Las veces que quisimos imitar lo que vimos en la tele (y tal vez ahora nos da pena admitir)

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El cine y la televisión no solo inspiran disfraces de Halloween y paletas de maquillaje, también historias de la vida real. ¿Recuerdas todas las veces que recitaste un hechizo de Harry Potter y hasta practicabas el movimiento de muñeca con tu varita improvisada? ¿O cuando fantaseabas con descubrir que tenías un gemelx con quien cambiar identidad como en ‘Juego de gemelas’? ¿También tú le pusiste un sticker a tu webcam después de ver ‘Black mirror’? (Si no lo has hecho, hazlo ahora mismo, por favor).

De las películas y las series también se aprende. Hay algunas buenas ideas, otras muy, muy malas. No hay de qué avergonzarse, TODXS hicimos cosas así y aquí están algunas historias para probarlo. Desde ‘Chicas pesadas’ hasta ’50 sombras de Grey’, las cosas más tontas y peligrosas que hicimos gracias a lo que vimos en la pantalla.

«Ligera como pluma, tiesa como tabla»

«En la secundaria hice una fiesta en mi casa e invité a dos de mis mejores amigas de ese entonces. Todas estábamos obsesionadas con ‘The craft’, así que se nos ocurrió intentar levantar a una con los dedos. Luego de decir las palabras mágicas y realmente concentrarnos en la tarea, no funcionó. Según nosotras, no pasó nada porque al menos debíamos ser cuatro (como en la película). Muy tristes dejamos ese juego, aunque aún pienso que sí funciona y me encantaría intentarlo de nuevo, pero con cuatro integrantes, como se debe». —Sara

Me perforé las orejas como en ‘Juego de gemelas’

«Resulta que cuando vi ‘Juego de gemelas’, como a los 13 años, coincidió con que estaba entrando a la adolescencia y, obvio, quería tener aretes como todas las demás. No tenía las orejas perforadas y la película me dio una guía paso a paso para hacerlo yo misma (también para probar Oreos con mantequilla de maní y esa sí que es una buena idea).

«En una pijamada, le pedí a una amiga que me ayudara y lo hizo. Tal cual, conseguimos el hielo, la rebanada de manzana y la aguja (a escondidas de sus papás, claro). Al principio no me dolió taaanto, pero en la noche se hinchó y empezó a doler. Finalmente, tuvimos que decirle a sus padres. Ellos, lejos de enojarse, se rieron de mí y me ayudaron a desinfectar las perforaciones (había pus y sangre ahí).

«Lo mejor es que no me acusaron y no tuve que lidiar también con el regaño de mis padres. Después de eso, todo estuvo bien y fui feliz con mis orejas perforadas una vez que sanaron». —Mariana

El beso de Spiderman

«Mi novio es super fan de Spiderman. Entonces, un día en un parque intentamos darnos un beso como el de Peter Parker y Mary Jane donde él está de cabeza. A mí me pareció divertido, pero los primeros intentos fueron desastrosos.

«Las personas que pasaban por ahí se nos quedaban viendo raro y algunos se reían. Finalmente, nos salió bien. Obvio, teníamos que tomar una foto. Probablemente es de las cosas más divertidas que hemos hecho juntos. La foto, aunque tal vez no es exactamente igual que en la película, sigue siendo de mis favoritas». —Leilani

La coreografía de ‘Jingle Bell Rock’

«Cuando vi ‘Mean girls’ por primera vez, como a los 11 años, me obsesioné con la coreografía de Jingle Bell Rock. Me gustaba mucho cómo se veían bailando con sus outfits de Santa Claus y quise imitar toda la coreografía. La veía encerrada en mi cuarto y seguía los pasos mientras pasaba la escena. Nunca me salió completamente bien, pero hasta la fecha me gusta hacer el paso donde se pegan en los muslos». —Jessica

Hice el «Pop» de ‘El diario de la princesa’

«Cuando tenía 19 años, bailando en un antro ligué con un chico. Se me pasaron las copas y me puse muy borracho después de un rato. Como era de esperarse, el chico y yo nos empezamos a besar y se me ocurrió hacer el «pop» de ‘El diario de la princesa’.

«En la película, cuando Mia hace ‘pop’ es un beso súper especial y romántico, pero yo solo estaba muy ebrio. Siento que decepcioné a Mia Thermópolis, pero siempre hay tiempo para redimirme y hacerlo bien». —Omar

Traté de volar y hacer los hechizos de Harry Potter

«Cuando era pequeña estaba obsesionada con Harry Potter. Mis primos y yo hicimos escobas ‘mágicas’ con ramas. Realmente pensábamos que en algún punto podríamos aprender a volar con ellas y ahí estábamos como tontos diciendo hechizos y corriendo con las escobas entre las piernas tratando de volar. Obviamente nos dimos cuenta después de un rato que no funcionaba y nos rendimos». —Laura

El bebé en el techo de ‘Trainspotting’

«En una borrachera de la prepa, estábamos en casa de un chico con varios amigos más. Uno de ellos se quedó muy dormido y lo llevamos a un cuarto a dormir. El dueño de la casa tenía una hermana pequeña con muchos Nenucos. Como éramos fans de ‘Trainspotting’, se nos ocurrió tomar uno y lo pegamos con cinta en el techo del cuarto, justo encima de mi amigo dormido. Cuando despertó en la mañana, crudo y muy desvelado, lo primero que vio fue el muñeco colgado y su horror fue muy similar al de Renton en la película». —Bertin

Aprendí el lenguaje de los elfos

«A un amigo y a mí nos gustaba mucho ‘El señor de los anillos’. Él estaba especialmente obsesionado con los elfos y tenía muchos de juguete. Yo siempre quise uno, pero mis padres jamás me dejaron porque creían que estaban poseídos. Tratamos de aprender élfico como en la película. De pronto ya teníamos varias palabras, según nosotros, de elfo. Nadie nos entendía nunca, pero para nosotros tenía todo el sentido del mundo». —Jenny

Le di una oportunidad al BDSM por ’50 sombras de Grey’

«Leí ’50 sombras de Grey’ cuando iba en la prepa y me entró curiosidad por el BDSM. Entonces me intimidaba un poco, pero unos años después salieron las películas y la curiosidad regresó. Para entonces tenía una pareja con quién intentarlo y ya era más segura de mí misma, así que compré algunos juguetes y accesorios.

«Al principio, a él le pareció un poco extraño, pero accedió. Supe que dentro de esta práctica hay muchas posibilidades y cosas que probar. Me gustó descubrir mis límites y disfrutar nuevas experiencias junto a mi pareja. Algunas cosas las quiero seguir haciendo y otras no tanto. Al final, estoy feliz de no haberme quedado con las ganas. Gracias, Christian Grey.» —Andrea

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