hombres transformarse en el cliché de lo femenino en RuPaul’s Drag Race me ha hecho cuestionarme todo esto y me ha hecho renconciliarme con mi propia percepción de la femineidad. En hacer las paces con mi cuerpo y con el maquillaje.
Puedo no tocar una gota de producto durante semanas y luego puedo montarme una súper producción. No estoy atada a una idea de ser mujer. Somos muchas y somos muy distintas, ¿por qué aferrarnos a una sola idea?
Para mí el género es performativo, es cómo nos leemos y una parte cómo nos leen las otras personas, basadxs en nuestro sexo y cómo nos perciben. Es cómo nos sentimos y cómo nos alimentamos de esas otras percepciones.
Como nos leen es cómo nos tratan. Y sí, he aprendido a dejar de temerle al maquillaje y a los escotes y a ser sexy en parte porque, irónicamente, hombres drags me han enseñado a amar lo flashy de ser femenina.
No todo es glitter y diversión
Tengo muchos problemas con RuPaul’s Drag Race en sí. RuPaul ha hecho comentarios transfóbicos en múltiples ocasiones. Hiperbolizan la femineidad al punto de a veces ridiculizar a las mujeres y considero que muchas drags, incluso RuPaul, son misóginos. Pero al mismo tiempo han traído un despertar de colores y diversidad que nunca se había visto en el mainstream.
Acaban de ganar su primer Emmy, después de estar 10 años al aire, y esto sólo me hace pensar en todas las personas que han sido influenciadas por el programa, algunas en formas fuertes.
Sigo pensando si seguiré viendo el programa después de esta última temporada, porque cada vez me causa más problemas Ru, pero sí me gustan muchas de las personas drags que pasan por ahí. Se vale estar en esta contradicción.
Nuevos referentes de lo femenino
Desde que me di cuenta que parte de mi despertar hacia la vanidad había sido a raíz de ver a las drags, empecé a seguir a drag kings, a modelos plus size y vloggers de maquillaje que fueran diversas. De diferentes colores y tamaños y nacionalidades. Aprendí que gustar de la moda y el maquillaje no estaba peleado con ser feminista.
Aprendí que sí me pueden gustar los labiales rojos, por más que haya quien me quiera convencer de que gustar de lo estereotípicamente femenino esté mal. Descubrir los estereotipos femeninos no me hace que piense que sólo se puede ser un sólo tipo de mujer, sino que se puede ser muchos tipos de mujeres. Y eso es bello.
If you can’t love yourself, how the hell are gonna love somebody else?- RuPaul Charles