Así es Pinche Chica Chic, el fanzine sobre moda y humor más chido DEL MUNDO

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“Jorge Campos, Iris Apfel y Marcel Duchamp entran a un bar…”. Esa frase, tan bizarra como intrigante, podría ser la perfecta línea de entrada para describir Pinche Chica Chic, un fanzine hecho en México que aborda las diferentes manifestaciones del estilo y la moda desde un enfoque analítico, irreverente y sumamente humorístico. “Hablamos sobre cosas que podrían parecer muy tontas, pero nos lo tomamos muy en serio”, me platican mientras tomamos un café, Diana Gutiérrez, Liliana Martínez y Angélica Olavarría, quienes en junio de 2016 tomaron la decisión de crear “el mejor fanzine impreso sobre moda y humor”. Pero la moda de la que habla Pinche Chica Chic no sólo tiene que ver con la Alta Costura de París o vestidos por los que hay que dejar empeñado un riñón. Para sus creadoras, la moda también está en el lentejueloso estilo de la abuela Yetta, de La Niñera; en una colección de calcetines o en un análisis sobre la música de las tiendas de Inditex.

Cada dos meses se imprimen 100 ejemplares únicos y numerados de Pinche Chica Chic, los cuales se venden a través de sus “lanzamientos mundiales” (fiestas de presentación) o en bazares de diseño. El éxito ha sido tal, que su más reciente edición (la del primer aniversario) se acabó el mismo día en el que se puso a la venta. Así que quienes se quedaron con las ganas, pues eso, se quedaron con las ganas, porque ya no hay más. Ese tiraje reducido ha logrado que poco a poco Pinche Chica Chic se convierta en un fanzine de culto. “Todavía hay quienes nos preguntan cuándo lanzaremos otra vez el número cero, del cual sólo hicimos 15 ejemplares”.

El origen de Pinche Chica Chic tiene dos versiones. La primera, que es la real, es una historia secreta (y no muy entretenida, la neta) que pocas personas conocen, y que, tras haberme sido revelada, me llevaré a la tumba. La segunda, la versión oficial y fantástica (que es la que importa) es que las creadoras se conocieron durante una subasta de trajes en donde, curiosamente, ellas eran las únicas pujando por un colorido uniforme de Jorge Campos. A partir de eso percibieron que existía entre ellas una conexión y un gusto compartido por el estilo del exfutbolista (ahora comentarista/comediante involuntario), así que decidieron conocerse más y seguir el convivio en un karaoke coreano. Después de unos cuantos cánticos decidieron que tenían que hacer algo en conjunto. Concluyeron que sería un fanzine y que se llamaría Pinche Chica Chic, un nombre “que tiene mucho ch ch ch” y que rinde honor al estilo editorial fanzinero irreverente, provocador y contrasistema. Lo cual tiene todo el sentido del mundo cuando abres las páginas de Pinche Chica Chic y te encuentras con consejos sobre “Cómo elegir el outfit perfecto para un funeral”, una “Oda al bracket” o una viñeta llamada “Vete a la verga, Vogue”.

Pero en un mundo consumido por lo digital, ¿por qué apostar por el formato impreso? “Nos interesan mucho las posibilidades que tiene el papel”, explica Angélica, quien está a cargo de muchas de las funciones de diseño gráfico dentro del fanzine, el cual cuenta con una edición perfumada, otra con glitter y próximamente podría sorprendernos con cosas loquísimas como “una edición con papel comestible” o “una que brille en la oscuridad”.

El proceso para crear cada edición es muy orgánico “Nos reunimos en un café y platicamos sobre lo que tenemos en mente y lo que hemos visto recientemente. Básicamente nos morimos de risa todo el tiempo”, me cuentan. Y me consta, porque incluso durante la entrevista no faltaron las carcajadas y la repentina lluvia de ideas. “Deberíamos hacer algo sobre cómo hacer un fanzine de moda para comprar ropa de marca” dice Liliana, y las tres ríen. “Hago un fanzine de moda para comprar ropa de marca, porque soy pobre”, resume Diana mientras Angélica anota la idea en su libreta.

Cuando les pregunto sobre sus diseñadores y marcas favoritas mencionan nombres como Pay’s y Bunch of Fools, y a nivel internacional Comme Des Garçons de Rei Kawakubo, aunque todas coincidimos en que si algún día tuviésemos el dinero para comprar una de sus prendas jamás nos la pondríamos “Sólo estaría en una vitrina, de esas que dan vuelta”, dice Angélica. “Además si me la pusiera ni siquiera podría sentarme”, comenta Diana entre risas.

Dentro de los planes a futuro de Pinche Chica Chic está crear una versión digital del fanzine, para que quienes no puedan conseguir la edición impresa puedan ver el contenido, «pero sin restarle peso a lo impreso». Además de seguir creando merch de la marca, como ya lo han hecho con un morral, pines, stickers y parches. “La finalidad es que eso nos permita seguir creando el Fanzine”, dice Liliana.

Otro proyecto es su recién inaugurado canal de YouTube, en donde planean subir contenido que amplifique el mensaje de la Pinche Chica Chic, el cual “No es sólo para mujeres. Es para todas las especies”. Y lo dicen en serio, porque su primer video “¿Cómo lograr un maquillaje de a ladrido bien perrón?” es un tutorial de cejas para perros protagonizado por la ilustradora Andonella y el perro chichuahua de Diana. “Andonella nos contó que ella siempre le dibuja cejas a sus perros y pensamos ‘nos tiene que enseñar cómo hacer eso’ y así salió el video”, explica Diana.

Esa espontaneidad y ligereza para crear contenido no debe confundirse con una calidad improvisada, pues Pinche Chica Chic es un fanzine que centra muchísimo esfuerzo en la excelencia de sus textos, los cuales incluyen ensayo, poesía, cuento y crónica, entre otros géneros literarios. “Siempre retamos a nuestros lectores a que nos encuentren errores de edición. Hasta la fecha no ha sucedido”. También ponen especial énfasis en la calidad de sus imágenes. “Hemos trabajado con ilustradores como Chacho Grijalva, Ana Juan, Regina Santana, Coco Escribano, Sarah Jones, Eli González…”.

Por último, las editoras aclaran que «La gente no tiene que saber de moda para encontrar un espacio en nuestras páginas». Ya sea como lector o como colaborador, uno puede estar seguro de que la Pinche Chica Chic siempre le vestirá bien bonito el intelecto y la vista gracias a su «hechura fina y estilo cucho».

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