Marcela Torres y cómo hackear al sistema

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A Marcela Torres le cuesta identificarse como empresaria, pero el mundo de los negocios se empeña en catalogarla como tal, y no los culpo: en menos de un año ha logrado crear una empresa de tecnología que crece rápidamente y es considerada por el Foro Económico Mundial como una de las 50 startups que están cambiando Latinoamérica.

Se trata de Hola Code, una iniciativa social fundada por Marcela y Nicolas Demeilliers que enseña programación a los migrantes de retorno (hombres y mujeres que regresan a México provenientes de EUA de manera voluntaria e involuntaria) y así encontrar trabajo en el sector tecnológico.

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Programadora autodidacta

Marcela tiene 31 años y es originaria de Ciudad Victoria, Tamaulipas, y aunque ahora lidera una empresa de tecnología, sus estudios universitarios y de maestría estaban más enfocados en ciencias sociales, que en innovación.

Sin embargo, esa curiosidad por entender el mundo de otras maneras y ser mucho más estructurada en su trabajo como investigadora, la impulsaron a aprender programación de manera autodidacta en sólo tres meses.

“Yo jamás me hubiera imaginado dedicarme a algo así; pensé que haría un doctorado y sería profesora o investigadora en alguna universidad, pero me encanta que todo lo que aprendí en mi vida puede ser usado para crear algo como Hola Code”, explica.

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Retando al sistema

Marcela Torres aprovechó esa “falta de conocimiento empresarial” para crear sus propias reglas, retar los sistemas de contratación, retar la figura del jefe, retar los sistemas educativos, retar las dinámicas de género en el sector tecnología, y lo más importante: retar la percepción que se tiene de la migración en México.

“Todas las reglas que existen fueron hechas por humanos y se pueden modificar; nosotros por ejemplo estamos probando que no es necesario tener una carrera formal para tener un buen empleo, porque nuestrxs chicxs no lo hacen y se están contratando y tienen trabajos fascinantes”.

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Hola Code busca romper el concepto de fronteras y posicionarse como una organización que ve a la migración de una forma radicalmente diferente. Para Marcela es importante probar que una empresa puede crecer, generar profits y ser líder en tecnología rompiendo estigmas y estereotipos.

Bienvenida tecnología

“Ahora somos 15 personas en el equipo, la mayoría mujeres; todo lo que hemos logrado en Hola Code ha sido resultado de una colaboración conjunta. Aquí cada persona es única y no nos concentramos en qué problema nos pueden resolver, sino qué pueden crear o aportar, ahí está el verdadero corazón de la innovación”.

El nombre del proyecto, además de ser en spanglish, quiere dar un mensaje positivo y abierto: significa dar la bienvenida a la tecnología, a un nuevo país y a una nueva forma de ver las cosas.

¿Cuál fue tu motivación principal para empezar este proyecto?

En Hola Code nos gusta decir que estamos hackeando el sistema. Todos hablan de migración, pero hay una connotación muy negativa. Los migrantes de retorno están regresando a México desde Estados Unidos, pero este no es su país; de acuerdo a las instituciones no pertenecen ni aquí, ni allá, pero también son de aquí y de allá.

Me parecía muy interesante proveer un espacio en donde sí pertenezcan y se valore su talento, son bilingües, biculturales… aquí estamos trabajando con los futuros líderes de tecnología en el país.

¿Cuál crees que es la percepción de la sociedad sobre los migrantes de retorno?

Es muy variada, hay gente que no entiende por qué una persona que es mexicanx (según su pasaporte) no habla español, no le gusta la comida o no entiende nuestras costumbres, cuando lo que te define como ciudadano, más allá de un pasaporte, son las raíces, la identificación social, el idioma…

Los medios nos han dicho que los migrantes de retorno son deportados porque son delincuentes, cuando la causa más frecuente de deportación es manejar sin licencia de conducir.

En Hola Code hemos logrado romper esas barreras hablando de las ventajas de la migración, y el sector tecnológico lo está viendo de manera distinta; esperemos que esto siente un precedente para el resto de las personas, porque no a todos les va a interesar una carrera en esta industria.

¿Cómo funciona Hola Code?

Es un bootcamp de 5 meses (con sede en la CDMX), están aquí de 9:00 am a 9:00 pm y les pagamos cada semana con la única condición de no faltar o llegar tarde más de 3 veces.

El sistema de admisiones no está basado en lo que ya sabes sino en lo que puedes hacer. No hay exámenes, ni tareas. Cuando terminan los ayudamos a conseguir un empleo en tecnología a través de una bolsa de trabajo que no tiene procesos discriminatorios de contratación, y una vez contratadxs pagan la inversión del bootcamp.

La primera generación de Hola Code tuvo 21 egresadxs; sólo faltan tres chicos por contratarse, quienes se graduaron apenas hace 4 meses. Actualmente están trabajando con la segunda generación de programadorxs, 26 chicos y 7 chicas, el doble de mujeres que su primer cohort.

Los salarios de sus egresadxs van desde los 15 mil hasta los 35 mil pesos mensuales. Su objetivo es abrir más generaciones simultáneas y próximamente abrir otro centro en Tijuana.

Para Marcela Torres es importante señalar que no son ninguna organización dedicada a salvar o ayudar a sus egresadxs: ellos son sólo una plataforma, los facilitadores para que cada persona pueda “codear su propio destino”.

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