Codegirls: Sobre la brecha de género en el mundo digital y aprender a correr riesgos

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Aunque en el siglo XIX Ada Lovelace creó el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina, no obtuvo tal reconocimiento sino hasta 100 años después de su muerte, ya que sus notas las firmaba con sus iniciales por miedo a ser censurada por ser mujer.

En la actualidad se le denomina «Techo de cristal» a la limitación en el ascenso laboral de las mujeres.

El término describe una barrera invisible a la que las profesionistas son expuestas y que les impide alcanzar los puestos más altos en sus trabajos, y es justo este fenómeno el que mantiene en crisis el papel que juegan las mujeres en carreras tecnológicas.

Para el año 1984, el 37% de los graduados en ciencias de la computación eran mujeres, pero en la actualidad el porcentaje ha disminuido a 18%. Y la causa no es la falta de interés, ni mucho menos la falta de trabajo en esas áreas, ya que el mercado laboral en cuanto a tecnología se refiere claramente está en aumento.

¿Entonces cuál es el problema? Que no existe un diálogo incluyente para con las mujeres. Se sigue teniendo una idea retorcida de que son trabajos para hombres, aunque la misma Ada Lovelace en el siglo XIX haya demostrado lo contrario.

La solución

En 2012, Reshma Saujani fundó en Estados Unidos Girls who Code con el objetivo de cerrar esa brecha de género en la tecnología.

Actualmente su programa ha llegado a más de 40,000 niñas de entre 13 y 17 años aclarándoles el panorama sobre qué carrera les gustaría elegir y dando como resultado mujeres que ya han desarrollado aplicaciones súper interesantes con temas de carga social.

¿Por qué iniciar a las niñas en el mundo de la programación a temprana edad?

Independientemente de la brecha de género y el techo de cristal (que también se da en otras carreras) Reshma explica que la programación educa a las chicas con la idea de “prueba y error”.

De hecho, hace unos meses en una plática inspiradora en TED Talk, mencionaba que a las niñas se nos educa para ser perfectas y en cambio a los hombres desde niños se les motiva a tomar riesgos.

Al final el desenlace es así: cuando estos niños crecen, diversos estudios demuestran que ellos se postulan para grandes trabajos sabiendo que sólo cumplen el 60% de las habilidades requeridas, mientras que las mujeres no se arriesgan sino hasta estar seguras de cumplir con el 100%. Y luego nos preguntamos por qué hay tanta mujer insegura en el ámbito profesional.

Codegirls en México

En México existen varias organizaciones con la misma idea que Girls who Code, Laboratoria y Epic Queen son algunas de ellas.

La primera busca integrar al mundo de la programación a jóvenes de escasos recursos, transformando sus vidas por completo aumentando de manera clara sus ingresos y mejorando su futuro y el de sus familias.

Epic Queen, por otro lado, crea «programas gratuitos para enseñar a niñas programación, así como acercar a mujeres a la tecnología».

Dichas iniciativas tienen muy claro que si el porcentaje de mujeres graduadas en tecnología y programación aumenta, muchos de los problemas económicos y sociales del mundo podrían tener una resolución más favorecedora.

Sin embargo, programando o no, algo fundamental es enseñar a las niñas a arriesgarse. Que sepan que la imperfección es parte de la vida y que de los fracasos también se aprende.

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