El tema de los influencers siempre me ha maravillado y horrorizado por igual. Por un lado, me parece fascinante que personas auténticas que realmente tienen un mensaje e impacto positivo puedan llegar a cantidades masivas de gente para hacer una diferencia.
Por el otro, están los influencers cuya visión parece ser una perpetua egoteca de ellos mismos repleta de fotos y mensaje que, aunque se ven muy lindos y cool, realmente no significan ni aportan nada.
Ambos modelos son igual de populares, ambos cierran contratos millonarios con marcas, ambos amasan cantidades impactantes de seguidores en las redes, ¿pero realmente quién influye?
¿Quién es influyente?
Una reciente entrevista con el representante de influencers Rhiyen Sharp (quien anteriormente trabajó en empresas como IMG y New York Models) arroja algo de luz sobre este complejo tema en el que las marcas suelen privilegiar cantidad sobre calidad, una práctica que aunque todavía es muy común, Sharp asegura está llegando a su fin.
“A nadie en las esferas más altas de la publicidad ni de ninguna de las empresas que importan le sigue interesando la chica con 1,5 millones de seguidores”, explica el empresario, quien hace hincapié en que el número de followers de una persona no la convierte en influencer, ya que para ganarse tan preciado –y gastado– título debe existir una visión original y la capacidad de crear un retorno de inversión para las marcas.
“Hay una gran diferencia entre un influencer y alguien con seguidores en Instagram; un influencer realmente hace la diferencia entre si un producto se vende o no”, menciona Rhiyen. “A una chica con 3 millones de seguidores le estaban pagando $15,000 o $20,000 USD para hacer un post, y resultó en cero ventas –recibí esa retroalimentación con tanta frecuencia que fue impactante. Las chicas con muchos seguidores no son influyentes, sino plataformas publicitarias”.
Calidad sobre cantidad
Más allá de una copia de Chiara Ferragni, las firmas hoy buscan personas auténticas que lleguen de forma genuina y orgánica al público que les interesa, por ello los micro influencers –aquellos con una base de seguidores entre los 10,000 y 100,000– han adquirido más valor.
Como explica Chris Gonzalez, CEO de la plataforma Gnack, a Digiday, «Los micro influencers tienen un promedio de dos a cinco veces más participación orgánica por post de Instagram, en comparación con aquellos con más de 100.000 seguidores». Esto debido a la forma en la que los algoritmos de Instagram funcionan con sus audiencias, las cuales suelen ser más comprometidas y centralizadas en un tema o estilo de vida en concreto.
Así que quienes pensaban que unas cuantas selfies, fotos de su açai bowl o followers comprados podrían catapultarlxs al preciado mundo del influencerismo, será fundamental replantearse ¿realmente cuál es el mensaje que quieren dar y exactamente en qué o a quiénes piensan influir?
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