Hablemos de Ivanka Trump…

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Conocido es el cliché de la relación entre un papá y su hija. Que si “la princesa de papi”, la “heredera universal”, la “dueña de sus quincenas” etc. No falta el papá que sueña con romperle la cara a cualquier varón que se le acerque a su «nena».

Dicen que una relación sana entre padre e hija resulta en una mujer segura de sí misma y capaz de sobrellevar cualquier obstáculo. Pero, ¿qué pasa cuando el papá de la niña es el villano favorito del planeta? ¿Cuando todas las palabras que salen de su boca son irrepetibles y vergonzosas?

Ivanka Trump pasó de ser sólo “Ivanka”, la modelo semi-profesional, a ser una mujer de negocios exitosa y estandarte de las mujeres que trabajan. Es la Vice Presidenta de Desarrollos y Adquisiciones de la compañía de su papá y CEO de su propia empresa de moda “Ivanka Trump”. Este año relanzó su página de internet con la idea de tener un portal de información para la mujer contemporánea profesional, en donde usa libremente el hashtag #womenwhowork. Además tiene un marido y tres hijos a quienes , dicen por ahí, les dedica tiempo y atención de calidad todos los días. O sea, Ivanka Trump es la mujer maravilla y su cuenta de Instagram la respalda.

Con una reputación infalible y un porte envidiable, Ivanka es la antítesis de su infame papá, Donald Trump. Se gradúo de la universidad de Wharton con honores y habla con una elocuencia envidiable. Ha basado su carrera de diseñadora en el empoderamiento de la mujer. Su línea de ropa y zapatos tiene como inspiración a la mujer millenial, que es moderna y elegante mientras ejerce una profesión que le apasiona.

Todo iba muy bien para Ivanka y su club de fans mientras ella se quedara tras bambalinas en lo que su papá despotricaba en contra de medio mundo. Después de todo, no nos pueden juzgar como personas por los errores de nuestros padres, ¿no? Pues sí, sí pueden. Pueden ya que Ivanka decidió ser una imagen constante en la campaña de su papá. Con la idea de aludir al voto femenino, la campaña de Trump ha puesto a Ivanka como un figura importante en la carrera presidencial, mucho más que a la propia Melania Trump, la actual esposa de Donald.

Ivanka no sólo figura en las fotos familiares durante la campaña, sino que es ella quien presenta a su papá como el “futuro presidente de Estados Unidos” una y otra vez, después de sendos discursos en los que llama al voto femenino. Con frases como “mi padre dice lo que piensa y piensa lo que dice” respalda abiertamente a su papá, quien alguna vez acusó a una periodista de atacarlo únicamente por que “le estaba saliendo sangre de ya saben dónde”. Ivanka califica a su papá como “franco” y no siempre políticamente correcto, más nunca ha desacreditado las palabras racistas o misóginas de su progenitor.

Sabemos que la mujer millenial es incluyente casi por definición. La conversación del empoderamiento femenino se basa en el respeto, trabajo duro y tolerancia. La mujer a la que Ivanka Trump quiere atraer es aquella que quiere ser considerada igual a su contraparte masculina y que quiere un mundo mejor y más justo. Un mundo en donde sus hijos e hijas sean respetados por sus decisiones y por lo que son, y en donde puedan ser exitosos sin temor al rechazo de sus compañeros.

Sobra enlistar las insolencias que han salido de la boca de Donald Trump (por si las moscas, aquí hay algunas). Pareciera que Ivanka esta ahí junto a su papá para suavizar la imagen del candidato; para que creamos que dentro de la locura también puede haber espacio para la sensatez. Para que aaaaaalguien en el equipo de Donald Trump tenga algo admirable o rasgos aspiracionales. Para que nosotros aquí sentados admiremos la tan bella relación entre este padre y su hija. Todos los que no podemos apartar la mirada cada vez que sale a la defensa de su papá, queremos que sea ella quien nos explique por qué. Estamos esperando que nos detalle cómo va a poder su papá, un aparente sexista desde cualquier ángulo, defender los derechos de las mujeres en el país mas poderoso del mundo.

Yo, mientras tanto, seguiré intentando descifrar la paradójica realidad de Ivanka mientras me imagino cómo se verían mis piececitos enfundados en una de las bellas sandalias de su colección primavera-verano…

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