Cuando la cineasta sueca Erika Lust comenzó su productora de pornografía feminista en 2005, lo hizo porque le preocupaba que las mujeres no tuvieran acceso a un material erótico en el que no fueran tratadas como simples objetos, se les impusieran estándares de belleza irreales y que, además, el trabajo se diera en una industria machista y poco ética laboralmente.
Ahora, más de 13 años después de posicionar su compañía como un referente de sexualidad positiva, y siendo madre de dos niñas de 6 y 9 años de edad, Erika tiene una nueva preocupación: «el fácil acceso que tienen los niños y adolescentes a un tipo de porno cutre y unas páginas web con contenidos denigrantes».
De acuerdo con la cineasta, «los niños se encuentran con el porno entorno a los 9 o 10 años, así que necesitamos pasar a la acción. Nos hemos dado cuenta de que la solución no es prohibir este porno, del mismo modo que prohibir las drogas no ha ayudado en nada a reducir su consumo en la sociedad».
¿Hablar de pornografía con tus hijos?
Como alternativa, Erika creó junto a su pareja, Pablo Dobner, The Porn Conversation, un proyecto que busca ofrecer información y herramientas a los padres de familia y educadores, para que aborden el tema de la pornografía con sus hijxs y alumnxs.
«The Porn Conversation dota de herramientas a familiares, profesorado y otros educadores con el objetivo de que las usen para promover el diálogo en su hogar», explican en su página. «Nuestro deseo es ofrecerles la oportunidad de ayudar a que niños/as y adolescentes tomen decisiones informadas y reflexionadas a la hora de consumir pornografía. Hoy necesitamos ir más allá de la, de por sí insuficiente, educación sexual de las escuelas, necesitamos agentes educadores que tengan la conversación sobre el porno».
«La pornografía puede confundir a los adolescentes sobre cómo la erótica conecta con la sensualidad y las relaciones íntimas, ya que a menudo se muestra una separación entre el sexo y las emociones. De igual modo construye expectativas sobre cómo hay que ser, vestir y actuar, que en todo caso, son irreales y, por tanto, inalcanzables. Necesitamos que les enseñes [a tus hijos] que la erótica es mucho más compleja que lo que están viendo en Internet».
Información + herramientas
Algunos de los recursos que ofrecen en su página son guías, videos, artículos, podcasts y material didáctico (en 6 idiomas distintos, español incluido), además de consejos sobre cómo abordar el tema con niños y niñas en tres grupos de edades diferentes: menores de 11 años, 11 a 15 años y mayores de 15 años.
Un punto importante que Erika y Pablo mencionan es que «es fundamental que cuando hablas con tus hijos/as sobre erótica y pornografía trates de entenderlos en lugar de, simplemente, decirles que no lo vean. Si haces esto, quizá no vuelvan a hablar contigo sobre el tema. Las prohibiciones suelen tener el efecto de hacer más llamativo aquello que se prohíbe, además de ocultarlo cuando se haga».
The Porn Conversation es un proyecto sin ánimos de lucro y sus contenidos son gratuitos. Si quieres conocer más sobre la iniciativa visita su página web y pasa la voz entre tus amigues madres y padres de familia.