Voy a empezar este artículo haciendo tres preguntas: ¿Si pudieras cambiar algún aspecto de tu físico, lo harías? ¿Qué cambiarías? ¿Qué te motiva a hacerlo?
Seguramente las respuestas 1 y 2 brincaron rápidamente en tu mente. La mayoría tenemos –o tuvimos– algo de nuestro cuerpo que no nos agrada y, por supuesto, lo tenemos más que bien identificado: la nariz, el cabello, tono de piel, la talla, nuestra musculatura, estatura, en fin. Sabemos lo que queremos cambiar… ¿Pero sabemos por qué deseamos hacerlo? ¿Quién demonios empezó esta guerra con nuestro propio cuerpo?
El mito de la belleza
Vivimos rodeados de normas de belleza y estereotipos imposibles a los que desde pequeños se nos enseña a aspirar. Es impresionante cómo desde bebés hasta que somos ancianos nos ponemos una escala de perfección.
Cuántas veces no hemos escuchado que un niño es bonito porque parece «bebé Gerber», reflexionemos sobre el estereotipo tan marcado que esto representa. O la horrible presión de los miles de productos que nos venden para esconder el paso de los años, como las arrugas o la calvicie, como si envejecer fuera una desgracia.
Todos, tanto mujeres como hombres, estamos invadidos por ideologías que nos ponen en constante conflicto con nuestro cuerpo.
El movimiento body positive
Pero para contrarrestar estas ideas sobre «cómo debe» y «no debe» ser nuestro físico, surge el movimiento Body Positive. Aunque normalmente se le asocia con temas relacionados a la talla y peso de las mujeres, va mucho más allá.
La iniciativa forma parte del gran abanico de esfuerzos que se ha emprendido en contra de las ideologías y estereotipos ejercidos sobre las mujeres, pero el body positive pelea por mujeres, hombres y personas no binarias por igual.
¿Cómo surge?
Connie Sobczak y Elizabeth Scott fundan en 1996 la organización The Body Positive, para liberar a las personas de los estándares de belleza que fomentan el odio hacia el propio cuerpo. Busca que a todas las edades y para todos los tipos de cuerpo, orientaciones sexuales, géneros, etnias, identidades, habilidades y niveles socioeconómicos se fomente el sentirse bien con la apariencia y características físicas.
Es un llamado de aceptación movido desde un genuino amor y respeto propio. De ahí han surgido y derivado muchos otros movimientos, organizaciones y campañas que trabajan día a día por esta causa.
Sus esfuerzos también están centrados en lograr que en la industria de la moda, en la mediática y cinematográfica se incluyan personas con diversidad de cuerpos, físicos e identidades en su agenda.
Algunos ejemplos son la campaña «Real Beauty» de Dove; el elenco elegido para Orange is the New Black, el #Betterforit de Nike; Alicia Keys y el No-makeup Movement; «All Woman Project» impulsado por un grupo de modelos como Charli Howard, Clémentine «Clem» Desseaux y Elliot Sailors –y a la que se les han unido firmas como Vogue, Huffington Post, Cosmopolitan, ente otros.
Las campañas enfocadas a los hombres no son las más abundantes, pero sí existen y Dressmann, una marca noruega de ropa interior masculina, lo hizo de una manera increíble con su campaña #JustTheWayYouAre y slogan «Underwear for Perfect Men».
Lo que el body positive nos enseña:
- No dejemos que nada ni nadie nos diga cómo debemos ser.
- Ser gordo o delgado no siempre implica que nuestra salud sea buena o mala.
- Nuestro cuerpo no es ningún tipo de limitante al momento de elegir ropa. ¡Vístete como tú desees hacerlo!
- Ser body positive no significa estar en contra de bajar de peso, hacer ejercicio o tonificar músculos. Significa amar, aceptar y cuidar nuestro cuerpo, manteniéndolo lo más sano posible.
- Las señales propias del envejecimiento son naturales y no hay que sentirse avergonzados por ellas.
- Enfrentar los propios miedos acerca de nuestro físico nos permite vivir mucho más libres, felices y seguros de lo que verdaderamente somos.
Dejemos de usar la frase «La belleza está en el interior», porque con eso implicamos que la persona no es bella por fuera. La belleza está en lo que cada quien decide ser.