Cuando hablamos de protección durante el sexo oral, es probable que lo primero que venga a nuestra mente sea la imagen de un condón, pero ¿qué pasa cuando quien recibe el blow es una persona con vulva? Ahí es donde entra el –no tan famoso, pero sumamente útil– dental dam o barrera bucal.
La primera vez que escuché acerca del uso de la barrera bucal para el sexo pensé que era un broma (I mean, WHUUUT?). Sabía que era algo que los dentistas usaban para sus procedimientos, no algo que pusieras en tus partes íntimas. Además, ¿cómo era posible que algo que se originó en una oficina dental (probablemente uno de los lugares menos sexis en la Tierra) se use para dar placer?
No te preocupes, tengo respuestas…
¿Qué es el Dental Dam?
Tal y como explica el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), del gobierno de Estados Unidos, el dental dam es «una película de látex o poliuretano que se usa entre la boca y la vagina o el ano durante el sexo oral». Generalmente miden alrededor de 15 x 20 centímetros.
En sus inicios, el dental dam se creó para que los dentistas pudieran proteger la boca al realizar trabajos dentales en un diente aislado (de ahí que su nombre lleve la palabra «dental»). Pero luego la humanidad descubrió que podían tener otro uso muuuuucho más interesante.
A diferencia de los dental dams que usan los dentistas hoy en día, los que son creados para el sexo oral son mucho más delgados y permiten una mayor sensibilidad.
¿Cómo se usa?
Pues, básicamente, solo colocas la película sobre vulva o ano y ya, le das vuelo a la hilacha. El dental dam no tiene ningún tipo de adhesivo, por lo que es importante que lo sostengas con las manos para mantenerlo en su lugar.
¿Por qué usar un dental dam?
Aunque obtener una ETS a través del sexo oral es menos probable que contraerla a través del sexo vaginal o anal, no deja de ser una posibilidad latente. Algunas de las enfermedades que se pueden adquirir por sexo oral son la clamidia, hepatitis (A y B), el virus de Papiloma Humano, gonorrea, sífilis, herpes y VIH.
¿Qué hacer y qué no hacer?
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades da algunas indicaciones muy puntuales:
Lo que sí:
Usa una barrera bucal de látex o poliuretano nueva siempre que tengas sexo oral.
Lee las instrucciones del paquete y verifica la fecha de vencimiento.
Comprueba que no tenga defectos o roturas.
Colócalo antes de tener sexo oral y mantenlo en su sitio hasta que termines.
Utiliza lubricantes a base de agua o silicona para evitar que se rompa.
Guarda las barreras bucales en un lugar fresco y seco.
Lo que no:
NO reutilices la barrera bucal.
NO estires la barrera bucal, ya que puede romperse.
NO utilices nonoxinol-9 (un espermicida), ya que puede provocar irritación.
NO utilices productos a base de aceite, como aceite para bebés, lociones, vaselina o aceite de cocina, ya que pueden dañar o romper la barrera bucal.
NO deseches la barrera bucal por el inodoro, ya que puede obstruirlo.
Okaaaay… ¿dónde puedo conseguirlo?
Puedes comprarlos en línea o en algunas sex shops, pero también puedes hacer el tuyo utilizando un condón. Simplemente corta la punta con unas tijeras y luego haz otro corte a lo largo y ¡listo! obtendrás un dental dam casero.
Al igual que los condones, las barreras bucales pueden tener una variedad de sabores y materiales (como el poliuretano si eres alérgico al látex). Desafortunadamente, todavía es raro encontrarlos en el pasillo de condones de alguna farmacia, pero recuerda que siempre pueden estar a un clic de distancia.