¿Qué está pasando en la UNAM? 5 puntos para entender el conflicto universitario

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Si has estado al tanto de las noticias y las redes sociales, seguramente habrás visto que el lunes 3 de septiembre se llevó acabo una marcha de estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Azcapotzalco como denuncia ante ciertas inconformidades y en memoria de la compañera secuestrada y asesinada Miranda Mendoza, estudiante del CCH Oriente.

La marcha partió desde el metrobus La Bombilla hacia Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde fue interrumpida por un grupo de porros que agredieron a las y los estudiantes con armas blancas, petardos y golpes.

De este ataque, 14 estudiantes resultaron heridos, dos de ellos en estado de gravedad: Joel Meza, quien recibió una puñalada en el riñón y le cortaron la mitad de la oreja, y Emilio Alejandro Aguilar, quien fue herido en un glúteo. Los estudiantes se encuentran en hospitales de la CDMX y sus familiares están continuamente avisando a través de redes sociales el avance de su salud.

Desde el lunes se llevaron a cabo asambleas en las distintas facultades y escuelas de la UNAM, comenzando con las Facultades de Filosofía y Letras, Psicología y Ciencias Políticas y Sociales, las que se fueron a paro desde el lunes en la noche. Al día de hoy son 41 escuelas en paro.

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Foto. Marina Pedroza

Para entender un poco qué es lo que está sucediendo en la UNAM, es necesario saber estos puntos:

1. Conflicto en CCH Azcapotzalco.

Comenzó cuando el 27 de agosto un grupo de estudiantes del plantel tomó las instalaciones para pedir la renuncia de la directora, María Guadalupe Patricia Márquez Cárdenas, esto debido a diferentes cuestiones que se pueden encontrar en su pliego petitorio, el cual aborda la asignación de profesores a los grupos; la justificación del presupuesto monetario asignado al plantel; el mantenimiento correcto de las instalaciones y la libertad para ocupar espacios como las paredes para que las y los estudiantes expresen libremente cualquier tipo de crítica política y/o social sin que estos sean borrados.

Luego de tres días, la directora María Guadalupe Patricia Márquez Cárdenas renunció al cargo, pero el resto del pliego petitorio no se cumplió, por ello, las y los estudiantes de CCH Azcapotzalco decidieron organizar la marcha a Rectoría en Ciudad Universitaria.

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Foto. Santiago Arau

2. Miranda Mendoza, ni una más.

El secuestro y asesinato de la compañera Miranda Mendoza de CCH Oriente, que desapareció el 20 de agosto y cuyo cuerpo fue hallado calcinado días después, se suma a las múltiples protestas de las y los estudiantes en la UNAM.

También es el feminicidio de Lesvy Berlín, en Ciudad Universitaria; la desaparición, desde hace cuatro meses, de Mariela Vanessa Díaz, quien es estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras, y la estudiante de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán violada en las inmediaciones de la facultad. Son las múltiples denuncias por acoso y violación hacia estudiantes y académicos de la UNAM, antes las cuales la universidad parece no dar respuesta.

A finales del semestre pasado se llevaron a cabo paros de mujeres en la Facultad de Filosofía y Letras, así como en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, exigiendo la resolución de todos los casos que hoy permanecen en el Tribunal Universitario, entorpecidos por cualquier razón y presuntamente protegidos por la misma institución.

A pesar de que la UNAM es de las primeras universidades en contar con un protocolo de género, las mismas estudiantes, profesoras y trabajadoras han denunciado que no sirve de nada.

Foto. Leonora Flores

3. Los porros, grupos de choque.

Los porros son grupos de choque –conformados por estudiantes o no– que violentan las manifestaciones y a la organización estudiantil, muchas veces pagados por agrupaciones políticas, el gobierno o incluso las autoridades universitarias.

Algunos de ellos están muchas veces infiltrados dentro de la misma comunidad estudiantil, se dicen ser los líderes del movimiento, pero desgastan la misma organización, rompen las asambleas y atacan a otros estudiantes.

La historia de los grupos porrillos viene desde la década de 1920, pero desde 1950 es cuando comenzaron ser utilizados con mucho más fuerza, llegando a 1968 y la matanza estudiantil de Tlatelolco. O el famoso grupo de porros «Los Halcones» que se encargaron de la represión estudiantil de 1971.

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Foto. Marina Pedroza

4. Vinculación con la UNAM.

En los videos del ataque a las y los estudiantes del pasado 3 de septiembre se puede observar al coordinador de Auxilio UNAM, Teófilo Licona (actualmente cesado de su puesto en la institución educativa), interactuando con los porros que iban hacia la manifestación. También se ve a múltiples vigilantes de Seguridad de la UNAM sólo mirando el ataque sin interferir de ninguna forma.

Foto. Daniel Ojeda y Esteban González de León

5. Las y los estudiantes salen a las calles.

El miércoles 5 de septiembre, las y los estudiantes convocaron a una marcha partiendo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales para llegar a Rectoría. A la marcha asistieron aproximadamente 30 mil estudiantes, según autoridades capitalinas, no sólo de la UNAM, sino de distintas universidades. También se organizaron contingentes separatistas de mujeres de diversas facultades exigiendo la visibilización de la violencia sistemática hacia las mujeres.

El reclamo exige detener la violencia, democratizar la universidad, expulsar a los involucrados, incluyendo al rector Enrique Graue, así como el llamamiento a una asamblea interuniversitaria que se llevará a cabo el día viernes 7 de septiembre en la Facultad de Economía en Ciudad Universitaria.

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Foto. @SubVersionesAAC

Ante esto, sólo nos queda preguntarnos, ¿qué es lo que nos queda de este enfrentamiento? ¿a quién realmente le beneficia lo sucedido en Rectoría? ¿quién le pagó a los porros para esto?. Pero sobre todo, esperar a que el pliego petitorio que va a salir de la asamblea interuniversitaria logre su propósito y la UNAM pueda ser reformada.

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