Así es como las tiendas de belleza logran que compres cosas que no necesitas

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Quien jamás haya entrado a tiendas de belleza por una cosa y salido con otra, que tire la primera piedra.

No es ningún secreto que las tiendas tienen maneras insospechadas de seducirnos para que siempre compremos más. Lo has visto en los supermercados, donde esos malditos anaqueles junto a la caja te han convencido –en más de una ocasión– de llevarte un rastrillo, incluso cuando desde hace años te hiciste láser.

Lo mismo pasa en las boutiques de ropa, que te obligan a pasar la mirada –y las manos– por ligas, calcetines y bálsamos para labios que no te hacen falta, pero que al menor impulso pueden parecer indispensables. Y sucede también en las tiendas de cosméticos, donde la mayoría de los productos caben sin problema en la palma de tu mano.

Pero no te agobies, que la culpa no es únicamente de tu consumismo desmedido y tu American Express con fondos ilimitados, sino que el responsable es tu cerebro y la forma en la que éste percibe y asocia los colores con emociones.

Los colores estimulan nuestro cerebro

Según un artículo publicado en el sitio Racked, el uso del negro y el blanco es clave en las tiendas de belleza como Mac, Sephora, Nyx o Nars, quienes apuestan por diseños minimalistas, acabados brillosos y acentos de color para crear un ambiente en el que sus clientxs se sientan con ganas de comprar.

“El negro es un color  elegante y sofisticado, pero también es un gran fondo. Todo se ve mejor en contraste con un fondo negro. Las cosas parecen más emocionantes, exclusivas y elegantes”, explica Kit Yarrow, experta en psicología del consumidor, a Racked. «Son esas señales no verbales que percibimos cuando vemos los colores las que nos dicen de qué se trata cada producto».

Descifrando los colores

Los colores pastel también tienen un lugar en la mercadotecnia, ya que “comunican precios más bajos y accesibilidad, como los rosas, turquesas y amarillos”. Por eso los productos para adolescentes generalmente llevan esa gama.

Otro detalle clave para seducir a las consumidoras es el brillo. “Desde la perspectiva del usuario –y esto es un poco exagerado– algo que es brilloso parece realmente limpio. No puedes tener brillo y suciedad”, agrega Yarrow.

Así que el hecho de que cuando entres a una tienda todo parezca más reluciente que de costumbre, no es sólo por motivos de higiene.

El truco de las tiendas de belleza

La razón detrás de todas esas técnicas de psicología y color es lograr que las clientas puedan recorrer la tienda sin obstáculos visuales y consumir más y mejor.

“No puedes tener demasiado color y contraste, ni materiales interesantes o patrones, porque no quieres abrumar los líneas sencillas y limpias”, menciona la vicepresidenta de diseño de tienda de Sephora, Paul Loux, que sabe que cuando trabajas con productos pequeños y con una gran variedad de colores, lo mejor es no tener distracciones.

Así que la próxima vez que te de uno de esos remordimientos apocalípticos post-compras, simplemente respira, mantén la calma y dile a tu cerebro «lo siento, pero tú te hiciste esto, no yo».

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