Microblading: el tatuado de cejas que no tiene nada que ver con el de tu tía

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Cuando se trata de cejas perfectas, a algunas mujeres se las da la naturaleza, a otras el maquillaje y hay a quienes simplemente les vale un pepino. Y luego –justo en el limbo entre las que se maquillan y las que no– existe una categoría más: las que aman las cejas definidas, pero no tienen la destreza ni el tiempo para conseguirlas. O sea, yo.

Hace algunos años solamente hubiese tenido dos opciones: no hacer nada al respecto o tatuarme las cejas. Opté por la primera, porque el simple hecho de unir en una misma oración las palabras «tatuado» y «cejas» me producía escalofríos. De inmediato venía a mi mente la imagen de la tía que se lo hizo en el 2000 y quedó con un par de rayones azules en la cara. O la recepcionista de mi dentista que no tenía un sólo pelo en las cejas, pero sí un arco delgado y definido con lo que parecía ser un sharpie café.

Sin embargo, los años han pasado y las técnicas del tatuado de cejas han evolucionado de tal forma que ahora es posible lograr resultados muy naturales y sin necesidad de que sean permanentes.

Una de ellas es el microblading, también conocido como bordado de ceja, una técnica de tatuado que busca definir y realzar la apariencia natural de tus cejas. Para lograrlo se utiliza un aparato con una punta especial de acero inoxidable que se sumerge en pigmentos naturales para después generar sutiles y pequeños trazos que imitan el crecimiento natural del vello. Algo así como Claude Monet meets tratamientos de belleza.

El microblading es un proceso que puede llevar de 2 a 3 horas, ya que antes de tatuar se debe realizar todo un análisis de rostro para definir el estilo, forma y grosor de ceja que más te favorece. Después se traza el diseño, se aplica una crema anestésica y posteriormente comienza la verdadera acción. Lo mejor de todo es que después del procedimiento tus cejas quedan perfectas y puedes retomar de inmediato tus actividades, aunque respetando una serie de cuidados que incluyen no nadar y no exponerte demasiado al sol durante 10 días.

¿Duele? Quienes han apostado por el microblading comentan que aunque puede haber algunas molestias, es totalmente soportable. Eso sí, el tratamiento no es nada barato y puede costarte más de 7 mil pesos, pero tranquila, que si el trabajo está bien hecho los resultados duran más de un año e incluso más siempre y cuando lleves a cabo los retoques correspondientes.

¿Te atreverías a probarlo?

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