‘Habla’, el libro necesario para entender por qué las mujeres no debemos callar

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Foto. Ediciones Antílope

Si nos vamos a la historia de la humanidad, es difícil decir cuándo fue la primera vez que callaron a una mujer para que no se inmiscuyera en «temas de hombres».

Si viajamos a la historia de la literatura, Mary Beard retoma un pasaje de la ‘Odisea’ en ‘La voz pública de las mujeres’. Y si de experiencias personales se trata, Rebecca Solnit lo expresa a la perfección en ‘Los hombres me explican cosas’, ambos son ensayos que contiene el libro ‘Habla’, primer número de la colección Desdoble de Ediciones Antílope.

Las dos autoras desarrollan el tema de cómo por siglos las mujeres han sido silenciadas no solo en palabras sino en pensamientos u opiniones. A la par, tener que quedarse calladas para que los hombres hablen y les expliquen cosas —que a lo mejor ellas ya saben— y dejar su postura como única y absoluta.

El libro Habla es un texto muy necesario hoy en día, para hombres, mujeres, no binario, para cualquier género. Este primer número es pequeñito y delgado, dividido casi a la mitad (56+46 páginas), que como libro espejo, se lee de adelante hacia la mitad y al voltearlo, de igual forma.

‘La voz pública de las mujeres’

El primer ensayo que leímos fue el de Mary Beard (Reino Unido, 1955), profesora de letras clásicas en la Universidad de Cambridge, feminista declarada y ganadora del Premio Princesa de Asturias en Ciencias Sociales en 2016.

Bajo la premisa ¿cuándo fue la primera vez que un hombre calló a una mujer en la historia de las letras?, se va hasta el poema de la ‘Odisea’, ubicado en el siglo VII a. C. (o sea, desde entonces).

Retoma el episodio cuando Penélope y Telémaco esperan la llegada de Ulises y le dice: “Madre, tú vete a tus aposentos de nuevo, y atiende tus propias labores, al telar y la rueca […] hablar le compete a los hombres, y de entre todos a mí, porque yo tengo el poder en la casa”.

Tal vez ahora te parezca una escena indignante, pero si leíste este libro en la secundaria, con seguridad se te hizo «normal». De ahí que ella desarrolle a lo largo de su ensayo cómo por siglos se les ha permitido a las mujeres el derecho a hablar en público únicamente en calidad de víctimas (como prefacio de su propia muerte) o como parte del chisme.

Y de este tipo de prohibiciones se desprende el inexistente derecho a votar, la limitada independencia legal, económica, política, etc. etc. etc.

«Las mujeres que reclaman su acceso a la voz pública son tratadas como andróginas anormales». 

Así que si quieres entender por qué por años se acostumbró a callar a las mujeres, basta con leer este ensayo que está perfectamente documentado.

‘Los hombres me explican cosas’

De este libro y de su autora, la maravillosa Rebecca Solnit, ya hemos hablado aquí en Malvestida.

En su famoso ensayo, del que se desprendió el término mansplaining o machoexplicar (como ya lo reconoce la Fundéu en el idioma español), narra con base en una anécdota muy divertida cómo es que las mujeres deben soportar una y otra vez que los hombres las silencien para que les expliquen cosas que, con frecuencia, ellas saben mejor que ellos.

Para no spolilearte la lectura, solo te contamos —a grandes rasgos— que en una charla de fiesta, un hombre alardea con ella sobre lo mucho que sabe de un libro (del cual solo leyó una reseña en The New York Times) y no la deja decir ni pío.

Irónicamente, ese hombre habla justo de un libro del que Rebecca Solnit es autora. Y ahí comienza una serie de ejemplos similares y hasta más generales que se han arrastrado por años.

«La mayoría de las mujeres libran dos batallas en dos frentes: una por la causa que les concierne en el momento, y otra por el simple derecho de hablar, de tener ideas, de que se les reconozca como poseedoras de hechos y verdades, de ser valiosas, de ser humanas».

La escritora estadounidense, que ha abarcado una variedad de temas, incluyendo el medio ambiente, la política, y el arte, se suma a esta ola feminista con lo que mejor sabe hacer: explicar su punto de vista con argumentos.

Este problema histórico, expone, ha llegado a grados como no escuchar las los avisos de Coleen Rowley, una mujer que trabajaba para el FBI y emitió las primeras advertencias sobre Al Qaeda, un acto que tuvo graves consecuencias para Estados Unidos.

Y de un hecho puntual, nos lleva a otros históricos, generales y tan arraigados en la cultura como la violencia de género: «Una forma de silenciar a las personas es a través de la violencia, negándoles voz y credibilidad, imponiendo el derecho a controlarlas por encima de su derecho a existir».

Si has vivido esta censura o conoces a alguien recomiéndale el libro. Además de ayudarte a entender este problema social, te incitará a llevar el tema a una conversación masiva y, pues, a hablar.

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