Esta mañana, en la primera edición de MVS Radio, Luis Cárdenas, en una conversación que tuvo con el periodista de espectáculos Gil Barrera, manejó la hipótesis: ¿entonces ahora, las declaraciones de una actriz pueden destruir la carrera de un director? Esta fue encaminada al caso de Karla Souza y Gustavo Loza.
Si bien, este lunes 19 de febrero, la actriz declaró a Carmen Aristegui que un director -no dijo nombres- la había violado, ese mismo día por la noche Televisa lanzó un comunicado donde atribuyó el hecho al director mexicano Gustavo Loza, quien ha trabajado en varias producciones con ellos y ahora, la empresa rompe relaciones laborales con él. Al poner nombres donde Karla no quería hacerlo, los juicios de valor han ido en aumento. Entre toda la paja de insultos machistas que le han hecho a la actriz en sus redes sociales, es de extrañar que un periodista lance un pensamiento así al aire.
¿Las declaraciones de Karla Souza, Stephanie Sigman y Paola Núñez le están arruinando la carrera a uno o varios directores reconocidos en México y el mundo? La respuesta es NO. Como me pasó a mí, varios radioescuchas se ofendieron al escuchar esto. Tanto que el propio Luis Cárdenas aclaró en su cuenta de Twitter que no quiso acusar a Karla Souza, sino «cuestionar el tema en todos los ángulos posibles».
Querida Adriana, ¡no!, esa no era la intención, solo cuestionar el tema en todos los ángulos posibles. Una disculpa si se entendió de otra forma. ¡Abrazo! https://t.co/cjvRB693VE
— LuisCardenasMX (@LuisCardenasMx) February 22, 2018
Si miramos el tema con unos lentes de realidad antimachista, es posible ver que las declaraciones de una víctima no arruinan ninguna carrera. Los directores, productores, actores (inserte aquí el cargo preferido) arruinan sus carreras al cometer un acoso sexual. Arruinan su carrera al abusar de su posición de poder. Al querer mostrar superioridad o saciar sus deseos exigiendo favores sexuales a cambio de dar trabajo. Sin no hay acoso sexual, no habría denuncia, así de fácil.
Inequidad de juicios
¿Por qué se procura a un director que ya ha tenido la oportunidad de hacer una carrera con las muchas o pocas producciones que haya realizado y no sucede lo mismo con aquellas actrices cuyas carreras fueron truncadas o jamás despegaron por decir que «no» a los favores sexuales solicitados?
A decir del conductor de MVS, el #MeToo ha traído una realidad donde una declaración (que puede ser mentira) está en la posibilidad de «arruinar una carrera». Hasta ahora, ninguna de las actrices que se ha expuesto a rebelar a los agresores sexuales ha sido acusada por mentir.
Me siento orgullosa de unirme solidariamente a mis hermanas de México y a mujeres alrededor del mundo cuyas voces estás siendo finalmente escuchadas y diciendo #TIMESUP.
— Karla Souza (@KarlaSouza7) February 21, 2018
Entre los muchos comentarios que critican a Karla Souza está una constante: el hecho de que resultó «beneficiada» al acceder que el director abusara de ella. Es decir, que si una actriz tiene éxito es porque seguramente aceptó recibir violaciones y abusos sexuales. ¿Entonces es la única forma en que una mujer puede alcanzar éxito?
Es preciso aclarar que al decidir hablar —10, 12 años después o los que sean— sobre un abuso sexual, muy probablemente Karla Souza no está ganando que encarcelen al violador (jurídicamente es muy complicado demostrar una violación 10 años después), tampoco pretende alcanzar un protagónico en alguna producción millonaria, tampoco busca dinero. Por el contrario, se expone al escrutinio público, al acoso cibernético e, incluso, a que quieran demandarla por difamación.
Lo que a ella la impulsó a hablar, pese a todo, es fomentar la cultura de la denuncia. A que otras actrices no tengan que pasar por lo que ella.
Volviendo al mismo programa de radio que escuchaba en la mañana, Gil Barrera comentó: «El hecho de que Karla Souza se anime a denunciarlo le da un valor particular (al movimiento #MeToo mexicano), eso rompe con todo». Aclaró que esa complicidad de querer buscar un papel por medio de un intercambio sexual es «una muestra de la débil estructura del espectáculo». Y, al parecer, esa vieja estructura se está tambaleando. Esperemos que se derrumbe y llegue una mejor, una más transparente, justa y segura para toda la industria.